Las viudas del amianto
35 familias de trabajadores portuarios con c¨¢ncer piden el reconocimiento de enfermedad laboral
Manipularon amianto procedente de Canad¨¢ y Sur¨¢frica durante m¨¢s de 20 a?os en el puerto de Barcelona. No fueron sometidos a las revisiones m¨¦dicas semestrales porque entonces la ley para los trabajos de riesgo no inclu¨ªa el amianto, pero las empresas los obligaban a tomar leche para disminuir los posibles efectos de esta sustancia t¨®xica. Se trata de decenas de trabajadores portuarios que, casi medio siglo despu¨¦s, con la baja por enfermedad o ya jubilados, han enfermado de c¨¢ncer de pulm¨®n o pleura y sufren asbestosis (fibrosis pulmonar).
Muchos han muerto en los ¨²ltimos a?os sin conocer el origen de su enfermedad. Hoy 35 familias buscan resarcimiento y exigen que se reconozcan estas muertes como el desenlace de una enfermedad profesional. Pero el tiempo transcurrido desde que los perjudicados eran trabajadores en activo juega en su contra.
Algunos familiares de v¨ªctimas se plantean iniciar un juicio contra el Estado
'Nos sorprendi¨® que tanto tiempo despu¨¦s enfermara por haber trabajado en el puerto'
Mayte Fortanete, viuda de Antonio Garc¨ªa Gonz¨¢lez, perdi¨® a su marido en noviembre de 1999, tras una pelea que dur¨® 14 meses contra un c¨¢ncer de pulm¨®n causado por amianto en el puerto de Barcelona en la d¨¦cada de 1970. Garc¨ªa Gonz¨¢lez se retir¨® tras sufrir un infarto. Meses despu¨¦s, en un chequeo de rutina, los m¨¦dicos le diagnosticaron c¨¢ncer de pulm¨®n. La quimioterapia le alarg¨® la vida apenas 14 meses. 'Fue todo muy r¨¢pido y nos sorprendi¨® que tanto tiempo despu¨¦s enfermara a causa de haber trabajado en el puerto', afirma Mayte Fortanete.
Despu¨¦s de dos a?os, un Juzgado de lo Social reconoci¨® que la muerte de Garc¨ªa Gonz¨¢lez se debi¨® a una enfermedad profesional. Su viuda cobra hoy una pensi¨®n de 643 euros y la hija menor, de 21 a?os, una pensi¨®n de horfandad de 144 euros. De cara al futuro, se plantean iniciar un juicio en lo contencioso administrativo por da?os y perjuicios conta el Estado, responsable en aquellos a?os de la Organizaci¨®n de Trabajadores Portuarios (OTP).
'El Gobierno habla mucho siempre de indemnizar a los trabajadores que han manipulado amianto, pero la realidad es que ni siquiera se respeta la letra de la ley', afirma Jaume Cort¨¦s Izquierdo, del bufete de abogados Colectivo Ronda, que sigue los 35 expedientes. El amianto, una sustancia tremendamente t¨®xica, ha sido prohibido definitivamente este a?o. Espa?a ha sido el ¨²ltimo pa¨ªs de la UE en desterrar su uso.
En la d¨¦cada de 1960, los portuarios trabajaban para la OTP, que estaba en la ¨®rbita del Ministerio de Trabajo. En 1985, esta sociedad p¨²blica se transform¨® en mixta y se convirti¨® en Estibarna, de la cual el Estado s¨®lo tiene una participaci¨®n del 50%. El otro 50% corresponde a empresas estibadoras. En cualquier caso, los hechos que ahora est¨¢n en los juzgados no tienen que ver con Estibarna, ya que son anteriores a la gesti¨®n de esta empresa.
El problema al que se enfrentan las familias de los estibadores es doble. Por un lado, resulta casi absurdo reclamar el recargo previsto por ley para los casos de muerte por accidente laboral, ya que este recargo deber¨ªa darse de oficio, y adem¨¢s, 'la Inspecci¨®n de Trabajo deber¨ªa cursar un expediente en contra del Ministerio, es decir, contra el propio Estado, y eso no ocurrir¨¢', destacan los juristas del Colectivo Ronda.
Por otro lado, la ley prev¨¦ la v¨ªa penal, es decir los juicios por da?os y perjuicios. Sin embargo, transcurridos muchos a?os, la acci¨®n de las familias de las v¨ªctimas por esta v¨ªa es complicada y no siempre ofrece resultado esperado.
El primer obst¨¢culo que varias de estas familias han sorteado es la obtenci¨®n de un resarcimiento a trav¨¦s de pensiones m¨¢s elevadas, de unos 600 euros m¨¢s que las ordinarias por muerte natural o invalidez. Pero muy pocas han obtenido la indemnizaci¨®n de seis mensualidades por enfermedad profesional que debe abonar la mutua correspondiente. 'De los casos que llevamos, muy poco han ganado el juicio', se?ala Cort¨¦s Izquierdo. Para obtener este beneficio las familias de las v¨ªctimas tienen que realizar una petici¨®n a la Seguridad Social y, de ser denegada, iniciar juicio laboral.
El estibador Manuel Sebasti¨¢n Calvo muri¨® en 1999 y su viuda, Maria Ant¨°nia S¨¢nchez Garc¨ªa, recurri¨® a los tribunales de lo social, que resolvieron satisfactoriamente, pero la aplicaci¨®n depende ahora del auto en firme del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a. Otro caso mortal es el de Jordi Cabos Casabon, cuya viuda, Mar¨ªa Rosa Castells, espera sentencia del Juzgado de lo Social n¨²mero 26 de Barcelona y con ella el reconocimiento de que su marido sufr¨ªa una enfermedad laboral.
Ana e Isabel Moya, hu¨¦rfanas de Manuel Moya Garc¨ªa, fueron unas de las primeras en ganar un pleito por indemnizaci¨®n. Su padre era un trabajador del puerto de Barcelona. En 1997 fue a un ambulatorio porque 'se ahogaba', y ya no sali¨®. Los ahogos eran producto de un c¨¢ncer de pleura que puso fin a su vida poco despu¨¦s de cumplir los 60 a?os.
Jaume Pla, de 70, tambi¨¦n portuario, est¨¢ enfermo de c¨¢ncer por culpa del amianto. Era empleado de la f¨¢brica Uralita, en Cerdanyola. No le han autorizado todav¨ªa el cobro de la viudedad, ni tiene la invalidez absoluta. Aunque, en la actualidad la f¨¢brica de Cerdanyola est¨¢ cerrada, un portavoz de esta empresa explica que 'transportar material que se haya tratado con amianto no entra?a en si mismo ning¨²n problema'.
Tambi¨¦n hay casos con m¨¢s fortuna. Nemesio Matamoros Carbonell, de 66 a?os, enferm¨® de c¨¢ncer a causa del amianto. Pero la extracci¨®n del pulm¨®n afectado, dos a?os atr¨¢s, le permiti¨® seguir con vida. 'Me canso, no puedo caminar mucho, pero vivo', dice. Hoy cobra una jubilaci¨®n de 180.000 pesetas, pero ha iniciado un juicio para que le reconozcan la invalidez absoluta por enfermedad profesional, que duplicar¨ªa su pensi¨®n actual.
Pleitos millonarios en EE UU
Las reclamaciones de las enfermedades causadas por el amianto han abocado a la crisis a grandes corporaciones norteamericanas. 250 compa?¨ªas de gran volumen de Estados Unidos se enfrentan a un total de 8.000 demandas de familiaresa de trabajadores del amianto.
Las demandas rondan un importe global de 200.000 millones de euros (32 billones de pesetas), cantidad a la que las compa?¨ªas deber¨ªan hacer frente a lo largo de los pr¨®ximos 20 a?os. La mayor¨ªa de las corporaciones afectadas no han realizado a¨²n las dotaciones necesarias para cubrir las indemnizaciones. La situaci¨®n es, cuanto menos contablemente, de bancarrota para algunas empresas, seg¨²nlos c¨¢lculos actuariales aparecidos en diversas publicaciones.
En EE UU, el escenario de la abestosis y el cancer de pleura y de pulm¨®n que se derivan se dilucida casi siempre en las cortes de justicia. Detr¨¢s de muchos pleitos, est¨¢ el leg¨ªtimo resarcimiento de los da?os y algunos intereses, como escenific¨® la pel¨ªcula Erin Brockovich, protagonizada por Julia Roberts.
El primer caso de la historia de la fibrosis pulmonar provocada por el amianto se produjo en Inglatera en 1906. En 1973, la industria norteamerciana manipulaba un total de 800.000 toneladas de amianto y diez a?os m¨¢s tarde un total de 27 millones de ciudadanos estaban expuestos a la enfermedad. En 2001 se descubri¨® que, por lo menos, 100 millones de personas han estado expuestos al abestos a lo largo del ¨²ltimo siglo.
Un material que mata
La Asociaci¨®n de Enfermos por Amianto ha acusado en los ¨²ltimos meses al INSS de obstaculizar la concesi¨®n de pensiones por invalidez profesional a operarios enfermos de asbestosis. En algunos casos, el instituto p¨²blico alega que se trata de trabajadores jubilados.
Pese a que la asbestosis est¨¢ declarada enfermedad profesional, son en muchos casos los tribunales m¨¦dicos los que no corroboran los resultados de los informes de las revisiones, y en otros casos el propio INSS se encarga de negar las pensiones a familiares o enfermos.
En los ¨²ltimos meses, los fabricantes de cementos, tejidos ign¨ªfugos, y otros productos que podr¨ªan contener amianto han tenido que encontrar otras fibra para sustituir este resistente material.
El Ministerio de Sanidad ha aplicado la trasposici¨®n de una directiva de la Comis¨®n Europea correspondiente a 1999. Sin embargo, la prohibici¨®n de uso del amianto no impedir¨¢ la muerte en los pr¨®ximos 30 a?os de unos 50.000 trabajadores en Espa?a (500.000 en toda Europa), que han estado en contacto con este material, seg¨²n los c¨¢lculos facilitados por los sindicatos. Ello es debido a que el amianto act¨²a por acumulaci¨®n. Las fibras de peque?o tama?o, lo que los expertos denominan la fracci¨®n respirable, llegan al pulm¨®n y all¨ª se acumulan en los alveolos y producen los fibromas.
Las personas con mayor riesgo de contraer asbestosis son las que han estado respirando estas part¨ªculas durante mucho tiempo.
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