"Abr¨ª el brazo y su nariz dio en mi codo"
A sus 33 a?os, Pablo Alfaro, central del Sevilla y licenciado en medicina, presenta un curr¨ªculo futbol¨ªstico para echarse a temblar: 26 expulsiones en 14 a?os de profesional. El domingo pasado le rompi¨® la nariz a Aguilera y s¨ª, lo lamenta, pero lo interpreta como 'otro lance del juego'.
Pregunta. ?Cree que el jugador refleja en el campo su forma de ser?
Respuesta. No s¨¦ si soy una buena persona o no, pero s¨ª soy un jugador duro que va al l¨ªmite de lo que pueda dar de s¨ª. Como yo hay muchos otros defensas. Pero pesa m¨¢s lo que les ocurre a los equipos de Madrid.
P. Dice que va al l¨ªmite. ?Recurre al juego sucio por falta de facultades f¨ªsicas?
R. No creo. A las pruebas f¨ªsicas me remito: estoy mejor que otros a?os. Yo siempre he jugado as¨ª.
'Aguilera se hizo un autopase. Yo me quise llevar el bal¨®n y me lo llev¨¦'
'Ahora es cuando menos cera se reparte: no queda gente como L¨®pez, Tom¨¢s o Benito'
P. ?No se ha hecho m¨¢s duro con el tiempo?
R. Al rev¨¦s. Te vas haciendo m¨¢s completo y m¨¢s comedido, porque, al principio, eres m¨¢s impetuoso y no controlas.
P. Pues el domingo no control¨® nada.
R. Aguilera se hizo un autopase, yo pretend¨ª abrir el brazo para que no pasara y su nariz dio en mi codo. Yo me quise llevar el bal¨®n y me lo llev¨¦.
P. O sea, sigue la m¨¢xima de pasa el bal¨®n o el jugador, pero nunca los dos a la vez.
R. No, mi m¨¢xima es que no puedo dejar el bal¨®n al rival.
P. ?Ha hablado con Aguilera?
R. S¨ª. Conservo cierta amistad con ¨¦l de mi etapa en el Atl¨¦tico y me duele verlo as¨ª. Pero ¨¦l estaba anestesiado y con pocas ganas de hablar.
P. ?Usted se reconoce cuando se ve por televisi¨®n?
R. Claro que s¨ª. No me sorprende verme porque s¨¦ que no hay mala intenci¨®n.
P. ?Est¨¢ a favor del c¨®digo de ciertos defensas suramericanos seg¨²n el cual lo que pasa en el campo... pasado est¨¢?
R. Ser¨ªa ideal, pero cada uno se defiende como puede. Son lances: hoy me toca a m¨ª y ma?ana a otro. Yo jugu¨¦ en el Calder¨®n con siete puntos en la ceja.
P. Pero a usted siempre le toca repartir.
R. Est¨¢ claro que las estad¨ªsticas no mienten, pero hay acciones similares de otros jugadores y la prensa no les da tanta importancia.
P. Porque no tienen su reiteraci¨®n.
R. Est¨¢ claro que no soy el santo Job. Pero me he convertido en parte de la diversi¨®n nacional. No me ha gustado nada la cr¨®nica de hoy [ayer] de EL PA?S, en la que me pone a m¨ª de titular cuando hubo tantas otras cosas.
P. Entonces, ?est¨¢ orgulloso de ser el jugador en activo m¨¢s veces expulsado?
R. No; estoy orgulloso de mis 14 a?os de profesional [ha pasado por el Zaragoza, el Barcelona, el Racing, el Atl¨¦tico, el M¨¦rida y el Sevilla], de que los entrenadores cuenten conmigo y de que mi equipo y mis compa?eros me quieran. A mis a?os, evidentemente, ya no voy a cambiar. Cuando escucho tantas barbaridades contra m¨ª, como si lloviera.
P. ?A cu¨¢ntos rivales ha lesionado?
R. M¨¢s all¨¢ de Aguilera, me parece que no hay nadie que haya tenido que dejar de jugar por mi culpa.
P. ?Su entrenador, Joaqu¨ªn Caparr¨®s, le pide que entre como lo hace?
R. ?Qu¨¦ va! ?Por Dios! Caparr¨®s nos pide que defendamos y que salgamos r¨¢pido al contragolpe. No somos el equipo m¨¢s tarjeteado de la Liga ni nada de eso. El Sevilla tiene sus dosis de agresividad, pero juega muy bien. No somos carniceros.
P. ?No es el Sevilla una reedici¨®n de aquel Estudiantes de la Plata en el que jug¨® Bilardo?
R. De ese equipo ni me acuerdo. Pero s¨ª es verdad que desde que estuvo aqu¨ª Bilardo, de entrenador, al Sevilla se le relaciona con esa forma de ver el f¨²tbol y la vida.
P. Usted empez¨® con 20 a?os en el Zaragoza. ?Qui¨¦n ha sido su gran ¨ªdolo, Vinnie Jones?
R. ?Qu¨¦ va! A ese jugador s¨®lo lo he visto en alg¨²n v¨ªdeo. Mis ¨ªdolos fueron Maradona y Pel¨¦, pero tambi¨¦n Barbas, del Zaragoza, y Migueli, el central del Barcelona.
P. Y ahora, ?Ayala?
R. S¨ª, Ayala me parece muy buen defensor y tampoco es que sea blandito. Hay muy pocos grandes defensas que sean blanditos. Desaparecen del mapa. El defensa debe hacerse imponer, ser respetado: eres el ¨²ltimo antes del portero. En todo caso, ahora es el momento de la historia del f¨²tbol en que menos cera se reparte. Ha cambiado mucho desde que yo empec¨¦ hace diez a?os. Ya no hay gente como L¨®pez y Tom¨¢s, precisamente del Atl¨¦tico, o como Benito y Stielike, del Madrid. Lo que pasa es que si estos jugadores est¨¢n en tu equipo dices que son viriles.
P. ?C¨®mo es posible que en 1992 le fichara el Barcelona de Cruyff, que representa su ant¨ªtesis?
R. A lo mejor ser¨ªa por eso. Le hac¨ªa falta un jugador de mis caracter¨ªsticas para determinados momentos. Llegu¨¦ en agosto de 1992, justo despu¨¦s de ganar la Copa de Europa. Y ganamos la Liga y la Supercopa europea. Ese equipo fue una maravilla: como Oliver y Benji.
P. ?Por qu¨¦ se fue al a?o siguiente?
R. Porque Cruyff habl¨® claro conmigo y me dijo que iba a jugar muy poco.
P. ?Qu¨¦ aprendi¨® de Cruyff?
R. Que era list¨ªsimo: dec¨ªa que iba a pasar algo y, a los tres d¨ªas, pasaba.
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