Una cuesti¨®n de familia

Programa doble en esta sesi¨®n de la Bienal, con una familia de larga trayectoria flamenca como protagonista: los Mi?o-Montes.

El hijo, Pedro Ricardo Mi?o, ha hecho del piano su medio de expresi¨®n. Es instrumento con historia importante en lo jondo, que despu¨¦s de a?os sumido en cierto remanso ¨²ltimamente est¨¢ experimentando un notable resurgir, con algunos j¨®venes valores desarrollando una interesante labor creativa.

Pedro Ricardo Mi?o es uno de ellos, y en Mass Flamenco ofreci¨® el estreno absoluto de su ¨²ltima producci¨®n, un recorrido por distintos estilos que van desde la grana¨ªna a la rumba. Fueron mejores los primeros temas -la sole¨¢, la farruca que ha dedicado a Antonio Gades, incluso las alegr¨ªas-, en que el piano solo, o casi, corre por entero con la responsabilidad de sumergirnos en la emoci¨®n de su m¨²sica. Despu¨¦s, cuando los temas derivan ya hacia lo r¨ªtmico, con acompa?amiento sustancial del grupo, todo nos parece m¨¢s ligero y corriente. En cualquier caso, el piano de Mi?o es muy fiel al esp¨ªritu flamenco, sigue el esquema de los estilos, en ocasiones, como si de sustituir a la voz del cantaor se tratara, con un toque lineal que no se pierde en florituras.

En Cal y Sal, los padres, Ricardo Mi?o y Pepa Montes, nos recordaron tiempos en que les ve¨ªamos con gran frecuencia. La bailaora siempre sedujo por su extraordinaria flamencura, por su empe?o en no hacer concesiones en modos de los que hoy se abusa en exceso, y que desvirt¨²an en gran parte la belleza de esa disciplina sin par. Es otra representante extraordinaria de la escuela sevillana de baile, que en la ca?a, alegr¨ªas y tangos hizo ese baile impagable al viejo estilo que entusiasm¨® a la concurrencia, con una est¨¦tica corporal admirable y unas manos maravillosas. Ricardo Mi?o, por su parte, adem¨¢s de acompa?arla hizo en concierto buler¨ªas y ronde?as.