La gran decepci¨®n
Era, sin duda, el estreno que m¨¢s expectaci¨®n hab¨ªa suscitado en la Bienal. Los nombres de Marianita Pineda y Federico Garc¨ªa Lorca, Manolo Sanl¨²car y Llu¨ªs Pasqual, y Sara Baras por supuesto, son atractivos suficientes para, al conjuro de una excelente promoci¨®n medi¨¢tica, atraer al personal.
Que sali¨® encantado, por supuesto. Otros, entre quienes me cuento, and¨¢bamos en cambio un tanto reflexivos o un tanto despistados, vaya usted a saber. Hab¨ªamos visto un espect¨¢culo brillante, excelentemente iluminado, en una escenograf¨ªa sugerente, con baile y m¨²sica agradables, y nos hab¨ªa dejado fr¨ªos. Pienso que la historia de esta Mariana Pineda que sedujera a Lorca se nos diluye en un gui¨®n no bien construido, en torno a una especie de valla o celos¨ªa con m¨²ltiples significados -unos comprensibles, otros no tanto- y que en ocasiones crea cierta confusi¨®n porque un espejo al fondo duplica las im¨¢genes y no siempre podemos delimitarlas bien; o quiz¨¢s sea eso lo que se quiere.
Mariana Pineda
Por Sara Baras, con Jos¨¦ Serrano, Luis Ortega, Miguel Ca?as y cuerpo de baile. M¨²sica de Manolo Sanl¨²car, interpretada por un grupo dirigido por Jos¨¦ Mar¨ªa Bandera. Cante: Miguel de la Tolea y Sa¨²l Quir¨®s. Gui¨®n, escenograf¨ªa, iluminaci¨®n y direcci¨®n: Llu¨ªs Pasqual. Teatro La Maestranza, Sevilla, 16 de septiembre.
Pero cuando un espect¨¢culo nos deja tantas dudas es porque, a mi juicio, no est¨¢ bien contado. Y en casos as¨ª la m¨²sica y el baile no bastan para darle vida. La m¨²sica de Manolo Sanl¨²car lleva su marca, siempre reconocible, de acento puramente andaluz y que nos suena a su m¨²sica de hace unos a?os, siempre hermosa y siempre con un se?alado sentimiento jondo.
Y nos queda el baile, que en definitiva es lo fundamental. A m¨ª me dej¨® la impresi¨®n de que el espect¨¢culo es una sucesi¨®n de n¨²meros de baile, algunos sin motivaci¨®n convincente. Baras nunca va a descubrir Am¨¦rica como core¨®grafa, y aqu¨ª lo demuestra una vez m¨¢s. Repite soluciones una y otra vez, con lo que sus propias limitaciones, a¨²n siendo una buena bailarina / bailaora, se evidencian sin paliativos. Interpreta nada menos que tres pasos a dos, en los que tiene por oponentes a los tres primeros bailaores de su elenco. Jos¨¦ Serrano, quien ya interpretaba a Felipe el Hermoso en la anterior obra de Baras, demuestra autoridad y se adapta con solvencia al personaje. Tambi¨¦n Luis Ortega, tan querido en Sevilla, brill¨® notablemente.
Sara Baras, que bail¨® mucho a lo largo de toda la obra, me pareci¨® de nuevo limitada por su actual concepci¨®n del baile. As¨ª como los grupos los mueve en algunos temas muy acertadamente, componiendo con ellos una est¨¦tica realmente atractiva, en otras eso mismo lo hemos visto ya en la obra. Ella, personalmente, vuelve a insistir hasta la saciedad en recursos en que puede lucirse todo lo que quiera, pero como int¨¦rprete del baile uno agradecer¨ªa mayor variedad en todo lo que hace. ?Cu¨¢ntas veces, en el curso de esta Mariana Pineda de hora y cuarto de duraci¨®n, hizo esos giros sobre s¨ª misma levantando el vuelo de sus prendas para dejar al aire la parte superior de sus piernas? ?Cu¨¢ntas de sus interpretaciones las resuelve con el zapateado puro y duro hasta la extenuaci¨®n?
Personalmente he de decir que esperaba mucho m¨¢s de esta obra tan publicitada. Y otra cuesti¨®n de la que quiero dejar constancia es la improcedencia de introducir una fiesta por buler¨ªas al final, fuera del contexto de la obra, con los personajes todav¨ªa vestidos como hab¨ªan salido en Mariana Pineda, de monjas, de militares, etc¨¦tera. Es un n¨²mero seguro de cara a arrancar ovaciones clamorosas del p¨²blico, pero realmente no creo que Baras necesite de esas argucias. El triunfo lo ten¨ªa asegurado de antemano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.