Corea del Norte admite que secuestraba a japoneses para ense?ar el idioma a sus esp¨ªas
El r¨¦gimen comunista pide disculpas en la primera visita de un l¨ªder japon¨¦s a Pyongyang
El l¨ªder de Corea del Norte, Kim Jong-il, pidi¨® ayer disculpas por primera vez a Jap¨®n por el secuestro de ciudadanos japoneses durante los setenta y ochenta. En la primera visita de un primer ministro de Jap¨®n a la Corea comunista, Junichiro Koizumi logr¨® no s¨®lo las disculpas por ello, sino tambi¨¦n concesiones importantes en t¨¦rminos de seguridad. Corea del Norte renov¨® su compromiso de mantener suspendidas las pruebas de misiles.
Fue un acontecimiento que puede reducir las tensiones regionales y preparar el camino para un di¨¢logo con Estados Unidos. Los dos l¨ªderes tambi¨¦n acordaron reanudar las conversaciones para establecer relaciones diplom¨¢ticas. La visita, la primera de un dirigente japon¨¦s a ese Estado comunista desde la divisi¨®n de la pen¨ªnsula de Corea a finales de la Segunda Guerra Mundial, ha levantado una tremenda expectaci¨®n entre los familiares de japoneses desaparecidos entre 1977 y 1983 en extra?as circunstancias, que Tokio atribuye a secuestros de esp¨ªas norcoreanos.
Antes de iniciar su viaje a Pyongyang, Koizumi subray¨® que no har¨ªa concesi¨®n alguna para establecer lazos diplom¨¢ticos si el r¨¦gimen norte?o no reconoc¨ªa los secuestros de 11 japoneses, algo que hasta ahora Pyongyang se ha negado a admitir. Al cabo de dos reuniones entre Koizumi y Kim, de tres horas y media en total, el ministro secretario y portavoz del Gobierno japon¨¦s, Yasuo Fukuda, anunci¨® en Tokio que Pyongyang hab¨ªa informado de que s¨®lo cuatro de los once desaparecidos estaban vivos.
Kim admiti¨® la responsabilidad del r¨¦gimen en los secuestros, acciones que justific¨® en la necesidad de ense?ar el idioma, costumbres y maneras japonesas a un cuerpo especial de agentes y utilizar sus identidades para infiltrarse en Corea del Sur. Los japoneses eran j¨®venes de poco m¨¢s de veinte a?os cuando fueron secuestrados. La menor era Megumi Yokota, que ten¨ªa 13 a?os y fue secuestrada cuando regresaba a casa de jugar al badminton. Ella est¨¢ entre los muertos. Las circunstancias de esas muertes no est¨¢n claras. Los cuatro supervivientes podr¨¢n regresar a Jap¨®n si lo desean, seg¨²n el Gobierno norcoreano. A la vez que ofreci¨® sus disculpas por esos sucesos, Kim dijo que no se volver¨ªan a repetir y, aunque no admiti¨® su propia implicaci¨®n, afirm¨® que los responsables de ese proyecto hab¨ªan sido castigados.
Adem¨¢s, Pyongyang notific¨® el fallecimiento de otros dos japoneses fuera de las listas pero desaparecidos en extra?as circunstancias mientras estudiaban en Madrid (Espa?a) en 1980, y que seg¨²n Tokio hab¨ªan sido llevados a Corea del Norte, Kaoru Matuki y Toru Ishioka. En cuanto a la seguridad mundial, Kim Jong Il dijo que Corea del Norte tiene siempre abierta la puerta del di¨¢logo y pidi¨® a Koizumi que transmita sus palabras al presidente estadounidense, George W. Bush, quien considera a Corea del Norte como parte del eje del mal y sospecha que desarrolla armas de destrucci¨®n masiva.
Seg¨²n Koizumi, Pyongyang se comprometi¨® a prolongar indefinidamente la suspensi¨®n del lanzamiento experimental de misiles que Occidente considera un peligro para el rearme de ese pa¨ªs. Adem¨¢s, el r¨¦gimen comunista respetar¨¢ el acuerdo de 1994, seg¨²n el cual debe aceptar las inspecciones de la Agencia Internacional de Energ¨ªa Nuclear que acaben con las sospechas de que desarrolla programas nucleares.
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