Los liberales de Alemania se ofrecen como posibles aliados de Schr?der
El peque?o partido de Westerwelle intenta recuperar su viejo papel de bisagra en Alemania
Cuatro j¨®venes muy atildados eran ayer el ¨²nico p¨²blico en la sede federal de los liberales del FDP en Berl¨ªn, en la calle dedicada a Max Reinhardt, el gran maestro de toda una escuela de actores y actrices vieneses, berlineses y de Hollywood en el pasado siglo. Ha cambiado mucho la zona en los ¨²ltimos 13 a?os desde que cay¨® el muro. Lo que era una calle oscura de fachadas desconchadas y exhaustas es hoy una avenida pujante, con precios de vivienda exorbitantes y elegantes restaurantes para la juventud emprendedora y con trabajo.
Hace tiempo que los inquilinos de antes abandonaron por prohibitiva la calle. Pero en los ¨²ltimos d¨ªas ha sido tambi¨¦n escenario de un cambio curioso que puede ser tambi¨¦n muy significativo para la historia pol¨ªtica de la Alemania actual. Se trata de una simple afirmaci¨®n, en pegatinas de fondo rosa o amarillo, que se ha a?adido con urgencia este pasado fin de semana al omnipresente cartel electoral del FDP que muestra el rostro de su l¨ªder, Guido Westerwelle. 'FDP s¨ª, en vez de Verdes y PDS'.
La frase, improvisaci¨®n obligada por los sondeos, revela mejor que cualquier estudio lo que les ha sucedido a los liberales en las semanas previas a las elecciones del domingo, en las que cre¨ªan ya consumado el sue?o de volver al poder que perdieron en 1998 con la cat¨¢strofe electoral de su socio, la CDU/CSU, dirigida por Helmut Kohl.
El partido liberal, que durante toda la campa?a se ha presentado como el aliado natural de los democristianos de Edmund Stoiber para acabar con el Gobierno del SPD del canciller Gerhard Schr?der y los Verdes del ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, ha rebajado en muchos enteros sus expectativas. Despu¨¦s de diversos ¨¦xitos en elecciones en Estados federados en los peores momentos del SPD, se hab¨ªa marcado el objetivo de lograr en las elecciones generales un 18%. Hoy los sondeos le dan poco m¨¢s de un ocho.
Mayor¨ªa burguesa
Y sus aspiraciones de formar lo que llamaban la 'mayor¨ªa burguesa' o 'conservadora-liberal' se diluyen r¨¢pidamente, seg¨²n ven a su otrora socio seguro, la CDU/CSU de Stoiber, caer en los sondeos a resultados que har¨ªan su sue?o aritm¨¦ticamente inviable.
Desde hace unos d¨ªas, los dirigentes liberales no hacen sino huir de un candidato, Stoiber, que comienzan a adivinar como perdedor, y han comenzado a multiplicar sus gui?os de complicidad a un Schr?der que hace mes y medio consideraban desahuciado. Westerwelle ha comenzado ya abiertamente a pedir el voto de los electores de la CDU, asegurando que es la ¨²nica garant¨ªa de que su postura se ver¨¢ representada en el nuevo Gobierno. El otro hombre fuerte de la FDP, J¨¹rgen M?llemann, lleva tiempo sugiri¨¦ndolo. Ya ha dicho en la radio p¨²blica alemana que 'todo indica que Schr?der va por delante', lo que supone una aformaci¨®n que equivale a un torpedo en la l¨ªnea de flotaci¨®n de la coalici¨®n entre CDU y FDP.
El FDP tuvo sus a?os de mayor gloria bajo la direcci¨®n de Hans Dietrich Genscher, ministro de Interior con Willy Brandt tres a?os y nada menos que 19 a?os de ministro de Asuntos Exteriores con el socialdem¨®crata Helmut Schmidt y con el cristianodem¨®crata Helmut Kohl.
Cambio de alianza
Genscher no dud¨® en su d¨ªa de cambiar de alianza y convirti¨® el voto liberal en una categor¨ªa especial, capaz de hacer y deshacer Gobiernos. Pero con la transformaci¨®n de los Verdes de movimiento antisistema en partido plenamente integrado en la democracia parlamentaria, el FDP perdi¨® definitivamente en 1998 su monopolio como partido bisagra. Schr?der se encarg¨® el s¨¢bado de demostrar a los liberales lo dif¨ªcil que les ser¨¢ cumplir cualquier anhelo de poder cuando organiz¨® en Berl¨ªn un mitin conjunto con su actual socio, Fischer.
En el semanario Der Spiegel, Schr?der reitera esta semana que su coalici¨®n ideal es la que tiene con Fischer. Los liberales, hace semanas triunfantes como Stoiber, ven estos d¨ªas con p¨¢nico que, salvo nuevas sorpresas, la bisagra que se auguraban volver a ser puede quedar convertida en perfecta irrelevancia. En la sede de la Reinhardtstrasse siguen siendo optimistas, dicen, pero los carteles en el exterior son ya una s¨²plica, a Schr?der m¨¢s que al electorado, en la que le piden que los elija a ellos y no a 'Verdes o PDS' para hacer nuevo Gobierno. Lo que todos aseguran es improbable salvo que la aritm¨¦tica lo exija.
El recurso a la xenofobia como bumer¨¢n
De 'reacci¨®n desesperada' han calificado no s¨®lo los partidos de Gobierno del SPD y los Verdes, sino tambi¨¦n la mayor parte de la prensa alemana el recurso de ¨²ltima hora de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU-CSU) de convertir la inmigraci¨®n en arma electoral a cinco d¨ªas de los comicios federales del pr¨®ximo domingo. A la reacci¨®n inmediata del ministro del Interior Otto Schily (SPD), que acus¨® a los democristianos y en especial al ministro del Interior b¨¢varo, G¨¹nther Beckstein, de intentar cosechar 'los votos del resentimiento a costa de aquellos ciudadanos que no pueden defenderse', se uni¨® ayer un coro de voces que consideran una irresponsabilidad que, despu¨¦s de meses de campa?a electoral, surjan ahora planteamientos de ¨²ltima hora intentando generar y capitalizar miedos y hostilidades hacia una poblaci¨®n inmigrante hoy omnipresente en la sociedad alemana. Todos coinciden en que se trata de un ¨²ltimo intento de los democristianos de generar 'emociones' en una campa?a en la que el ¨²nico que las ha creado con ¨¦xito ha sido Schr?der con su tambi¨¦n muy criticado recurso al populismo pacifista con su postura de negativa total a cualquier cooperaci¨®n internacional en contra de Sadam Husein. Si la demagogia en la campa?a la comenz¨® a utilizar el FDP con las nada veladas acusaciones a Israel que exced¨ªan con mucho la cr¨ªtica al Gobierno de Sharon para caer en el antisemitismo m¨¢s cl¨¢sico, los partidos mayoritarios no le han ido despu¨¦s a la zaga. Pero todo indica que, mientras Schr?der con su antibelicismo f¨¢cil va a cosechar r¨¦ditos electorales, especialmente en el este de Alemania, la CDU con sus nada veladas reflexiones xen¨®fobas del lunes, formuladas por el ministro del Interior de Stoiber en Baviera, ha quedado aislado y ha demostrado el nerviosismo que impera en su central dada la impotencia de responder a la recuperaci¨®n del otrora seguro perdedor Schr?der.
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