Martin Amis provoca la ira con un egoc¨¦ntrico ensayo sobre Stalin
Los historiadores brit¨¢nicos y la izquierda intelectual reniegan de la obra 'Koba the Dread'
Al novelista y ensayista Martin Amis (Osford, 1949) nunca le ha molestado la pol¨¦mica. Desde que public¨® su primera obra, hace ya treinta a?os, ha sido carne de titular. Pero con Koba the Dread: Laughter and the Twenty Million, una revisi¨®n con tintes autorreferenciales de la era de Stalin, ha logrado que historiadores y activistas se pongan de acuerdo en descalificar una obra que al menos tiene el m¨¦rito de haber abierto en el Reino Unido el debate sobre el doble rasero con que la izquierda ha juzgado al nazismo y al comunismo. Los ataques al escritor han sido furibundos.
El libro, un ensayo biogr¨¢fico de 280 p¨¢ginas sobre Stalin -tambi¨¦n llamado Koba por los camaradas bolcheviques-, en el que Martin Amis entremezcla sin pudor algunas de sus obsesiones personales, se public¨® en EE UU en julio y acaba de aparecer ahora en el Reino Unido editado por Jonathan Cape.
La obra, que en espa?ol podr¨ªa traducirse como Koba el Terrible: las risas y los 20 millones de muertos, est¨¢ estructurada en tres partes. En los cap¨ªtulos centrales se retrata a Stalin y su era, mientras la primera y la ¨²ltima partes quieren ser una aproximaci¨®n personal al debate sobre la condescendencia intelectual de Europa con el comunismo.
Amis incluye una carta p¨®stuma, 'al fantasma de mi padre', el novelista Kingsley Amis, que entre 1941 y 1956 milit¨® en el Partido Comunista Brit¨¢nico para acabar convertido en un reaccionario militante del Partido Conservador. El autor dirige una segunda carta a Christopher Hitchens, su amigo del alma desde hace treinta a?os, un trotskista de siempre al que Amis echa en cara su indulgencia con los cr¨ªmenes y el totalitarismo sovi¨¦tico.
'Disiento vehementemente de la manera en que Martin Amis ha analizado los cr¨ªmenes y tragedias de la era de Stalin, o m¨¢s bien los ha reabierto', le ha contestado Hitchens en un art¨ªculo. 'Y confieso que estoy un poco herido por la manera en que me ha usado como material en bruto. Supongo que haber sido el ¨²nico socialista revolucionario en su c¨ªrculo supone una especie de distinci¨®n. Creo que podr¨ªa haber ido mucho m¨¢s lejos si hubiera le¨ªdo el trabajo de muchos escritores superiores'.
'La parte m¨¢s floja del libro de Martin es esa comparaci¨®n del comunismo, e incluso del trotskismo, con el fascismo, que es endeble porque no se atreve a seguir en profundidad su sugerencia de que ambas cosas son lo mismo', sostiene Hitchens. 'No es mi problema. Son los anti-Stalin de izquierda los que me interesan, y los que me interesaban entonces', concluye el viejo amigo.
'Un buen historiador necesita muchas cualidades (...), pero por encima de todo necesita humildad. No escribimos historia para llamar la atenci¨®n sobre nosotros mismos', afirma el historiador Orlando Figes, autor de numerosas obras sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Aunque las solapas del libro sostienen que 'Amis nos entrega quiz¨¢ las 100 mejores p¨¢ginas que se han escrito sobre Stalin', Orlando Figes opina que, 'de hecho, como pieza de escritura hist¨®rica, no es original y es de segunda categor¨ªa'. 'Me recuerda a muchos de los ensayos de estudiantes pregraduados que he le¨ªdo: charlataner¨ªa basada en los trabajos de otros, agudo e ingenioso (sobre todo con las palabras), precipitado en sus conclusiones y repleto de hechos confusos. Al no contar con ninguna fuente rusa -o al menos eso parece-, inevitablemente hay vac¨ªos y distorsiones'.
'Hay errores b¨¢sicos en casi todas las p¨¢ginas. Sin embargo, no es la secci¨®n hist¨®rica la que realmente huele mal, sino la egoc¨¦ntrica manera en que vincula los hechos de la Rusia de Stalin con su propia experiencia en las secciones personales', afirma el historiador . 'Me refiero al pasaje en que compara la muerte de su hermana, por tr¨¢gica que fuera, con el sufrimiento de millones en la Uni¨®n Sovi¨¦tica cuyos seres queridos fueron torturados y luego asesinados por unos s¨¢dicos en la celda de una prisi¨®n o, peor todav¨ªa, enviados como esclavos a un gulag'.
O al pasaje 'despreciable y repugnante por su falta de decoro' en el que compara el llanto de su hija de seis meses con los gritos nocturnos que emanaban de la prisi¨®n moscovita de Burtyrki en la ¨¦poca del Gran Terror. 'El aut¨¦ntico protagonista de su libro no es ni Stalin ni sus v¨ªctimas, sino Amis, el pretendido historiador: Amis cavilando sobre el sufrimiento del mundo desde la seguridad de su hogar', proclama Figes.
'Es un ensayo basado por completo en m¨¢s que conocido material de segunda mano y con una febril especulaci¨®n psicohist¨®rica', denuncia Jason Cowley, editor literario del semanario New Statesman, la revista de la izquierda en la que Martin Amis y Christopher Hitchens trabajaron juntos hace treinta a?os.
'Amis se ha sorprendido de la hostilidad de los historiadores hacia este libro. Quiz¨¢ le estaban diciendo algo importante, como, por ejemplo, que ha llegado el momento de que vuelva a hacer lo mejor que sabe hacer: escribir ficci¨®n c¨®mica', concluye Cowley con acidez.
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