'Die Zeit' opta. Por ambos
La portada del semanario alem¨¢n Die Zeit de ayer har¨¢ historia. Ya la ha hecho. Su titular, 'Schr?der o Stoiber' no supondr¨ªa en s¨ª mayor sorpresa en v¨ªsperas de las que son probablemente las elecciones m¨¢s re?idas desde el final de la II Guerra Mundial en el pa¨ªs m¨¢s poblado de la Uni¨®n Europea y la tercera potencia econ¨®mica mundial. Schr?der o Stoiber es el dilema al que se enfrentar¨¢n los alemanes el domingo a la hora de depositar su voto en las urnas. Es el dilema que desde hace seis meses viene dominando toda la vida pol¨ªtica del pa¨ªs.
Pero la primera plana de Die Zeit esta semana es algo especial, que reconcilia con la magn¨ªfica cultura democr¨¢tica que existe en este pa¨ªs y que tantas veces queda oculta por el mar de lodo populista, los faldicortismos ideol¨®gicos de sus pol¨ªticos, los resentimientos y el gusto por la agresi¨®n. La composici¨®n de la p¨¢gina es t¨¦cnicamente magn¨ªfica, por supuesto. Una barra negra, roja y gualda divide los dos campos en litigio, el de 'Schr?der' y el de 'Stoiber', bajo la legendaria cabecera de la publicaci¨®n del fundador, Gerd Bucerius, y de sus relevos, Marion D?nhoff, una condesa prusiana dedicada hasta su reciente muerte a la mirada limpia y al pensamiento riguroso, y despu¨¦s, Helmut Schmidt, una mente diseccionadora que puede herir a todo y todos menos al raciocinio.
Die Zeit, m¨¢s que un peri¨®dico, una instituci¨®n, lanzaba ayer a dos de sus pesos pesados a debatir en primera p¨¢gina lo que los alemanes debaten desde hace meses: Schr?der o Stoiber.
Michael Naumann, uno de los intelectuales de mayor talla en la Alemania contempor¨¢nea, que en la primera fase del Gobierno de Schr?der fue ministro de Cultura en un pa¨ªs que no tiene ministro de Cultura por efecto de un federalismo que hoy muchos lamentan, defiende la continuidad de esta coalici¨®n de socialdem¨®cratas y verdes.
Josef Joffe, uno de los grandes monstruos del periodismo y del pensamiento pol¨ªtico alem¨¢n, defiende la necesidad del cambio y de reconocer que Schr?der ha perdido la oportunidad hist¨®rica del cambio que su victoria en 1998 le hab¨ªa ofrecido.
Naumann, por el contrario, piensa que se ha hecho mucho y que, con todos sus problemas, obst¨¢culos y errores, el proyecto Schr?der puede liberar a Alemania de las ataduras autoimpuestas. Naumann cree en que la lucha contra el inmovilismo y la burocracia cobarde en Alemania acaba de comenzar.
Joffe cree que la cobard¨ªa reside precisamente en la actitud posibilista de una coalici¨®n bajo Schr?der. Ninguno es entusiasta de su propia postura. Ambos profundamente reflexivos. La portada de Die Zeit lleva a cada lector a una conclusi¨®n diferente, pero es el m¨¢s brillante indicio de que el pr¨®ximo domingo se ha convertido en un reto sin precedentes en la historia de la Alemania democr¨¢tica.
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