Alberto Garc¨ªa abre el camino
El vallecano consigue en los 5.000 metros la primera victoria de Espa?a en la competici¨®n
Alberto Garc¨ªa consigui¨® la primera victoria de un espa?ol en la Copa del Mundo, cuya primera edici¨®n se disput¨® en D¨¹sseldorf en 1977. El peque?o atleta de Vallecas venci¨® delante de su gente, con una hinchada que core¨® su nombre, pues exist¨ªa la convicci¨®n de que pod¨ªa imponerse en los 5.000 metros a pesar de la presencia del keniano Paul Kosgei. Cualquier fondista de Kenia es favorito por definici¨®n. Su facilidad en el fondo va en su sangre, lo mismo que ocurre con los et¨ªopes. De alg¨²n modo, Garc¨ªa es una rareza en el panorama europeo del fondo, desacreditado en los ¨²ltimos a?os por la capitulaci¨®n de viejas potencias como Finlandia, Italia y el Reino Unido.
Durante los ¨²ltimos a?os, Garc¨ªa ha efectuado un minucioso ejercicio de aproximaci¨®n a los mejores especialistas. Atleta entregado como pocos a su profesi¨®n, respetado en todos los ¨¢mbitos, comienza a cumplir con los objetivos que se traz¨® cuando ascendi¨® del 1.500 al 5.000. Despu¨¦s de su estupenda actuaci¨®n en los Mundiales de Edmonton, gan¨® de forma apabullante en los Europeos. En estos dos pr¨®ximos a?os tendr¨¢ de frente sus principales desaf¨ªos: los pr¨®ximos Mundiales de Par¨ªs y los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas. Para empezar, ha logrado una prestigiosa victoria en Madrid, donde se impuso de manera categ¨®rica a Kosgei.
La carrera fue lenta, como cabe esperar de este tipo de competici¨®n, donde se vigilan m¨¢s los puntos que las marcas. Fuera de Kosgei, quedaba la amenaza del franc¨¦s Sghir, uno entre la multitud de marroqu¨ªes que han cambiado de nacionalidad. Todo discurri¨® con normalidad hasta la ¨²ltima vuelta. No era el caso de vaciarse en tirones. Ser¨ªa la ¨²ltima vuelta la que dictar¨ªa sentencia y all¨ª Garc¨ªa hizo la misma demostraci¨®n que en los Europeos. Atac¨® con fiereza y descolg¨® a Kosgei, que perdi¨® el paso del espa?ol, triunfador entre el entusiasmo de la gente. 'Los africanos siguen por encima de nosotros, pero quiz¨¢ a partir de ahora ya no tengan que darse la vuelta para verme la cara, sino mirar hacia adelante para mirarme la espalda', declar¨®.
Fue una jornada que evidenci¨® la capacidad competitiva de los mejores espa?oles. El caso de Maite Mart¨ªnez es palmario de esa cualidad. Alcanz¨® la segunda posici¨®n en los 800 metros frente a dos de las mejores atletas de los ¨²ltimos a?os, la mozambique?a Mar¨ªa Mutola y la eslovena Yolanda Ceplak. En otro ejercicio de coraje, super¨® a Ceplak en la recta final, aunque Mutola le result¨® inalcanzable. Reyes Est¨¦vez fue segundo en los 1.500 metros, carrera sorprendente porque vulner¨® la ¨¦tica de la Copa, en la que los atletas defienden a sus pa¨ªses. Aqu¨ª el estadounidense S¨¦neca Lassiter defendi¨® al keniano Bernard Lagat, compa?ero de entrenamiento. Lagat, el ¨²nico que se acerca de vez en cuando al marroqu¨ª El Guerruj, utiliz¨® a Lassiter como liebre, de lo que estaba perfectamente informado Est¨¦vez. El espa?ol se coloc¨® inmediatamente a la estela de Lagat y sigui¨® el imponente ritmo de Lassiter, que pas¨® por los 800 en 1m 50,20s, un parcial digno del r¨¦cord del mundo.
Por detr¨¢s, el franc¨¦s Mehdi Baala, campe¨®n de Europa, no se enter¨® de la maniobra y qued¨® cortado. A Lassiter no le importaban los puntos de Estados Unidos. Le interesaba lanzar a Lagat. Al paso por los 1.000 metros consider¨® que hab¨ªa cumplido y comenz¨® a trotar. Qued¨® ¨²ltimo y probablemente impidi¨® que Estados Unidos ocupara la primera posici¨®n en la categor¨ªa masculina, encabezada por ?frica, con 65, frente a 61 de los norteamericanos. Est¨¦vez no logr¨® apurar a Lagat en los ¨²ltimos 300 metros y fue segundo.
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