Odisea
En julio de 1992 -ahora hace diez a?os-, cinco amigos, coincidentes en algunos aspectos de la vida, constituimos el col.lectiu L'arnad¨ª con el ¨¢nimo de influir, a nuestra manera, en la tarea de reconciliaci¨®n que requer¨ªa y requiere la sociedad valenciana.
El resultado de aquel experimento qued¨® reflejado en un centenar de art¨ªculos que se publicaron a lo largo de otras tantas semanas en el Levante-El Mercantil Valenciano. Esta larga serie de reflexiones dom¨¦sticas se recogi¨® en dos vol¨²menes. Qued¨® inconclusa porque las circunstancias adversas se cebaron casualmente en una de las opciones que se han concitado para superar la cerraz¨®n y la intolerancia. L'arnad¨ª en este sentido no fue tan siquiera una excepci¨®n, sino m¨¢s bien una prueba fehaciente, de que las partes en conflicto en ning¨²n caso han consentido, hasta ahora, hablar de conciliaci¨®n.
Los dos op¨²sculos en los que se recopilaron los art¨ªculos del col.lectiu L'arnad¨ª contaron con sendas introducciones de lujo. Vicent Ventura Beltr¨¢n, en uno de sus ¨²ltimos escritos antes de morir, y Josep Maria Soriano Bess¨®. El primer art¨ªculo de la serie se public¨® el 3 de julio de 1992 con un contenido program¨¢tico, bajo el t¨ªtulo de L'odissea dels disgustats. Era una especie de autodefinici¨®n colectiva en la que se reconoc¨ªa que 'passen per ser gent d'independ¨¨ncia pol¨ªtica i van a la seua, que sol ser una seua meditada i plena de flors uns dies i villanies uns altres. Tenen m¨¦s voltes del que caldria el disgust a la cara i, sovint, van amb el manillar baix per culpa d'algun colp de destral, assestat amb parsim¨°nia per les forces vives del cap i casal'.
Este es el homenaje personal a quienes me acompa?aron en aquella aventura, en muchos aspectos premonitoria, de una caza y captura que finalmente consigui¨® lamentablemente su objetivo en el m¨¢s desalentador de los silencios.
Cuatro impulsos y otras tantas iniciativas, de quienes mantuvieron el tipo durante dos a?os y medio en la lucha permanente por la libertad. En esa valiente tarea estuvieron a mi lado Tom¨¢s Escuder Palau (Castell¨®, 1946), navegante solitario; Juan Esquembre Menor (Villena, 1948), curioso de la vida; Vicent Mart¨ªnez Riera (Manises, 1949), futbolista de medio campo, y Josep Martorell Dami¨¤ (Cabanyal, 1949), aprendiz de m¨²sico.
Todos ellos pueden estar satisfechos de aquel intento para juntar las dos orillas. La intenci¨®n era sana y el esfuerzo fue considerable, pero, quiz¨¢s, nos equivocamos en la oportunidad del momento. En cualquier caso, a¨²n hoy, el fragor de los tambores de guerra acaba enmudeciendo los t¨ªmidos intentos por sellar la paz, aunque tan s¨®lo sea en el terreno intelectual de la cultura o en el acuerdo elemental de c¨®mo llamar a las cosas por su nombre.
A¨²n con estos signos de desesperanza, sabemos que nuestro esfuerzo no fue bald¨ªo y asumo, por todos ellos, el compromiso de que los dos vol¨²menes publicados con los art¨ªculos del col.lectiu L'arnad¨ª se fundir¨¢n en un solo libro y se completar¨¢n con los textos que no pudieron recopilarse en su d¨ªa. Ser¨¢n el testimonio de una voluntad de civismo y lealtad que aprendimos de los que nos precedieron y confiamos en que sepan continuar quienes nos sucedan.
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