El Valencia empata al l¨ªmite

Se enfrentaron ayer dos equipos con trayectorias parecidas, con firmeza en sus dos primeros envites ligueros y con buenos resultados en Europa. El Valencia sab¨ªa que no iba de paseo y se puso a trabajar pronto. Pero se top¨® con un rival ¨¢vido por engancharse al carro estelar de la Liga, a base de esfuerzo t¨¢ctico y sin los artificios de grandes fichajes. Con esa convicci¨®n el equipo andaluz dobleg¨® a su rival en la primera mitad, pero sufri¨® el mazazo en la prolongaci¨®n.

El M¨¢laga estuvo respond¨®n y el partido entr¨® en una fase de peque?os duelos, que no se traduc¨ªan en demasiadas ocasiones. La causa: el estricto orden t¨¢ctico que propugnan tanto Peir¨® como Rafa Ben¨ªtez. A falta del torbellino Dar¨ªo Silva, Peir¨® confi¨® a Sandro la dif¨ªcil tarea de roer el muro configurado ayer por Baraja y De los Santos. En el otro lado, Aimar anduvo vigilado por Gerardo y Miguel ?ngel. Los cuatro pivotes impusieron la ventaja num¨¦rica para no dejar respirar a Sandro y Aimar, lo que provoc¨® un juego enmara?ado y poco prol¨ªfico.

Hasta que sorprendi¨® Manu, un chaval que lleg¨® del filial del Real Madrid en diciembre pasado con m¨¢s puertas cerradas que abiertas en el esquema de Peir¨®. Ayer llam¨® la atenci¨®n su alineaci¨®n. Faltaba Romero, y el t¨¦cnico blanquiazul prefiri¨® apartar del carril derecho a Gerardo para que se ocupara de Aimar. Manu tuvo su hueco y el resultado, en la primera mitad, fue inmejorable: Aimar fue anulado y Manu se peg¨® un fest¨ªn. Al joven interior no le import¨® que Carboni pueda ser su padre. Le perdi¨® el respeto sin titubear y le gan¨® en cada acci¨®n con un descaro y una entrega siempre al l¨ªmite. Se sali¨® del estadio cerca de la media hora, cuando abri¨® el marcador tras una buena arrancada y mejor pase de Valcarce.

Sin tiempo para asimilarlo, el Valencia, aturdido, encaj¨® el segundo en una acci¨®n a bal¨®n parado en el que la defensa de Ben¨ªtez se olvid¨® de Roteta, un tipo pelirrojo y alto que corr¨ªa solitario por el ¨¢rea.

Rafa Ben¨ªtez intent¨® reparar su l¨ªnea m¨¢s defectuosa y Aimar no volvi¨® al c¨¦sped. Le sustituy¨® Mista. Su entrada no pudo ser m¨¢s efectiva. Marc¨® antes de que nadie reparara que estaba en el campo. Lo cierto es que Mista aplic¨® dinamismo frente a la l¨ªnea defensiva de Peir¨®, y tampoco le resultaba f¨¢cil a Gerardo mantener la persecuci¨®n que sufri¨® Aimar 45 minutos.

El M¨¢laga crey¨® controlar cualquier atisbo de remontada tras el gol de Mista. Quedaba tiempo y el conjunto andaluz cedi¨® el bal¨®n a un Valencia refrescado en ataque con S¨¢nchez, Mista y Angulo. Con el equipo ch¨¦ cada vez m¨¢s volcado, Peir¨® ya no consider¨® necesaria la presencia de Sandro, un especialista en ataques est¨¢ticos y en desenmara?ar defensas tercas. Le supli¨® Leko, una apuesta habitual de Peir¨® y que suscita no pocos miedos en la grada.

La opci¨®n del M¨¢laga pas¨® a ser la del contraataque. Y la yugular naranja estuvo a tiro del M¨¢laga. Ca?izares se emple¨® a fondo ante un disparo de Leko y el larguero repeli¨® el intento de Edgar. Pero los minutos pesaban y la clarividencia es una virtud incompatible con el cansancio. Lo pag¨® el M¨¢laga. El descuento de cinco minutos, muy protestado desde los anfiteatros, le vino largo. El gol valencianista lleg¨® en el minuto 95 y las ilusiones blanquiazules se desvanecieron mientras Carmona M¨¦ndez sal¨ªar escoltado. Las iras del p¨²blico se encontraron con una respuesta policial contundente en las gradas.