General Electric y las pensiones de oro
Estos d¨ªas se celebra en Madrid un congreso en el que estaba anunciada la intervenci¨®n de Jack Welch, antiguo presidente de General Electric (GE), la primera empresa del mundo, a trav¨¦s de videoconferencia. Desconozco si lo ha hecho, pero seguramente no es el momento m¨¢s oportuno para ¨¦l. Welch, al que han denominado 'el ejecutivo del siglo' o 'el Tiger Woods de los negocios', tiene dificultades pese a que hace ya casi dos a?os que se jubil¨®.
El problema tiene que ver con su jubilaci¨®n y con las denominadas pensiones de oro y los sueldos y remuneraciones de los altos ejecutivos americanos. Welch sufri¨® un contratiempo muy humano: se divorci¨® de su mujer al establecer relaciones con la redactora jefe de la Harvard Business Review, y la primera denunci¨® el convenio de divorcio. Entonces se supo que el legendario ejecutivo de GE, adem¨¢s de un sustancioso sueldo como asesor externo de 800.000 d¨®lares anuales, hab¨ªa pactado el uso y disfrute de otras remuneraciones en especie como los aviones y helic¨®pteros de la compa?¨ªa, los servicios de seguridad, las limusinas e incluso un apartamento en las proximidades de Central Park, en la ciudad de Nueva York.
?Es excesiva esta pensi¨®n en un hombre que convirti¨® GE de una empresa fabricante de electrodom¨¦sticos que facturaba 13.000 millones de d¨®lares en un gigante energ¨¦tico con casi 500.000 millones de d¨®lares de facturaci¨®n y m¨¢s de 300.000 empleados esparcidos por m¨¢s de cien pa¨ªses? Welch, al que siempre gust¨® escribir, se ha explicado en un art¨ªculo publicado en el peri¨®dico The Wall Street Journal titulado 'Mi dilema y c¨®mo lo resolv¨ª'. En ¨¦l cuenta c¨®mo prefiri¨® el tipo de contrato con remuneraciones en efectivo y en especie a uno alternativo de 'decenas de millones de d¨®lares' que le ofrec¨ªa la multinacional. 'Siempre he pagado por mis almuerzos privados, no tengo cocinero, no tengo entradas especiales para acontecimientos culturales y deportivos, y muy raramente uso los asientos de GE o de NBC [la cadena de televisi¨®n que adquiri¨® en diciembre de 1985] para esos acontecimientos.Fuera de an¨¦cdotas personales, Welch reconoce que el esc¨¢ndalo por su jubilaci¨®n de oro ha venido determinado 'por la atm¨®sfera creada por los abusos de algunos grandes directivos'. De modo inmediato pidi¨® a su sucesor, Jeffrey Inmelt, que eliminase todo de su contrato, excepto el tradicional apoyo administrativo y de oficina que se ha concedido durante d¨¦cadas a los presidentes y vicepresidentes retirados de GE. 'En consecuencia, pagar¨¦ por el uso de todas las dem¨¢s instalaciones y servicios proporcionados, como aviones y el piso de la compa?¨ªa. Calculo que voy a abonar entre dos y 2,5 millones de d¨®lares por esos servicios'. Poco antes de esa decisi¨®n, la SEC (organismo regulador de los mercados) hab¨ªa abierto una investigaci¨®n para comprobar si GE hab¨ªa sido demasiado generosa con Welch y si se hab¨ªa producido ocultaci¨®n a los accionistas.
La atm¨®sfera creada por los abusos de los ejecutivos ha sido denunciada por el presidente de la Reserva Federal (Fed) de Nueva York, William Donough, que en un discurso inst¨® a los presidentes de las grandes empresas a que se bajen sus sueldos porque son 'dif¨ªciles de justificar moralmente'. ?No deber¨ªa haber m¨¢s l¨ªmites econ¨®micos y morales al sistema de retribuci¨®n ligado al mercado', se preguntaba. Seg¨²n sus datos, la paga media de los presidentes representa ahora 400 veces el salario medio de los trabajadores, frente a 42 veces de hace dos d¨¦cadas.
Peter Drucker, experto en estrategia empresarial, afirma que la diferencia de remuneraci¨®n entre el m¨¢ximo ejecutivo de una empresa y el trabajador base no deber¨ªa ser mayor de 20 veces, ya que a partir de dicho l¨ªmite se sobrevalora la contribuci¨®n del primero al ¨¦xito de la compa?¨ªa en comparaci¨®n con la del trabajador base. En el a?o 2000, antes del estallido de la burbuja tecnol¨®gica, la diferencia entre ambos alcanz¨® las 411 veces, seg¨²n Business Week.
Welch, que ha escrito unas memorias (Hablando claro) que han sido un gran ¨¦xito de ventas y que dedica a los cientos de miles de empleados de GE, ha sido el pagano de esta atm¨®sfera de desigualdad.
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