Novillada oto?al

A lo mejor estaba escrito. Que la novillada iba a resultar como el tiempo: revuelto, lluvioso y oto?al. Tibio y deslucido. Y as¨ª fue que los novillos exhibieron bonitas l¨¢minas y mansedumbre a repartir sin disumulo. Aunque como casi siempre, alguno manifestara nobleza, y fuera posible darle lances o muletazos.

La actuaci¨®n m¨¢s completa de la tarde la llev¨® a cabo Luis Bol¨ªvar. Quien adem¨¢s de hacer un excelente quite por saltilleras, en el segundo de la tarde, le gan¨® la partida a los dos mansos con genio de su correspondiente lote. Buena disposici¨®n, cabeza torera entre los hombros, y valor para ponerse en lugares comprometidos. Encima acert¨® a robar un natural, aquel derechazo, que dejaron nota de que posee buen estilo. Una tarde prometedora del novillero colombiano, que se present¨® con picadores en Las Ventas este verano y ayer refrend¨® la buena impresi¨®n que caus¨®.

Andr¨¦s Palacios explic¨® en su primero, sin mucho ruido, que atesora buenas maneras, corte a tener en cuenta, y una idea cl¨¢sica de que es eso de parar, templar y mandar. Pero le cuesta aplicar la teor¨ªa. Muletazos sueltos que tuvieron prestancia, y un toreo a dos manos para cerrar al novillo en el tercio, antes de entrar a herir, que dejaron en el aire cierto aroma que es grato respirar. Pero le toca aplicarse.

En su segundo, Palacios pis¨® con m¨¢s firmeza la arena, y sin llegar a ligar faena, consigui¨® muletazos por ambos pitones, templados, en los que imprimi¨® gusto. Cuando estaba rematando la faena con ayudados por alto a guisa de sanjuaneras, el arco iris se hizo presente en lo alto. Toda una belleza de luz y misterio pasada por agua, que no dejar¨ªa de caer hasta el final del festejo.

Jos¨¦ Luis Mi?arro quit¨® por gaoneras muy ce?idas en su primero, y luego comenz¨® la faena de muleta por ajustados estatuarios, para a continuaci¨®n perderse en un trasteo largo, desigual, sin mando. Al sobrero de Rom¨¢n Sorando lo pas¨® de muleta con templanza y soser¨ªa, tal como era el deslucido novillo.