Celo electoral en Marruecos
Una veintena de ONG marroqu¨ªes se unen para vigilar la buena marcha de las elecciones
Las oficinas parecen una colmena, con las idas y venidas de j¨®venes voluntarios que repasan los informes llegados de sus corresponsales de provincias. Es la sede principal, en el centro de Rabat, del colectivo de asociaciones para la observaci¨®n de las elecciones, que reagrupa a 22 ONG marroqu¨ªes feministas, de derechos humanos e incluso culturales. Se han unido desde abril para intentar comprobar que los comicios del pr¨®ximo viernes se desarrollan como han prometido las autoridades, con honestidad y transparencia.
'Esta iniciativa no tiene precedentes en Marruecos', recalca satisfecha Leila Rahiwi, una feminista que coordina la operaci¨®n en la que participan ONG de reconocido prestigio como Transparency Marruecos o la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos. Treinta y tres permanentes y 2.500 voluntarios, formados a marchas forzadas, trabajan intensamente a lo largo y ancho de Marruecos gracias a las subvenciones proporcionadas por la cooperaci¨®n canadiense o la fundaci¨®n alemana Friedrich Ebert. Por ahora, los voluntarios recopilan los abusos cometidos durante la campa?a como, por ejemplo, la utilizaci¨®n de coches oficiales por alg¨²n candidato. El viernes, con la chapa que les acredita como observadores, recorrer¨¢n los colegios electorales. 'Con los efectivos de los que disponemos visitaremos un 10%, un porcentaje significativo para poder hacerse una idea de c¨®mo se desarrollan las votaciones', a?ade Rahiwi.
El ministro del Interior marroqu¨ª, Driss Jettu, ha alabado la iniciativa de las ONG, que 'otorgar¨¢ credibilidad a las votaciones', pero no les ha autorizado a permanecer todo el d¨ªa en los colegios ni a asistir al escrutinio. Alega que la ley electoral s¨®lo prev¨¦ la presencia de los miembros de la mesa y los representantes de los partidos.
'No compartimos su lectura restrictiva de la ley', afirma el empresario Bachir Rachdi, portavoz del colectivo de ONG. 'La ley no lo prev¨¦, pero tampoco lo prohibe'. 'En todo caso, hemos llegado a un acuerdo con Interior que permitir¨¢ a los observadores hacer dos visitas' a los colegios electorales representativos. 'Al margen de esta discrepancia, el ministro se ha mostrado cooperativo', asegura Rahiwi.
El colectivo ha dado ya una primera evaluaci¨®n del car¨¢cter democr¨¢tico de la nueva legislaci¨®n electoral. Reconoce que supone un paso adelante, pero critica con dureza la creaci¨®n, por decreto, y el recorte de las 91 circunscripciones electorales en las que ha sido dividido el pa¨ªs. En algunas de ellas, como Ain Sebaa, un diputado necesita m¨¢s de 60.000 sufragios para resultar elegido, mientras que en las m¨¢s peque?as, como Assa-Zag o Ausserd, le bastan 6.000 o incluso 2.750.
'(...) Nada de esto est¨¢ justificado por las especificidades geogr¨¢ficas o ¨¦tnicas', se?ala el primer informe del colectivo. No precisa, sin embargo, a qu¨¦ partidos este recorte lesiona. Algunos polit¨®logos marroqu¨ªes sostienen que perjudica a los ¨²nicos islamistas que se presentan, los moderados del Partido de la Justicia y del Desarrollo.
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