Leviat¨¢n

Los padres peregrinos que desembarcaron en una tierra de promisi¨®n, y en cuyo recuerdo la gente se zampa un pavo al a?o, crearon un monstruo: Estados Unidos. Un leviat¨¢n. El documento de Bush dice que ning¨²n pa¨ªs podr¨¢ igualar el poder de EE UU, que ya pueden atacar cualquier pa¨ªs por s¨ª solos contra cualquier 'amenaza emergente'. Ha venido sucediendo desde el final de la URSS, y es el significado bruto de una frase culta: el fin de la historia. Un proceso que empieza con el primer hombre y ahora llega a su culminaci¨®n: el paso del cazador a la tribu, y de ella a la horda, y a la naci¨®n y la conquista de otras naciones, la formaci¨®n de los imperios deber¨ªa acabar en uno solo en torno al cual pulularan desde los mendigos hasta los serviles. En esa evoluci¨®n hay un proceso de acumular riqueza, poder, armas, dinero; quit¨¢ndoselo a los dem¨¢s.

El siglo XX fue decisivo en la lucha esgrimiendo ideolog¨ªas diferentes para atraer aliados: Alemania, Reino Unido, Uni¨®n Sovi¨¦tica, Estados Unidos. Las ideolog¨ªas -nazi o dem¨®crata, comunista o cristiana- han dejado de disfrazar este movimiento voraz: el texto de Bush tiene la suficiente claridad como para despejar inc¨®gnitas, olvidar declaraciones de independencia y de derechos humanos: es el gorila d¨¢ndose golpes en el pecho para demostrar que no hay ning¨²n otro que le pueda privar de su dominio absoluto. Digo Bush porque es la persona mantenida para culminar ese proceso: le pusieron al frente, aun manteniendo dos meses de revisi¨®n de las elecciones hasta que saliera ¨¦l -con menor n¨²mero de votos que su rival-; y cumplir¨¢n el proceso administrativo de poner otro en su lugar cuando llegue el plazo. Es igual. Los que le pusieron le quitar¨¢n: los que han seguido en el pa¨ªs el proceso de acumulaci¨®n de fuerza. Los espa?oles no debemos asombrarnos de esto. Hemos sido un camino de imperios; hasta lo hemos sido nosotros mismos. En el siglo XX se han cruzado aqu¨ª, hasta en una guerra civil, sistemas que hemos llamado dem¨®cratas, nazis, comunistas. Uno m¨¢s, qu¨¦ importa. A¨²n hay gentes de gran pureza que siguen resistiendo y defendiendo otra clase de libertades. No quiero decir que no vayan a ganar nunca. Todo imperio ha dado sus gritos de gorila antes de morir: pero ha muerto.