"En el fondo, a los islamistas no les gusta la democracia"
Mohamed el Yazghi, n¨²mero dos de la Uni¨®n Socialista de Fuerzas Populares, es el hombre que controla el aparato del primer partido marroqu¨ª. A sus 67 a?os, El Yazghi, que ostenta la cartera de Medio Ambiente, Urbanismo y Vivienda, es tambi¨¦n el dirigente m¨¢s d¨ªscolo de su formaci¨®n. Prueba de ello es que en el Consejo de Ministros que presidi¨® el rey Mohamed VI, en julio, se atrevi¨® a lamentar la escasa informaci¨®n que el Gobierno hab¨ªa recibido sobre la crisis del islote Perejil, y puso en duda la oportunidad de la iniciativa marroqu¨ª.
Pregunta. ?Ser¨¢n diferentes de las anteriores las elecciones legislativas del pr¨®ximo viernes en Marruecos?
Respuesta. S¨ª. Ser¨¢n aut¨¦nticas. Se desarrollar¨¢n con total transparencia. La lucha por la democracia llevada a cabo por los socialistas va dando sus frutos. Ya nadie se opone a la democracia en Marruecos.
P. ?No es necesario, para conquistar la democracia, una nueva Constituci¨®n en la que el Gobierno, no el rey, ostente el poder ejecutivo?
R. En 1991, los socialistas y otros partidos pedimos el cambio de Constituci¨®n. En 1996 votamos la nueva Constituci¨®n fruto de un acuerdo alcanzado entre Hassan II y las fuerzas democr¨¢ticas para salvar el pa¨ªs. Es verdad que atribuye responsabilidades importantes el rey. Desde que llegamos al poder se ha logrado aplicar con m¨¢s racionalidad. Pero a¨²n no se ha sacado todo el partido de la actual Carta Magna. Lo que hay que hacer primero es poner plenamente en pr¨¢ctica la actual Constituci¨®n.
P. ?Y despu¨¦s?
R. Estas elecciones son un eslab¨®n fundamental de la cadena de reformas institucionales que se desarrollan en Marruecos. La mayor¨ªa parlamentaria que resulte de ellas saldr¨¢ de verdad de las urnas, se corresponder¨¢ con la voluntad del pueblo. Todo esto acabar¨¢ repercutiendo sobre el sistema pol¨ªtico y el reparto de poderes.
P. En todo el mundo las transiciones pol¨ªticas han supuesto siempre elecciones libres y una nueva Constituci¨®n democr¨¢tica.
R. La diferencia entre Espa?a y Marruecos es que nosotros hemos empezando la transici¨®n con Franco a¨²n vivo. . Por eso, la secuencia no es la misma que en Espa?a.
P. La tendencia no va en el sentido que usted apunta. Los ministros de soberan¨ªa, elegidos y nombrados por el rey, act¨²an con frecuencia al margen del Gobierno y el entorno del monarca ha usurpado recientemente algunas competencias econ¨®micas del Ejecutivo.
R. Ni lo uno ni lo otro es as¨ª. No hay ministros de soberan¨ªa en la Constituci¨®n, sino ¨¢mbitos reservados al rey. Los ministros a los que se refiere dan cuenta al Gobierno que preside Abderram¨¢n Yussufi y reciben sus instrucciones durante el Consejo de Ministros. En cuanto a la llamada ventanilla ¨²nica, con la que se canaliza la inversi¨®n econ¨®mica, los walis (gobernadores) rinden cuentas al ministro de Econom¨ªa, y la comisi¨®n de arbitraje est¨¢ presidida por el primer ministro.
P. ?Cu¨¢l es el balance de cuatro a?os y medio de Gobierno con un primer ministro socialista?
R. Una ampliaci¨®n de las libertades, un mayor respeto de los derechos humanos y la puesta en marcha de una pol¨ªtica de reparaciones para las v¨ªctimas de los atropellos de ¨¦pocas anteriores. Hay unos 2.000 casos resueltos sobre un total de 6.000 expedientes abiertos. Hemos asestado un duro golpe a la econom¨ªa rentista y sentado las bases de una cultura de desarrollo. Nunca la inversi¨®n ha alcanzado un nivel tan alto y, pese a la sequ¨ªa, el crecimiento medio anual en esta etapa ha sido del 3,5%. En cuanto a escolarizaci¨®n, viviendas, creaci¨®n de infraestructuras en el mundo rural, hemos hecho en cuatro a?os m¨¢s que en los 20 anteriores.
P. ?Han fracasado en algo?
R. S¨ª. El ¨ªndice de paro es elevado pese a la creaci¨®n de empleo. No tenemos suerte porque esto son a?os, y seguir¨¢ siendo as¨ª hasta el 2015, en los que llegan muchos j¨®venes al mercado de trabajo. Estamos dispuestos a que el electorado nos cobre factura por esto y por el desgaste del poder.
P. ?Qu¨¦ representan los islamistas en Marruecos?
R. Aunque con defectos, en Marruecos el sistema ha sido siempre pluripartidista. Esto no era un r¨¦gimen de partido ¨²nico en el que la oposici¨®n ten¨ªa que refugiarse en las mezquitas. Eso hace que sean d¨¦biles. El Partido de la Justicia y Desarrollo no se presenta a las elecciones en un 40% de las circunscripciones. Ser¨¢ que no est¨¢ lo suficientemente implantado para poder hacerlo... La asociaci¨®n Justicia y Caridad ha optado por no presentarse. Se equivocan diciendo que no hay garant¨ªas democr¨¢ticas. En el fondo no les gusta la democracia. Y despu¨¦s nos queda el pu?ado de extremistas, algunos de los cuales han sido detenidos a lo largo del verano. Se asemejan m¨¢s a una peque?a organizaci¨®n criminal que a un movimiento pol¨ªtico, porque no ejercen influencia alguna sobre la sociedad.
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