Amistad rusa
Francisco de la Torre, a la saz¨®n alcalde y se?or de los Pinares de San Ant¨®n, est¨¢ que se sale. Se quit¨® el manto protector de Celia Villalobos, que no era moco de pavo, y ech¨® a andar con las muletas de parte del equipo de la anterior alcaldesa. Dicho as¨ª, parece algo normal. Pero Francisco de la Torre, el hombre-duda, el pol¨ªtico de dos para adelante y tres para atr¨¢s; el pol¨ªtico masticador de ideas y proyectos de larga y pesada digesti¨®n, puede pasar a la mediocre historia de M¨¢laga como el alcalde que fue capaz de recalificar 135.000 metros cuadrados de suelo r¨²stico para darse el gustazo de convertir uno de los escasos y raqu¨ªticos pulmones verdes que tiene M¨¢laga en una zona residencial, con cuatro pistas de deportes y una iglesia ortodoxa. ?Se?or, se?or! lo que hay que tragar. Y lo mejor, que todo se hace ampar¨¢ndose en la cultura, el deporte y la amistad hispano rusa. De risa.
Francisco de la Torre, al que ¨²ltimamente se le suelta la lengua con demasiada frecuencia, hace bueno a su concejal de Urbanismo, Manuel Ramos, pol¨ªtico sin empacho alguno en decir que el aporte cultural y deportivo del Centro Hispano Ruso es de tal importancia que todas las 'dem¨¢s cuestiones son secundarias'. As¨ª se hace ciudad, se construye el futuro. Ni Jes¨²s Gil lo har¨ªa mejor. A este Manuel Ramos hay que hacerle un monumento. Y pagarlo con las millonarias plusval¨ªas de esta operaci¨®n poco clara, con documentos que se pierden, informes del propio Ayuntamiento contrarios al proyecto. A Francisco de la Torre, m¨¢s que un monumento, habr¨ªa que elevarlo a los altares por su candor.
Pese a la oposici¨®n de socialistas y de IU, hoy el pleno municipal aprobar¨¢ el plan. ?ste fue uno de los motivos por los que denunci¨® el presidente Chaves la 'actividad depredadora' en materia urban¨ªstica del Ayuntamiento de M¨¢laga. Motivos tendr¨¢ para pasar de las palabras a los hechos. Marisa Bustinduy, portavoz socialista, dice que recurrir¨¢ a la Junta, precisando que no est¨¢ en contra de que se hagan inversiones en M¨¢laga, sino que se hagan de esta manera, beneficiando a unos pocos y favorecer los intereses de los poderosos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.