Los poetas del Danubio
LA GRAN LITERATURA h¨²ngara no es la que exalta el esplendor de una Hungr¨ªa heroica, sino la que denuncia la miseria del destino h¨²ngaro, comenta Claudio Magris en El Danubio. Un lied de la Baranya que cuenta la derrota del rey y su muerte a manos de los turcos dice que el monarca qued¨® cubierto por las moras silvestres. Era el a?o 1526 en Moh¨¢cs. Desde entonces, la naci¨®n magiar se construy¨® en 'permanente agon¨ªa', como dijo L¨¢szlo N¨¦meth. Una pregunta se plantea, como un estribillo, desde hace quinientos a?os: ?seremos siempre derrotados?
Pet?fi cabalg¨® hacia la muerte a sabiendas de que el enemigo extranjero ser¨ªa menos cruel con ¨¦l que como lo fueron sus ego¨ªstas compatriotas. Endre Ady (1877-1919), que muri¨® joven de una mezcla entre pulmon¨ªa, s¨ªfilis, alcoholismo, nicotina y spleen cant¨® a la t¨¦trica tierra magiar. Su poes¨ªa, una original conjunci¨®n entre simbolismo y vanguardia, fue atacada por la supuesta ininteligibilidad, 'pero tengo un miedo m¨¢s mortal a¨²n a ser comprendido', respondi¨®. Ady admiraba a Darwin y a Marx, tambi¨¦n a la revoluci¨®n sovi¨¦tica, aunque predijo que nada bueno para Hungr¨ªa vendr¨ªa de all¨ª. Sin embargo, muri¨® conociendo la independencia del Imperio Austroh¨²ngaro (la ¨¦poca de mayor brillantez y libertad para ambos pueblos) tras el fin de la I Guerra Mundial. Ady hablaba de los 'verdugos de sue?os', sin imaginarse los que del futuro estaban por llegar.
Attila J¨®zsef (1905-1937) afirma que los h¨²ngaros estaban sentados al 'borde del universo'. ?l lo recorri¨® como un funambulista y, finalmente, se arroj¨® al vac¨ªo. Gran parte de la poes¨ªa magiar pereci¨® a manos propias o ajenas. Mikl¨®s Radnoti escondi¨® en los bolsillos de la chaqueta los poemas que acababa de escribir pensando, quiz¨¢, que estos detendr¨ªan el camino de las balas nazis. Cuando, tiempo despu¨¦s, lo exhumaron, las balas respetaron los poemas.
Todos los poetas tienen su escultura en las calles de Budapest: Pet?fi, Arany, Ady, Jozsef o, al menos, dedicada una calle. Ady era m¨¢s bien bajo, apuesto y ocurrente, el escultor lo hizo alto y esbelto como un boxeador. Sin embargo, la escultura de Attila, frente al Danubio, rompe con el romanticismo de las otras. Es realista y refleja muy bien la personalidad del homenajeado. El autor de poemarios como El mendigo de la belleza o Duele mucho, mezcl¨® el simbolismo, el expresionismo, la imaginer¨ªa vanguardista con las ra¨ªces populares de las baladas. Antes de comprobar lo que hab¨ªa vaticinado en el poema ?Oh! Europa: '?Oh! Europa tiene muchas fronteras, / y en las fronteras muchos asesinos...'; se lanz¨® bajo un tren en 1937. Attila J¨®zsef hab¨ªa escrito: 'El tren encendido del sol ha rodado / ante mi umbral indiferente'. Hay otros muchos poetas como Lajos Kass¨¢k (1887-1968), futurista y promotor de varias publicaciones de vanguardia, Arpad T¨®th, etc¨¦tera. Kass¨¢k fue uno de los m¨¢s importantes representantes de la vanguardia europea. Poeta, narrador, ensayista, pintor, estuvo en permanente combate a trav¨¦s de la promoci¨®n y direcci¨®n de revistas y mantuvo su independencia de la pol¨ªtica. Kass¨¢k sobrevivi¨® malamente durante el comunismo, siendo criticado y perseguido por Luk¨¢cs. Hace a?os, el IVAM le dedic¨® una muestra.
Continuando esta tradici¨®n, se publica la antolog¨ªa 99 Poes¨ªas. Son poetas que han llevado a cabo su labor a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y todav¨ªa siguen en activo. En casi todos podemos percibir la desaz¨®n de los predecesores, a veces ba?ada de sana iron¨ªa. Istv¨¢n Agh dice: 'Y nosotros, que para sobrevivir renunciamos / a la juventud'; 'Detr¨¢s de tanques, de exterminadores, / siempre anda el silencio y la sombra', a?ade Istv¨¢n Bella. Otros poetas son L¨¢szlo De¨¢k, Elemer Horv¨¢th, S¨¢ndor K¨¢ny¨¢di, Istv¨¢n Lakatos, Zsuzsa Rakovszky, S¨¢ndor R¨¢kos o Erzs¨¦bet T¨®th.
Pero hay uno que me emociona especialmente, P¨¦ter K¨¢ntor (1949). Sobre todo su poema El poeta fluvial. K¨¢ntor se asoma al Danubio siendo el mismo y distinto poeta que los anteriores a ¨¦l y los futuros, reflexiona sobre las cosas dulces y amargas de la vida desde esa intemporalidad que provoca en ¨¦l el fluir del r¨ªo, desde esa met¨¢fora de la fugacidad que es la corriente, 'Poeta fluvial, / h¨²ngaro, y encima fumador, / me levanto, abro la ventana, / una sirena se arranca a chillar'.
99 Poes¨ªas. Antolog¨ªa de l¨ªrica h¨²ngara contempor¨¢nea. Edici¨®n de Mar¨ªa Teresa Reyes, Jes¨²s Tom¨¦ y Gy?rgy Ferdinandy. Ediciones Orpheusz. Budapest, 2002. 148 p¨¢ginas. 12 euros.
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