Falsas expectativas
La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, tras reunirse con su colega brit¨¢nico Jack Straw, ha echado un jarro de agua fr¨ªa sobre las ilusiones leg¨ªtimas que ten¨ªan depositadas miles de andaluces en el proceso negociador abierto en torno al futuro de la soberan¨ªa de Gibraltar. De prosperar dichos contactos, tal y como el mismo Gobierno espa?ol hab¨ªa avanzado meses atr¨¢s, ahora estar¨ªamos ya en condiciones de ir preparando proyectos con los que mejorar las condiciones de vida en la comarca campogribaltare?a, una de las zonas m¨¢s deprimidas de Andaluc¨ªa. Unas actuaciones que se llevar¨ªan a cabo con dinero comprometido por la Uni¨®n Europea para facilitar ese entendimiento y hacerlo m¨¢s fruct¨ªfero tanto a un lado como a otro de la verja. Incluso convocaron en Madrid en su d¨ªa a los alcaldes para ir preparando el terreno. No es que se hubiesen pasado de ligeros en este lugar, sino que pecaron de ingenuos y cometieron el error de creerse a pie juntillas las palabras del antecesor de Palacio, Josep Piqu¨¦, quien consideraba como inminente el acuerdo entre ambos pa¨ªses, all¨¢ por el mes de agosto, por lo que la lluvia de millones estaba al caer.
Nada de eso ser¨¢ posible. Palacio tiene otro talante y lo que antes estaba al alcance de la mano, ahora est¨¢ m¨¢s lejano que nunca en el tiempo, tanto que incluso la ministra no se atreve ya a fijar plazo alguno para no pillarse los dedos. Tras estas palabras no es descartable que esta misma semana, desde ese rinc¨®n andaluz, le pidan responsabilidades al Ejecutivo central por dar p¨¢bulo a unas expectativas que luego no se han cumplido en el tiempo. Adem¨¢s, no hay que ser un lince para poner nombre y apellidos a aquel que ha jugado con los sue?os de la gente. Incluso el ministro catal¨¢n, sin duda que aturdido por un falso triunfalismo, lleg¨® asegurar tambi¨¦n, despu¨¦s de cerrar el nuevo Tratado de Amistad entre Espa?a y Estados Unidos, que los barcos de la VI Flota norteamericana,que opera en el Mediterr¨¢neo,iban a repararse en los astilleros p¨²blicos de la bah¨ªa de C¨¢diz y que tambi¨¦n se resolver¨ªa el conflicto de los trabajadores espa?oles en la base de Rota. Piqu¨¦ se march¨® de Exteriores y a¨²n est¨¢n a la espera de que se cumplan estas promesas. Es m¨¢s, ahora se anuncia que esos buques se reparar¨¢n no en C¨¢diz sino en El Ferrol, tierra del popular Manuel Fraga, y que se ha convertido, igualmente, en el punto de mantenimiento tecnol¨®gico de las fragatas F-100, las unidades m¨¢s sofisticadas de la Armada espa?ola y de las que ya cuenta con una entregada. A lo que se ve, en Madrid se ha preferido Galicia, en vez de ubicar ese centro avanzado en lo que se puede estimar como su lugar natural, como es la base rote?a, sede de la Unidad de Fuerza de la marina de guerra de nuestro pa¨ªs. Las compensaciones por la servidumbre militar que soportamos en Andaluc¨ªa se marchan fuera de nuestra tierra.
El mismo palo nos podemos llevar con el supuesto proceso negociador que dicen que se ha abierto entre el Gobierno central y la Junta de Andaluc¨ªa. Todav¨ªa estamos a la espera de conocer alg¨²n resultado concreto ante tanto aplazamiento de los contactos. El ¨²ltimo, por culpa del congreso regional del PP andaluz, celebrado el pasado fin de semana en Granada. Esta cita ha resultado una ruina para los populares andaluces, ya que de este c¨®nclave no ha trascendido una candidata a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa, como es el caso de Te¨®fila Mart¨ªnez, debidamente fortalecida, ni siquiera un solo mensaje nuevo, sino una fenomenal pol¨¦mica con el franquismo como piedra de esc¨¢ndalo, lo que les ha restado todo protagonismo propio. El asunto les ha incomodado tanto que se vieron obligados a montar el 'numerito' del abandono del pleno en el Parlamento andaluz. Pero lejos de sonrojarse por tal foll¨®n, que luego se ha demostrado absolutamente injustificado, este jueves el PP quiere presentar ante la C¨¢mara un recurso dirigido a la Mesa del Parlamento. A lo hecho, pecho.
Y a prop¨®sito de falsas expectativas, atentos deberemos estar,del mismo modo, al anuncio realizado por el Gobierno de negociar algunas reformas del decretazo, atendiendo as¨ª a las reivindicaciones de los sindicatos. Un cambio de actitud que difiere notablemente de la posici¨®n de firmeza anterior y que coincide con la marcha de protesta de UGT y CC OO que arranc¨® en C¨®rdoba y que concluye el s¨¢bado en Madrid. Mera coincidencia o no, lo cierto es que ahora se observa un inter¨¦s inusitado por parte gubernamental por cerrar este frente.Tienen raz¨®n los sindicatos al acoger con escepticismo tanto arrepentimiento de ¨²ltima hora.
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