Movilla pide paso
El Atl¨¦tico se enreda ante el Recreativo por defectos de alineaci¨®n. Ambos fallaron un penalti
El partido dej¨® mal a Luis Aragon¨¦s. Cegado por el 0-4 de Mallorca, el t¨¦cnico insisti¨® en una alineaci¨®n que desde el primer d¨ªa del curso, tambi¨¦n en la isla, ense?a debilidades. La defensa est¨¢ en ruinas, y m¨¢s si falta, como ayer, Garc¨ªa Calvo. Pero tambi¨¦n muestra grietas el centro del campo, que reclama a Movilla a gritos. Albertini y Emerson dan m¨¢s brillo por apellido. Pero lo que Movilla da es la pelota, que es precisamente la que el Atl¨¦tico no consigue retener en sus pies as¨ª le apriete el Bar?a, el Lanzarote, el Sevilla, el Mallorca o, como ayer en el primer tiempo, el Recreativo.
Todos los defectos del Atl¨¦tico fueron puestos c¨®modamente al descubierto en el primer periodo por el Recreativo. En apariencia el conjunto onubense es poca cosa, una plantilla sin nombre armada ordenadamente a partir de la disciplina y la entrega. No es nadie por futbolistas, en suma, pero s¨ª un equipo. Y ah¨ª se esconde su dificultad, que al Atl¨¦tico, ayer, se le hizo extrema.
ATL?TICO 1| RECREATIVO 1
Atl¨¦tico: Burgos; Otero, Hibic, Santi, Sergi; Aguilera, Albertini, Emerson (Movilla, m. 55), Luis Garc¨ªa (J. Moreno, m. 74); Correa (Contra, m. 44) y Fernando Torres. Recreativo: C¨¦sar; Gal¨¢n, ?lex, Loren, Esp¨ªnola; Arp¨®n (Cubillo, m. 55), Ben¨ªtez, Bego?a, Bermejo, Jos¨¦ Mari (Quique Romero, m. 74); y Ra¨²l Molina (Yago, m. 87). Goles: 0-1. M. 26. Ra¨²l Molina recibe dentro del ¨¢rea y bate a Burgos por bajo. 1-1. M. 34. Fernando Torres controla con la mano, se interna en el ¨¢rea, cede atr¨¢s a Correa, que centra y Luis Garc¨ªa, con la derecha, marca. ?rbitro: Moreno. Expuls¨® a Otero por una dura entrada a Jos¨¦ Mari (m. 42) y a Gal¨¢n, tras derribar dentro del ¨¢rea a Torres. Amarilla a Torres, Molina, C¨¦sar, Bermejo, Jos¨¦ Mari, Cubillo y el t¨¦cnico Lucas Alcaraz. 55.000 espectadores en el Calder¨®n. Bermejo (m.16) y Torres (m. 85) fallaron sendos penaltis.
Con su sencilla propuesta, el Recreativo sac¨® a su rival del Manzanares en la primera mitad. Le quit¨® el bal¨®n al Atl¨¦tico -por extensi¨®n, sus opciones- y desnud¨® a su defensa, en permanente estado de alarma. Bast¨® la movilidad de Ra¨²l Molina, que para mayor desesperaci¨®n rojiblanca era un chico de la casa, para cargar de trabajo a Burgos. Al principio, el peligro lleg¨® por la propia contribuci¨®n del guardameta, que se complic¨® la vida dentro del ¨¢rea intentando quebrar a Molina. Burgos dej¨® en mal menor su exceso de confianza con una parada portentosa en el consiguiente penalti. Y acab¨® casi en figura, imponiendo su frialdad en el mano a mano cada vez que se le acercaban los onubenses. Pero no pudo evitar que Ra¨²l Molina, en una de sus visitas, dejara el 0-1 en la caja.
El colegiado le ayud¨® a superar el trago al Atl¨¦tico. En la jugada que origin¨® el empate, su asistente levant¨® el bander¨ªn porque Torres control¨® el bal¨®n con la mano. Pero el ¨¢rbitro no hizo caso y dio por v¨¢lido el remate posterior de Luis Garc¨ªa.
Otero, con una entrada fuera de lugar que le mand¨® directamente a la ducha, devolvi¨® a los suyos al territorio de los problemas. Aragon¨¦s corrigi¨® el percance dando entrada a Contra, quitando a Correa y retrasando a Aguilera: el Atl¨¦tico no perdi¨® poblaci¨®n en las bandas -juega mucha gente por ah¨ª, pero, incluso pese a lo que aparenta Luis Garc¨ªa, apenas consigue nada-, pero s¨ª en la zona de entrel¨ªneas.
Lo que arregl¨® al Atl¨¦tico, para variar, fue la aparici¨®n de Movilla. Se fue el disperso Emerson, salt¨® al campo el calvo y, de pronto, el Atl¨¦tico, aun en inferioridad, conquist¨® la pelota. Cada vez que el bal¨®n pasaba por Movilla, el Atl¨¦tico ganaba un jugoso segundo en la circulaci¨®n, tiempo suficiente para que el Recreativo empezara a pasar problemas. Sergi le encontr¨® sentido a sus carreras, tambi¨¦n Contra y Aguilera, y todo empez¨® a salir mejor.
El Atl¨¦tico elev¨® asimismo su temperatura emocional y el Recreativo se dedic¨® ya a defenderse. El acoso rojiblanco encontr¨® su recompensa a cinco minutos del final, con el penalti a Fernando Torres. Pero El Ni?o, que es menos cuanto menos son los espacios libres y de quien sin ¨¦xito intent¨® vivir en exclusiva el Atl¨¦tico en el primer tiempo, fall¨®. Y ya nadie pudo evitar el empate.
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