Un acusado del crimen de Urbasa se?ala como m¨®vil un frustrado golpe en Guinea
La Audiencia de Pamplona inici¨® ayer el juicio contra tres de los presuntos autores del crimen del industrial guipuzcoano Juan Jos¨¦ Urrutia, asesinado de un tiro en la nuca el 17 de abril de 1995 en una pista forestal de la sierra de Urbasa. La hipot¨¦tica conexi¨®n de los procesados con un confuso intento de golpe de estado en Guinea constituye uno de los puntos m¨¢s oscuros del suceso.
Alfonso Mendoza, el confidente policial acusado de ser el autor material del disparo, neg¨® ayer su imputaci¨®n en los hechos. Su l¨ªnea de defensa consisti¨® en sugerir, a trav¨¦s de su letrado, que los otros dos procesados, el ex ertzaina Jos¨¦ Ignacio G¨®mez de Segura y el ex polic¨ªa nacional Manuel Hern¨¢ndez Berrocal, le involucran en el asesinato para tapar un crimen cuyo m¨®vil estar¨ªa vinculado con la desaparici¨®n de parte de los fondos que pol¨ªticos guineanos de la oposici¨®n les suministraron a trav¨¦s de la Casa de Guinea donostiarra para preparar un frustrado golpe de Estado en ese pa¨ªs.
El abogado de Alfonso Mendoza sorprendi¨® a la sala al anunciar que pedir¨¢ la comparecencia como testigo del ex ministro del Interior de Guinea Ecuatorial Juan Bautista Bikono -actualmente est¨¢ encarcelado en Logro?o por tr¨¢fico de drogas- para que relate ante la sala c¨®mo los otros dos procesados malgastaron parte del dinero que la oposici¨®n africana les suministr¨® (400 millones de pesetas, seg¨²n el letrado) para que consiguieran armas y mercenarios dispuestos a derrocar al r¨¦gimen de Teodoro Obiang. El empresario Juan Jos¨¦ Urrutia, que en el momento de su muerte ten¨ªa 38 a?os, fue el enlace de la operaci¨®n. Cuando pidi¨® explicaciones a sus compinches por la desaparici¨®n de parte de los fondos, habr¨ªa sido asesinado por ¨¦stos, seg¨²n la sorprendente tesis esgrimida por la defensa del principal acusado del crimen.
El 17 de abril de 1995 Juan Jos¨¦ Urrutia, propietario del picadero de caballos Marekur, ubicado en el barrio donostiarra de Intxaurrondo, fue asesinado en Urbasa. Los procesados le exig¨ªan la devoluci¨®n de veinte millones de pesetas de una deuda de narcotr¨¢fico contra¨ªda con una persona que no ha podido ser determinada en la causa. El relato que el fiscal hace de los hechos, basado en las declaraciones iniciales de los imputados (hay un cuarto c¨®mplice en paradero desconocido, el s¨²bdito portugu¨¦s Celestino Rodr¨ªguez Pinguelo), indica que Urrutia acompa?¨® a los procesados desde San Sebasti¨¢n hasta Navarra y que, ante la imposibilidad de devolver la cantidad que le exig¨ªan, Alfonso Mendoza le dispar¨® con una pistola Astra caus¨¢ndole la muerte. En la vista comparece como acusaci¨®n popular la asociaci¨®n Adore, ya que el crimen aparece tambi¨¦n vinculado a las mafias del narcotr¨¢fico que operan en Euskadi.
Distanciamiento
La primera jornada del juicio evidenci¨® el distanciamiento de Mendoza respecto de los otros dos procesados. Hern¨¢ndez Berrocal y G¨®mez de Segura reconocieron su presencia en Urbasa y achacaron el asesinato a Mendoza, mientras que ¨¦ste, que en 1995 era vigilante de seguridad de la autov¨ªa de Leitzaran, neg¨® conocer nada del crimen y afirm¨® haber o¨ªdo a Berrocal jactarse de la muerte de Urrutia.
La fiscal¨ªa considera que Mendoza suministr¨® despu¨¦s el arma homicida a otra persona, Jos¨¦ Tom¨¦, e inform¨® a la Guardia Civil del hecho para que se le atribuyera la responsabilidad del crimen.
Al margen de esclarecer la autor¨ªa material del asesinato, el juicio intentar¨¢ aclarar la conexi¨®n guineana. El ex ertzaina G¨®mez de Segura reconoci¨® ayer que estuvo en Guinea como mercenario. Hern¨¢ndez Berrocal, por su parte, permaneci¨® seis meses encarcelado en Malabo tras interceptar las autoridades de aquel pa¨ªs un barco con armamento. Todos ellos frecuentaban la Casa de Guinea de San Sebasti¨¢n.
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