Jabal¨ªes casi dom¨¦sticos
El parque de Collserola lanza una campa?a para que los ciudadanos no alimenten a las hembras y sus jabatos
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El mendigo se presentaba todas las ma?anas a la misma panader¨ªa del barrio de Montbau de Barcelona en busca del desayuno: un cruas¨¢n reci¨¦n salido del horno. Para terminar con esta pr¨¢ctica, se lo llevaron a Molins de Rei, esperando que all¨ª obtuviera alimentos por su cuenta. Pero no lo consiguieron. El mendigo camin¨® durante toda la noche y, a la ma?ana siguiente, acudi¨® de nuevo puntual a la panader¨ªa.
Pero el mendigo no era un mendigo al uso. Era uno de los 400 jabal¨ªes de la sierra de Collserola. Uno de los tantos que, a base de bajar a la ciudad, han perdido el miedo a los coches y a las personas y se han acostumbrado a que los vecinos les den de comer. Episodios parecidos al de Montbau se repiten en otros barrios de la zona alta de Barcelona, desde Torre Bar¨® hasta Sarri¨¤, y en los municipios colindantes del parque. Este mismo verano una familia entera, una hembra y sus jabatos, baj¨® hasta la plaza de Alfons Com¨ªn de Barcelona, otros se acercaron a la Ronda de Dalt, e incluso se les ha visto merodeando dentro de los t¨²neles de Vallvidrera.
Los responsables de Collserola explicaron ayer que, pese a la expectaci¨®n y simpat¨ªa que pueda despertar la presencia de jabal¨ªes en la ciudad, alimentarles acaba originando problemas. 'Abandonan la vida salvaje y pierden la capacidad de conseguir alimentos, se vuelven presa f¨¢cil para los cazadores furtivos, y pueden provocar accidentes de tr¨¢fico y da?os en los parques y el mobiliario urbano', afirm¨® Ramon L¨®pez, vicepresidente ejecutivo del Consorcio del Parque de Collserola.
Para evitar todos estos problemas, el consorcio ha puesto en marcha una campa?a de sensibilizaci¨®n que tiene por lema 'Como convivir con el jabal¨ª en Collserola' y distribuir¨¢ folletos informativos en los barrios perif¨¦ricos de Barcelona y en las poblaciones lim¨ªtrofes del parque. Los tr¨ªpticos explican los perjuicios que supone alimentar a los jabal¨ªes, tanto para la propia especie como para los n¨²cleos urbanos, y especifican c¨®mo comportarse ante el animal: no darle nunca de comer, no acercarse (porque sus reacciones son imprevisibles), no dejar bolsas de basura fuera de los contenedores, proteger los huertos y conducir con precauci¨®n dentro del parque, sobre todo a primera y ¨²ltima hora del d¨ªa, cuando los grupos suelen desplazarse.
L¨®pez manifest¨® que el contacto de los jabal¨ªes con las zonas urbanas 'no es ning¨²n juego' y explic¨® que una vez domesticados, es muy dif¨ªcil reinsertarlos en su h¨¢bitat natural.El problema se agrava todav¨ªa m¨¢s si los jabatos acompa?an a los ejemplares adultos en sus incursiones en la ciudad. Entonces las cr¨ªas son irrecuperables porque pierden las nociones de la vida en el bosque: cambian la rutina nocturna por la diurna y se olvidan de su pertenencia a la especie omn¨ªvora, sustituyendo las bellotas por embutido, comida para gatos y hasta pulpos en aceite.
Lo primero que hacen los responsables de Collserola cuando detectan una colonia que entra en contacto con la ciudad es capturarlos e intentar devolverlos al bosque. Antes, los animales permanecen durante un tiempo en la Estaci¨®n Biol¨®gica Can Balasc, un centro de recuperaci¨®n que atiende a cualquier animal herido o que necesite tratamiento antes de ser reintroducido en el medio. All¨ª se encuentran actualmente el jabal¨ª que los barceloneses bautizaron como Harry y sus jabatos. Si el intento de devolverlos a su h¨¢bitat no da resultado, los animales ser¨¢n acogidos por el parque privado de Sobrestany, en el Baix Empord¨¤.
Los responsables de Collserola negaron ayer que los aproximadamente 400 jabal¨ªes que habitan en las 8.000 hect¨¢reas del parque sean un n¨²mero excesivo y que el aumento de ejemplares observado en los ¨²tlimos a?os sea la causa de las excursiones a la ciudad. 'Collserola es un parque periurbano y es l¨®gico que el jabal¨ª entre en contacto con las zonas urbanas', explic¨® L¨®pez.
A pocas semanas de comenzar la temporada de caza de jabal¨ª en Collserola, el delegado territorial del Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat, Isidre Ferran, apunt¨® ayer que en el parque hay siete cotos donde se permite cazar el animal, en los que todos los a?os se autoriza una media de 30 batidas. La temporada pasada fueron 35, en las que se cazaron 102 jabal¨ªes.
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