Homenaje
Casa: Antonio Carlos Jobim para voz, piano y violonchelo. Ryuichi Sakamoto acaricia las teclas con ese estilo econ¨®mico que borda las composiciones de Jobim; Paula Morelenbaum canta con voz clara y suave y Jaques Morelenbaum mueve el arco de un chelo superlativo desde el que improvisa con apabullante soltura. Paula cont¨® que grabaron el disco en casa de Jobim, a los pies del Corcovado, con las ventanas abiertas y sonidos de p¨¢jaros y grillos. Grillos no hubo en La Riviera, al menos no se oyeron, pero los silbatos y ristras de conchas de la percusi¨®n brasile?a dan para grillos, sapos, lechuzas, y lo que sea menester.
Bossa nova en la grabaci¨®n hay m¨¢s bien poca. Antonio Carlos Jobim (1927-1994) no s¨®lo es el padre -junto a Jo?o Gilberto - de la bossa, su obra es una de las cimas de la m¨²sica popular del siglo XX, como las de Cole Porter o Lennon y Mc Cartney -que, como dec¨ªa Jobim con una sonrisa, ten¨ªan ventaja al ser dos-. Y Paula Morelenbaum ha querido mostrar ahora al Jobim m¨¢s pr¨®ximo al impresionismo y los rom¨¢nticos, a Debussy y Chopin. Hizo una primera selecci¨®n de canciones y a Sakamoto le parecieron bien todas. Por ejemplo, Bonita, de la que se acab¨® por saber que la hab¨ªa escrito Jobim despu¨¦s de conocer a Candice Bergen; Tema para Ana, una composici¨®n in¨¦dita dedicada a su esposa; Sabi¨¢, modelo de perfecci¨®n musical que toma su nombre de un p¨¢jaro brasile?o muy cantar¨ªn, o Sem voc¨º, con la sencillez y hondura de un haiku.
Morelenbaum2/Sakamoto
Paula Morelenbaum (voz), Jaques Morelenbaum (chelo), Ryuichi Sakamoto (piano), Luiz Brasil (guitarra) y Marcelo Costa (percusi¨®n). La Riviera. Madrid, 2 de octubre.
En un repertorio m¨¢s extrovertido que el del disco, abordaron la armon¨ªa deslumbrante de Insensatez o la tierna melancol¨ªa de A felicidade, de la pel¨ªcula Orfeo negro. El creador de bandas sonoras como Feliz navidad, Mr Lawrence, cuya melod¨ªa cit¨® con expresi¨®n traviesa, disfrut¨® de cada acorde y cada nota. Y en los bises cant¨® Dora, seis a?os, hija de Paula y Jaques. Se puso un poquito nerviosa, pero su 'di ba da ba' para Agua de beber tuvo encanto. Fue un emotivo homenaje a Jobim, padre espiritual de Sakamoto y de los Morelenbaum. Un canto de amor a la vida y la naturaleza que hubiera hecho feliz al maestro.
Babelia
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