Me gusta Paco Ib¨¢?ez, me gustas t¨²
ESTA SEMANA, dos cantantes muy buenos, Paco Ib¨¢?ez y Manu Chao, han hablado del ruido de manera bien distinta. Paco Ib¨¢?ez estuvo en La ventana, de Gemma Nierga, y despu¨¦s de presentar su magn¨ªfico disco se quej¨® de lo escandalosa que es Barcelona, entre otras cosas, por culpa de las motos. Manu Chao, que habl¨® de su tambi¨¦n magn¨ªfico disco con los periodistas Jordi Biachiotto y Albert Guasch, se quej¨®, en cambio, de que en la ciudad se persiga a los m¨²sicos de calle porque molestan y se les confisquen los instrumentos.
Es cierto que Barcelona es ahora mismo la ciudad m¨¢s estruendosa del planeta, y s¨®lo pasar¨¢ a ser la segunda en caso de que Bush se decida a bombardear Irak. (Es cierto tambi¨¦n que est¨¢ empatada en este meritorio primer lugar con otras ciudades hermanas en estr¨¦pito, como Sevilla, Bilbao, Madrid, Minsk, N¨¢poles o Nueva York). Pero no es menos cierto que en las calles se confiscan los instrumentos de algunos honrados e incomprendidos mimos, cuyo pecado es tocar los bongos debajo de las ventanas de los intolerantes ciudadanos que dan curso a actividades tan extravagantes como dormir. Pero ni lo que dice Ib¨¢?ez ni lo que dice Chao es ninguna novedad. Ya Plinio el Viejo, en su Historia natural, critic¨® el fragor de las cuadrigas, conducidas por insensatos que no ten¨ªan asegurados los corceles, y que encima iban sin la protecci¨®n pectoral obligatoria. Plinio el Joven, en cambio, estaba molesto porque en el foro de Pompeya no se permit¨ªa a los esclavos hacer sus recitales de poes¨ªa y a veces los centuriones les requisaban la lira.
Todos sabemos -Ib¨¢?ez y Chao tambi¨¦n- que ni el director de peri¨®dico m¨¢s desesperado publicar¨ªa una carta en la que nos quej¨¢ramos de algo tan sobado como el ruido de las motos o de que la polic¨ªa se ha quedado con nuestros bongos. Por eso, ambos aprovecharon que hablaban con periodistas para colar sus protestas desde una perspectiva nueva y me atrevo a decir que genial. Estos dos hombres (por los que tantos mecheros hemos encendido) han descubierto el sistema perfecto para quejarse de lo de siempre. Vean en primer lugar lo que dijo Manu Chao y aprendan de su t¨¦cnica: 'La Barcelona mestiza est¨¢ siendo perseguida. Se confiscan los instrumentos (...) y en la plaza Real s¨®lo te permiten tocar unas pocas horas el fin de semana'. ?Han visto? Manu comprendi¨® enseguida que si dec¨ªa la palabra m¨¢gica -y la palabra m¨¢gica es 'mestiza'-, nadie se atrever¨ªa a decir que los m¨²sicos callejeros son unos pesados. Si llevas el mestizaje en las venas, no te confiscar¨¢n el amplificador de cien mil vatios, los dos micr¨®fonos y la guitarra el¨¦ctrica. Manu sabe que si llega a decir algo como: 'Manolo el del bombo, que toca para todos nosotros cada madrugada, est¨¢ siendo perseguido', no le habr¨ªamos hecho ni caso.
En cuanto a Paco Ib¨¢?ez, se nota que ha sido cantante protesta, porque su sistema es todav¨ªa mejor. Vean: 'Menos ruidos y... menos Bar?a. Mussolini cuando lleg¨® al poder hizo estadios. No se puede aguantar'. Como pueden comprobar, se trata de una protesta en pack, tambi¨¦n llamada 'multiprotesta'. El autor se queja del ruido, que es su objetivo, pero le a?ade lo del f¨²tbol, que no tiene nada que ver. Los publicistas ya utilizan con ¨¦xito este sistema. Calg¨®n recomienda Balay. Es decir: si criticas lo que sea, y detr¨¢s, autom¨¢ticamente, a?ades que el f¨²tbol es una porquer¨ªa, tu queja llega el doble de lejos. ?Pero cuidado! Quedar¨ªa muy mal que un futbolista dijese: 'Menos ruido y... menos poes¨ªa de Goytisolo cantada por Paco Ib¨¢?ez. Mussolini cuando lleg¨® al poder, lo primero que hizo fue organizar recitales de poes¨ªa y de m¨²sica... No se puede aguantar'.
Paco remata su frase asociando el deporte -esa distracci¨®n de borregos- con los deseos megal¨®manos de Mussolini. No importa que el embrutecedor f¨²tbol no sea obligatorio, como el ruido. No importa que si a Paco no le gustan los partidos, no vi¨¦ndolos resuelve su problema (mientras que el que vive encima de un m¨²sico culturalmente mestizo s¨®lo puede acabar con el ruido acabando tambi¨¦n con su vida). No importa que, en cambio, Paco Ib¨¢?ez s¨ª que obligara de alguna manera a los inmigrantes encerrados las iglesias reclamando papeles, a escuchar su bella y ruidosa canci¨®n A galopar (que, por cierto, interpret¨® con la gran diva del mestizaje Marina Rossell). Y digo que les oblig¨® porque estaban encerrados, y si sal¨ªan les trincaban.
Paco y Manu deber¨¢n recordar, para cuando vayan de gira a Estados Unidos (si es que no son tambi¨¦n antiamericanos), que a partir de ahora all¨ª se multar¨¢ a cualquier usuario de tel¨¦fono m¨®vil que lo haga sonar en un lugar p¨²blico, como el cine. Para desgracia de Manu Chao, supongo que si los infractores no pagan las multas, la polic¨ªa empezar¨¢ a confiscar tel¨¦fonos, lo cual es muy poco tolerante. Pero es m¨¢s degracia la de Paco Ib¨¢?ez, porque la soluci¨®n est¨¢ en el f¨²tbol. El entrenador Juande Ramos advirti¨® a los periodistas que si sonaba un solo m¨®vil en su rueda de prensa se ir¨ªa. Son¨® uno, y cumpli¨® su palabra. Ni multas ni nada. As¨ª de f¨¢cil. No volver¨¢ a ocurrir porque ning¨²n periodista quiere que se acabe una rueda de prensa por su culpa. Sabe que sus compa?eros no tardar¨ªan en invitarle a una autopsia sorpresa.
![El veterano cantautor Paco Ib¨¢?ez.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GQESNBE2FZJ5CDFA6TKXZHSN3Q.jpg?auth=60df8d6e941c1e19cc9fe13664988c01bdda1ecf577dfc6ecd26994a9dff9d79&width=414)
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