El Betis desperdicia su gran media hora

Concentraci¨®n, presi¨®n, toque de bal¨®n y velocidad. Es la teor¨ªa de V¨ªctor Fern¨¢ndez y sus jugadores la llevaron ayer a la pr¨¢ctica al pie de la letra durante media hora. Y, adem¨¢s, lo hicieron en el partido m¨¢s esperado por los aficionados, en el derby, ante el eterno rival, el Sevilla, que evidenci¨® su mal momento y tuvo que rendirse en esos minutos al excelente aroma que desprende el conjunto verdiblanco.

Pero, tras esa media hora de indiscutible dominio, el Betis se durmi¨® y permiti¨® que el Sevilla resucitara. ?se fue su error: no rematar al contrario. Y en un derby, un modelo de encuentro que los sevillistas suelen manejar a su antojo, no se les puede dar tanta ventaja. El empate final hizo justicia al ¨ªmpetu y la fe del equipo blanco, pero dej¨® sin premio al mejor f¨²tbol b¨¦tico.

Ambos equipos saltaron al campo con buena disposici¨®n y con ¨¢nimo festivo, un panorama diametralmente opuesto al de los derbies de los ¨²ltimos a?os, en los que el miedo a perder brind¨® p¨¦simos espect¨¢culos. Pero la calidad individual de los b¨¦ticos marc¨® la diferencia en el arranque. Hasta cuatro ocasiones acumul¨® el Betis en los primeros diez minutos por un solo acercamiento sevillista al ¨¢rea de Prats. Al Sevilla le falt¨® distribuci¨®n en el centro del campo y desborde en sus bandas, en las que Gallardo y Reyes estuvieron muy apagados, el primero por fall¨®n y el segundo por desaparecido.

Justo todo eso le sobr¨® al Betis en la primera media hora. Los robos de bal¨®n de Ito favorecieron que sus compa?eros siempre pillaran a contrapi¨¦ al Sevilla y, guiados por la pausa y la ciencia de Assun?ao, Denilson, Capi y Joaqu¨ªn se pusieron las botas.

As¨ª, literalmente, lleg¨® el gol. Ito rob¨® el bal¨®n en su centro del campo al desacertado Gallardo y lo dej¨® a los pies de Capi. Mientras ¨¦ste lo conduc¨ªa, Denilson y Joaqu¨ªn le superaban por las dos bandas. Apertura a la izquierda, centro del brasile?o que supera a toda la defensa, incluido Notario, y Joaqu¨ªn, amarrado al poste, no tiene m¨¢s que superar por alto a David y rematar un gol so?ado.

Curiosamente, tras el gol fue cuando el Betis dej¨® de dar sensaci¨®n de peligro. Se relaj¨® y se limit¨® a verlas venir. Sin embargo, el Sevilla ni siquiera intent¨® aprovechar la coyuntura en esos minutos y apenas logr¨® colgar alg¨²n bal¨®n sobre el ¨¢rea de Prats y botar un par de inocuos saques de esquina.

En la segunda parte el partido arranc¨® revolucionado. A Caparr¨®s no le qued¨® m¨¢s remedio que tirar del banquillo y apelar a Anto?ito para que, en sustituci¨®n del oscuro Casquero, diera mayor mordiente al ataque sevillista. El reci¨¦n incorporado delantero contest¨® con una buena jugada en la banda derecha de la que sac¨® un peligroso pase al ¨¢rea. Y en la conclusi¨®n de esa jugada se demostr¨® el mal fario que sufre el Sevilla en este inicio de temporada. La pelota puesta por Anto?ito fue chutada sucesivamente por Toedtli al poste y por Reyes al larguero. ?se es el sino del equipo de Caparr¨®s este curso. Despiste defensivo y falta de acierto en el ataque.

Tuvo que recurrir el Sevilla a un barullo en el ¨¢rea para que Juanito, el central contrario, convirtiera en gol en propia puerta la locura y la velocidad que los sevillistas, a trav¨¦s de Reyes y Anto?ito, inocularon al partido.

El desbarajuste domin¨® el encuentro hasta el final y s¨®lo las gotas de calidad individual de Capi, Joaqu¨ªn o Reyes pudieron desnivelar un partido que puso tablas entre el nervio y la calidad y dej¨® al Betis con la sensaci¨®n de haber desperdiciado una notable oportunidad para mostrarse como una alternativa para la Liga.