Los supermercados financieros, en apuros
'Las malversaciones bancarias son siempre cometidas por gente honesta', escribe Gibbons en su tradicional libro Los bancos de Nueva York y el p¨¢nico de 1857. Esta sentencia parece un desider¨¢tum de lo que estos d¨ªas est¨¢ ocurriendo en Wall Street con los bancos de inversi¨®n. A ra¨ªz del esc¨¢ndalo Enron, los bancos de inversi¨®n, esa especie de supermercados financieros que casi todo hacen, sufren una espectacular crisis de credibilidad. El deterioro de los mercados burs¨¢tiles y en general de la econom¨ªa, el par¨®n de la actividad de los bancos de negocios, las sospechas sobre sus analistas y la rotura de las murallas chinas, que deber¨ªan hacer independiente la labor de inversi¨®n de la de an¨¢lisis, han puesto a este sector del sistema financiero contra las cuerdas.
Para tratar de frenar los abusos existe la SEC, el organismo regulador de la Bolsa en EE UU. Su estulticia en el momento de los primeros esc¨¢ndalos (cuando se supo que Merrill Lynch -una de las principales entidades afectadas- recomendaba en p¨²blico acciones que en privado consideraba m¨¢s o menos como valores basura), hizo que interviniera el fiscal general de Nueva York, Eliot Spitzer, personaje que ha pasado a los altares de la imaginer¨ªa popular. Spitzer impuso una multa de 100 millones de d¨®lares a Merrill. Ambas instituciones, fiscal¨ªa y la SEC, incurrieron en sus investigaciones en frecuentes contradicciones. A partir de la semana pasada han decidido actuar de forma conjunta. No s¨®lo ellas, sino tambi¨¦n la Bolsa de Nueva York y la Asociaci¨®n de Agentes de Cambio y Bolsa. Objetivo: corregir la enfermedad moral del capitalismo que consiste en confundir y enga?ar a los inversores favoreciendo a los pr¨®ximos: el c¨¦lebre capitalismo de amiguetes aplicado a la banca de inversi¨®n.
Bancos que parec¨ªan m¨¢s fuertes que las rocas han entrado en sospecha. Le Monde del 3 de octubre pasado, a toda p¨¢gina, bajo el titular 'La ca¨ªda de la casa Merrill Lynch', dice: 'Hace dos a?os, la primera banca de corretaje del mundo hac¨ªa temblar a ministros y PDG [presidente director general]. Hoy, enredada en esc¨¢ndalos y procesos, busca evitar la quiebra'. La banca m¨¢s potente, m¨¢s temida y tambi¨¦n la m¨¢s respetada se ha desfondado y lucha por la supervivencia: los beneficios cayeron durante 2001 un 85%, ha despedido al 20% de su plantilla y la capitalizaci¨®n burs¨¢til ha descendido m¨¢s de un 60% desde enero de 2001.
No es, desde luego, el ¨²nico ejemplo. El Congreso ha investigado si Goldman Sachs, el mayor colocador de ofertas p¨²blicas de venta de acciones (OPV) de EE UU, ha desviado t¨ªtulos a altos ejecutivos de las compa?¨ªas con las que trabajaba. Y ha llegado a la conclusi¨®n de que as¨ª fue. Dice el Congreso: 'La pr¨¢ctica de poner a disposici¨®n de altos directivos acciones de las colocaciones es injusta para los inversores, que no pod¨ªan comprar t¨ªtulos hasta que hab¨ªan alcanzado altos precios en el primer d¨ªa de negociaciones. La finalidad del trato de favor era atraer a los clientes para realizar negocios con la divisi¨®n de banca de inversi¨®n'. Algunos de los beneficiados son viejos conocidos de los inversores: Kenneth Ley (antiguo presidente de Enron), Dennis Kozlowsky (consejero delegado de Tyco), Jerry Lang (cofundador de Yahoo), Margaret Whitman (rersponsable de Ebay)... y Bernard Ebbers (antiguo presidente de WorldCom). Este ¨²ltimo fue beneficiado por Cr¨¦dit Suisse First Boston, unidad de Cr¨¦dit Suisse Group, otra de las grandes de Wall Street.
Sigamos con los ejemplos. Salomon Smith Barney, perteneciente al gigantesco conglomerado del Citigroup, tambi¨¦n est¨¢ acusado de enga?ar a los inversores al promocionar acciones de sus clientes. Hasta tal punto ha sufrido la credibilidad, que el Citigroup negocia con la fiscal¨ªa la separaci¨®n en entidades diferentes de los bancos de inversi¨®n y de an¨¢lisis. Podr¨ªamos seguir con otras decenas de casos. ?Est¨¢ corrompido todo el sector o s¨®lo son casos aislados, aunque afecten a la aristocracia de los bancos de inversi¨®n?
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