Cerco a la malaria
Dos equipos cient¨ªficos han completado la primera versi¨®n de dos dotaciones gen¨¦ticas complementarias, la del par¨¢sito que produce la mayor parte de los casos de malaria y la del mosquito que la transmite. Como ya se dispone del genoma del ser humano, todo parece dispuesto para un nuevo y quiz¨¢s definitivo ataque a esta enfermedad catastr¨®fica, que produce m¨¢s de un mill¨®n de muertos al a?o, de la que hay entre 300 y 500 millones de afectados y cuyas repercusiones econ¨®micas, especialmente en ?frica, son formidables. La malaria ha avanzado en los ¨²ltimos decenios por dos hechos fundamentales: el par¨¢sito y el mosquito se han hecho en muchas zonas resistentes a las armas disponibles, medicamentos y pesticidas, y la pobreza de quienes la sufren hace que muchos habitantes de las zonas end¨¦micas no dispongan de protecci¨®n o tratamiento alguno.
Aunque a los cient¨ªficos les haya costado un gran esfuerzo desentra?ar el material gen¨¦tico de un min¨²sculo organismo que ha desarrollado durante millones de a?os todo tipo de trucos y estrategias para sobrevivir en el hombre y en el mosquito, lo m¨¢s duro est¨¢ por hacer. Extraer de esta informaci¨®n nuevos medicamentos y pesticidas ser¨ªa s¨®lo un primer paso, que tardar¨¢ m¨¢s o menos tiempo en lograrse en funci¨®n del dinero disponible. El problema m¨¢s hondo es conseguir que los resultados se traduzcan en armas ¨²tiles, adaptadas a la situaci¨®n de los pa¨ªses en los que la malaria es una tragedia. Como se ha visto en el caso del sida con los medicamentos de ¨²ltima generaci¨®n, no basta con encontrar nuevos instrumentos eficaces si no existe el marco en el que se puedan aplicar.
En los ¨²ltimos a?os han surgido grandes iniciativas. El grupo de pa¨ªses m¨¢s desarrollados, el G-8, tiene en marcha un fondo mundial contra la malaria, el sida y la turberculosis, para el que ha comprometido 1.300 millones de d¨®lares. Queda por dilucidar qui¨¦n financiar¨¢ el trabajoso camino para la llegada al mercado de vacunas o tratamientos para una enfermedad de pobres, ya que la investigaci¨®n farmac¨¦utica se encuentra en manos privadas. Si no se dispone de mucho m¨¢s dinero y se consigue mantener un esfuerzo sostenido en un marco estable, es probable que el par¨¢sito siga ganando la guerra, aunque conozcamos sus genes al dedillo.
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