Las agencias de viajes denuncian a Interior el transporte ilegal de inmigrantes rumanos

El aumento de la inmigraci¨®n irregular procedente de Ruman¨ªa, que entra en Espa?a principalmente por carretera, ha sido denunciada ante el Gobierno en los ¨²ltimos 15 d¨ªas por las agencias de viajes, por los transportistas autorizados para explotar l¨ªneas regulares entre ambos pa¨ªses y hasta por Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Catalu?a, la primera comunidad aut¨®noma que atraviesan los extranjeros. Unos y otros piden la restauraci¨®n para los ciudadanos del pa¨ªs balc¨¢nico del visado de entrada, que fue suprimido tras su candidatura para entrar en la UE.

El presidente de la Asociaci¨®n Empresarial de Agencias de Viaje, Jos¨¦ M. Maci?eiras, remiti¨® el pasado 30 de septiembre una carta al director general de Extranjer¨ªa e Inmigraci¨®n, Manuel P¨¦rez, en la que denunciaba que la llegada de rumanos constituye 'una situaci¨®n an¨®mala y lamentable' y solicitaba como 'medida m¨ªnima a adoptar con urgencia' la restauraci¨®n del visado. Al d¨ªa siguiente, los transportistas autorizados para explotar l¨ªneas regulares entre Espa?a y Ruman¨ªa se reun¨ªan con responsables del Ministerio de Fomento para exigirles que pusieran fin al tr¨¢fico de microbuses y autocares ilegales entre Madrid y Bucarest. Una semana antes, el presidente de la Generalitat de Catalu?a, Jordi Pujol, ya hab¨ªa expresado su preocupaci¨®n sobre este asunto al Ministro del Interior, ?ngel Acebes, seg¨²n confirmaron fuentes de su departamento.

La colonia rumana en Espa?a ronda las 100.000 personas, de las que 40.000 habr¨ªan llegado ilegalmente a lo largo de este a?o, seg¨²n los datos que manejan las agencias de viajes. Desde hace meses, los rumanos no necesitan visado para entrar en la Uni¨®n Europea (UE), ya que su pa¨ªs es uno de los candidatos a la integraci¨®n. Transportistas y agentes de viajes opinan que eso ha provocado la avalancha de personas en busca de una vida mejor.

Portes il¨ªcitos

En una dur¨ªsima carta remitida al director general de Transportes por Carretera, Juan Miguel S¨¢nchez, el pasado 4 de septiembre, el presidente de la Asociaci¨®n Ares-Espa?oles en Ruman¨ªa, F¨¦lix Ducha, le reprochaba: 'Resulta vergonzoso ver todos los domingos por la ma?ana, en la zona del [madrile?o] Paseo de la Castellana pr¨®xima a la Plaza de Castilla [es decir, a escasos metros de su despacho oficial y de la direcci¨®n de Transportes de la Comunidad de Madrid], una concentraci¨®n de furgonetas rumanas que realizan il¨ªcitamente actividades regladas en nuestra normativa de Ordenaci¨®n de los Transportes Terrestres, recepcionando paquetes de forma p¨²blica y vendiendo servicios de transporte de viajeros desde Espa?a a Rumania sin ning¨²n tipo de autorizaci¨®n y en incumplimiento absoluto de nuestra normativa'.

El domingo 29 de septiembre fueron observados en esa zona, entre las 11.30 y las 13.00, 18 microbuses y dos autocares. Esos veh¨ªculos no s¨®lo se dedican al transporte de personas. Una buena fuente de sus ingresos procede del transporte de mercanc¨ªas. Cobran un euro por kilo. El servicio suele ser utilizado por rumanos que viven en Espa?a y quieren enviar objetos a sus parientes en Bucarest o Brasov o Sibiu. Cada autocar arrastra un remolque del tama?o de una furgoneta, repleto de cajas que, por lo general, contienen electrodom¨¦sticos, aunque los transportistas espa?oles son suspicaces en este punto: 'Los pesan en una balanza de ba?o y nadie los controla', aseguran.

Jos¨¦ Manuel Martiarena es el responsable de Autocares Iparraguirre, una de las seis empresas autorizadas para transportar viajeros entre Espa?a y Rumania. Est¨¢ desolado. 'De Madrid a Bucarest no rascamos bola, porque los autocares piratas cobran entre 30 y 50 euros por viajero, mientras que nuestra tarifa est¨¢ en torno a 150 euros', se lamenta. 'Tenemos serios problemas para rentabilizar las inversiones. Se trata de un caso claro de competencia desleal'.

En realidad, el viaje de ida y vuelta viene acostar lo mismo en las l¨ªneas legales y en las ilegales: 300 euros. Pero mientras el de ida sale en las ilegales por unos 50 euros, el de vuelta cuesta 250. La raz¨®n hay que buscarla en la ley de la oferta y la demanda. Los autocares y furgonetas que circulan desde Madrid hacia Rumania van casi vac¨ªos. Los de vuelta, en cambio, vienen repletos.

Martiarena afirma que muchos viajeros son tra¨ªdos a Espa?a como falsos turistas: 'Las empresas piratas les proporcionan los 600 euros necesarios para pasar por tales, y nada m¨¢s llegar a Madrid les obligan a devolverlos con intereses'.

El propietario de Autocares Iparraguirre se pregunta si los conductores de esos microbuses trabajan legalmente: 'Creemos que no cumplen las normas de descansos y sustituciones. De otro modo no se explica que hagan 3.300 kil¨®metros en s¨®lo 54 horas'.

El presidente de Ares-Espa?oles en Rumania, F¨¦lix Ducha, va m¨¢s all¨¢: 'Ninguna de esas empresas piratas cumple con la normativa europea sobre trabajo de tripulaciones. Varias de ellas han creado centros de trabajo clandestinos y se dedican a actividades auxiliares del transporte, sin las debidas licencias o autorizaciones. Todas incumplen sistem¨¢ticamente la normativa espa?ola en defensa de los consumidores, y algunas pueden tener v¨ªnculos con narcotraficantes y con el transporte de objetos robados en pa¨ªses de la UE'.

El Ministerio del Interior asegura que Espa?a devuelve diariamente a 150 rumanos que intentan entrar en Espa?a por la frontera con Francia. 'Las autoridades de Bucarest los aceptan a todos. En ese sentido estamos satisfechos', dice un portavoz. 'El problema estriba en el escaso control que ejercen sobre sus fronteras'. El pasado 30 de septiembre, ?ngel Acebes expres¨® a su colega rumano, Ioan Rus, su disposici¨®n a estrechar la cooperaci¨®n policial y a intercambiar especialistas para combatir el tr¨¢fico ilegal de personas. Todo qued¨® en buenas palabras.