Insulto, golpe, muerte
David Gonz¨¢lez es un joven de piel muy blanca y gafitas de intelectual. Habla un perfecto y cordial castellano y se le nota que tiene estudios superiores. Suele sonre¨ªr. Es miembro de la Coordinadora de Los Verdes y trabaja en el equipo de campa?a de Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce a la alcald¨ªa de Madrid. El viernes estaba tom¨¢ndose unas ca?as en un bar de la plaza del Dos de Mayo. Fuera, se oy¨® de pronto un tr¨¢fago de sirenas, as¨ª que David sali¨® a la calle acompa?ado de un amigo. Varios miembros de la Polic¨ªa Municipal intentaban disolver a un grupo de j¨®venes que estaba en la plaza de botell¨®n. Los polic¨ªas les golpeaban con sus porras. Los chicos gritaban, se quejaban. Los polic¨ªas les rociaban con aerosoles antiviolencia, de los que ciegan al agresor. Los chicos se cegaban.
Semejante carga de violencia contra un grupo de chavales que contraven¨ªa la ley antibotell¨®n era de una brutalidad tan desproporcionada que David Gonz¨¢lez coment¨® con su amigo cu¨¢nto se estaban pasando los agentes. Y le oyeron. Hoy en d¨ªa, en esta ciudad de policialismo mal dirigido, un comentario as¨ª supone un alto riesgo. David Gonz¨¢lez acab¨® pasando la noche en los calabozos de la comisar¨ªa de Leganitos, despu¨¦s de haber sido tambi¨¦n golpeado e insultado. Y, hoy en d¨ªa, acabar en la comisar¨ªa de Leganitos empieza a parecerse a cuando anta?o se llevaban a la gente a la DGS. Se dec¨ªa as¨ª: 'Se lo llevaron a la DGS'; y se extend¨ªa un escalofr¨ªo. Porque lo peor no era que te detuvieran o que te ficharan, que atentaran contra tu libertad de expresi¨®n, de reuni¨®n o de manifestaci¨®n; lo escalofriante era que de la DGS sal¨ªas molido a palos. O muerto. A David Gonz¨¢lez se lo llevaron a Leganitos. Por suerte, s¨®lo sali¨® de all¨ª molido a palos. Pero en diez meses, de enero a octubre, han muerto cuatro detenidos en esa comisar¨ªa. Es raro. Tres de los muertos eran inmigrantes: un marroqu¨ª, un argelino y un colombiano. Lo peor es que esto suena menos raro. Suena a que, si eres blanco y con gafitas de intelectual, te la est¨¢s jugando, pero, si eres moro o sudaca, date por perdido. Con suerte, te salvar¨¢ tu resistencia.
En cualquier caso, cuatro muertos son demasiados. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando en Leganitos? ?Tienen esas muertes alguna relaci¨®n con los insultos que recibi¨® David (rojo de mierda...) y con los que recibi¨® una cr¨ªa de apenas veinte a?os detenida en la misma batida (puta...)? ?Tienen esas muertes alguna relaci¨®n con las policontusiones que, seg¨²n el informe cl¨ªnico de urgencias expedido por la cl¨ªnica R¨²ber, que tengo en mis manos, presentaba David al salir de esa comisar¨ªa? ?Tienen esas muertes alguna relaci¨®n con la oferta que se hizo al detenido entre escoger un calabozo individual u otro compartido con varios moros, 'que les gustan mucho los culos'? ?Tienen esas muertes alguna relaci¨®n con los gritos de auxilio que noche tras noche pueden o¨ªr los vecinos de la calle Leganitos? ?Parecen ret¨®ricas mis preguntas? ?No suenan, s¨ª, demasiado ret¨®ricas?
Una pregunta ret¨®rica es aquella que se formula a sabiendas de su respuesta. Estoy convencida, pues, de que la muerte en s¨®lo diez meses de cuatro personas en el mismo centro de detenci¨®n es muy sospechosa. No quiero decir que los hayan matado all¨ª, pues, francamente, me resulta inconcebible, pero s¨ª digo que hay una progresi¨®n muy simple que va de la falta de respeto hacia las personas al insulto, del insulto al golpe, del golpe a la paliza. S¨ª digo que lo ¨²ltimo es morirse pero lo primero es que te llamen puta. Que el abuso comienza ah¨ª. Y antes, en la plaza donde se re¨²nen los chicos. Que no har¨ªa falta que muriesen cuatro para que el trato policial que se recibe en la comisar¨ªa de Leganitos se considerase un esc¨¢ndalo. Que lo que m¨¢s inquieta e indigna es, citando palabras del comunicado de Los Verdes, 'el pensar que si esto ha ocurrido con alguien que se identific¨® como colaborador de una candidatura a la alcald¨ªa de Madrid, ?qu¨¦ vejaciones y humillaciones podr¨ªan haber sufrido en un caso similar j¨®venes 'an¨®nimos', sin influencias pol¨ªticas y con menos recursos a su disposici¨®n para sacar a la luz lo ocurrido? ?Y si encima se tratase de un joven inmigrante 'sin papeles', de ¨¦sos a los que demasiados polic¨ªas se dirigen despectivamente con un 'oye t¨²' o algo semejante? Que hay cuatro muertos.
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