Los elegidos
Van a abrir en Jerez dos museos, el Museo del Vino y el Museo del Tiempo, l¨®gica uni¨®n de tiempo y vino, porque el alcohol modifica la percepci¨®n temporal. El vino cambia la sensaci¨®n del paso de las horas: es un disolvente del tiempo. Ayuda a soltar la lengua y establecer relaciones, droga sociable, dicen, desinhibidora, aunque nuestro tiempo de siglos y segundos sea una construcci¨®n social que el vino aten¨²a o disuelve, como disuelve por un instante el peso de las obligaciones. Es buena idea juntar el vino y los relojes: imagino la reuni¨®n de relojes, multitud de tic-tacs cruzados, y esa hora en la que el museo se queda vac¨ªo y todos los relojes suenan al un¨ªsono mientras el mosto fermenta en sus cubas.
La colecci¨®n de relojes de Jerez es un compendio de historia de las influencias econ¨®micas y culturales en los pueblos andaluces: perteneci¨® a una condesa y, despu¨¦s, a un industrial aventurero que termin¨® expropiado y perseguido por la justicia, y hoy la tienen el Ayuntamiento de Jerez y la Diputaci¨®n de C¨¢diz a trav¨¦s de una fundaci¨®n, la Fundaci¨®n Andr¨¦s de Ribera. El Ayuntamiento y la Diputaci¨®n son gobernados por partidos distintos, el PSA y el PSOE, en guerra. Ahora se han perdido 12.000 euros y el Ayuntamiento (PSA) se?ala como culpable al director admininistrativo de la Fundaci¨®n, nombrado por la Diputaci¨®n (PSOE). Inmediatamente, en cuanto se difundi¨® la denuncia, el director sospechoso hizo p¨²blica una grabaci¨®n clandestina.
El alcalde de Jerez se re¨²ne con los responsables de la Fundaci¨®n y, seg¨²n un micr¨®fono esp¨ªa, trama el despido sinuoso del director administrativo y dos funcionarios m¨¢s. El alcalde dice: 'De una forma escalonada y sin que se nos vea mucho el plumero esos tres van a la puta calle'. Estas cosas (la puta calle y la grabaci¨®n clandestina) nos permiten intuir las costumbres de algunos de nuestros semejantes: putear al pr¨®jimo y grabar en secreto conversaciones. ?Son pr¨¢cticas comunes en el c¨ªrculo de los elegidos por el pueblo y de los elegidos por los elegidos? ?Son los elegidos gente digna de absoluta desconfianza? ?Disponen tambi¨¦n de un gabinete de mentiras necesarias y negaci¨®n cre¨ªble de lo evidente, como recomiendan los especialistas americanos del espionaje y la guerra psicol¨®gica?
Si es verdad que el alcalde de Jerez dijo lo que qued¨® grabado en atrevida operaci¨®n de los servicios secretos de alguna de sus potencias enemigas, me asombra la facilidad del alcalde para los clich¨¦s verbales. En una sola frase suya (la frase esencial que captaron los esp¨ªas) caben tres frases hechas: 'De una forma escalonada', 'sin que se nos vea mucho el plumero', 'esos tres van a la puta calle'. La primera subfrase de la frase tiene cierto sabor oficinesco, casi palaciego moderno, 'de una forma escalonada'; la segunda suena a?osa y castiza, con su plumero limpiador; la tercera, por fin, es brutal, de la puta calle de ahora mismo. Es como si el alcalde reuniera tres tiempos diferentes en tres segundos, como un Museo del Reloj ling¨¹¨ªstico. La pol¨ªtica puede ser entendida como un tic-tac intemporal de frases hechas: una lengua mec¨¢nica, de plomo.
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