El PP escenifica un nuevo giro al centro
La recuperaci¨®n del PSOE lleva a los populares a rectificar el 'decretazo' y a otras correcciones de su pol¨ªtica
Todos los sectores del PP (democristianos, cl¨¢sicos procedentes de AP y, en menor medida, liberales) admiten ahora que el decretazo ha sido un serio error, porque ha permitido que el PSOE dibujara con nitidez una l¨ªnea de enfrentamiento y una oferta electoral radicalmente distinta.
'Algunos ya advertimos en su momento que el decretazo no merec¨ªa un deterioro tan alto de nuestra imagen como art¨ªfices de paz social y como partido capaz de dialogar con los sindicatos', asegura un dirigente popular vinculado al sector democristiano.
Los representantes del sector liberal explican, por su parte, que el error ha sido creer que los efectos de la reforma laboral se podr¨ªan absorber ante la opini¨®n p¨²blica gracias a un nuevo impulso en el crecimiento econ¨®mico y la vuelta a importantes cifras de creaci¨®n de empleo.
Nadie aprovechar¨¢ esta vuelta atr¨¢s para atacar a Rato en su carrera por la sucesi¨®n de Aznar
'Rodrigo Rato no pudo prever, como casi nadie, que la recuperaci¨®n iba para m¨¢s lejos', asegura uno de sus seguidores. Su sector crey¨® que tendr¨ªa tiempo para atenuar los efectos de la reforma laboral y absorber el impacto de la huelga general del 20 de junio. Adem¨¢s, recuerda que era el momento en el que Espa?a estaba al frente de la Uni¨®n Europea y que el presidente Aznar quer¨ªa defender con el ejemplo su idea de que los mercados necesitan 'se?ales de firmeza'. Por eso, insin¨²a, no ser¨ªa justo que alguien dijera ahora que no comparti¨® aquella idea.
Las circunstancias econ¨®micas no han sido las previstas: la recuperaci¨®n del crecimiento econ¨®mico se retrasa y los principales organismos internacionales auguran que Espa?a no alcanzar¨¢ los niveles anunciados por el Gobierno. A este escenario se une otro imponderable: el posible ataque contra Irak, en enero o febrero del a?o pr¨®ximo. Y lo que tampoco estaba previsto: los sondeos para las municipales y auton¨®micas de 2003 empiezan a registrar tambi¨¦n s¨ªntomas del desgaste que empez¨® a parecer en los sondeos a ra¨ªz del decretazo.
El PP se vio obligado en su d¨ªa a movilizar todos sus recursos para hacer frente a la huelga general del 20 de junio. Hasta el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, entr¨® muy fuerte en la batalla. Muchos recuerdan que pocos d¨ªas antes de la huelga, Aznar, hablando ante la Confederaci¨®n Nacional de la Construcci¨®n, en Madrid, asegur¨® que no habr¨ªa compromiso con las l¨ªneas b¨¢sicas del Decreto de Medidas Urgentes para la Reforma de Protecci¨®n del Desempleo: 'Lo m¨¢s f¨¢cil hubiera sido replegarse y buscar el empate ante el anuncio de la huelga general. De eso nada, queremos ganar el partido'.
La huelga alcanz¨® un ¨¦xito notable y el 22 de agosto el primer sondeo del CIS indicaba que los socialistas hab¨ªan recortado a la mitad sus diferencias con el PP en intenci¨®n de voto y que Aznar obten¨ªa una calificaci¨®n por debajo de la obtenida por Mariano Rajoy. Por primera vez desde las elecciones de marzo de 2000, los sondeos reflejaban no s¨®lo una subida del PSOE, sino, lo que es m¨¢s significativo, un desgaste del PP, todav¨ªa t¨ªmido pero ya claramente apreciable. La l¨ªnea de oposici¨®n elegida por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y centrada mucho m¨¢s en temas econ¨®micos y sociales que en el Pa¨ªs Vasco o cuestiones estrictamente pol¨ªticas parec¨ªa dar sus primeros frutos.
A la vuelta del verano, muchos dirigentes del PP empezaron a pensar que quiz¨¢s ser¨ªa conveniente echar marcha atr¨¢s. La rectificaci¨®n, aseguran en el PP, ha sido promovida por la misma persona que present¨® en su momento el decretazo, el vicepresidente segundo y ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, tras asegurarse de que ten¨ªa el apoyo de todo el partido. Seg¨²n sus seguidores, Rato es el ¨²nico que ha aceptado p¨²blicamente que se trata de una 'rectificaci¨®n' porque sabe que la responsabilidad cae sobre sus espaldas y lo asume sin problemas.
De hecho, el anuncio de la rectificaci¨®n fue hecho por Rato el pasado 28 de septiembre, precisamente en el congreso provincial del PP en Valencia, donde Eduardo Zaplana le hab¨ªa pedido que interviniera. 'El ministro de Trabajo', dijo Rato, 'anunciar¨¢ la semana pr¨®xima una oferta sobre la reforma del desempleo que ser¨¢ bien recibida'. Seg¨²n algunos de los presentes, el propio Zaplana no sab¨ªa exactamente en qu¨¦ consist¨ªa esa oferta.
La rectificaci¨®n podr¨ªa haber acarreado un coste dentro del partido para Rato, pero no va a ser aprovechado por los otros sectores del PP en la batalla interna por la sucesi¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, seg¨²n mantiene un diputado pr¨®ximo al ministro de Econom¨ªa.
'Claro que fue un serio error estrat¨¦gico', explica un representante cualificado del sector democristiano 'Eso no lo niegan ni ellos mismos. Pero lo que importa es que ahora estamos todos aliviados. Cuanto antes cerremos ese frente, mejor para todos'. De acuerdo con su an¨¢lisis, la rectificaci¨®n del decretazo no va a suponer un golpe contra Rato, sino que, bien al contrario, es un s¨ªntoma de que el vicepresidente segundo est¨¢ ya de lleno en la batalla por la sucesi¨®n y que tiene fuerza suficiente como para cambiar de direcci¨®n sin preocuparse.
'No es ning¨²n secreto que Eduardo Zaplana apoya la candidatura de Rato como representante del llamado sector liberal del PP', asegura este diputado, para quien el pol¨ªtico valenciano no tiene posibilidades de ser ¨¦l mismo candidato a sucesor de Aznar pero aspira leg¨ªtimamente a ocupar un cargo relevante en el pr¨®ximo Gobierno si su jefe de l¨ªnea ganase las elecciones.
El tercer sector del PP, el denominado cl¨¢sico y que procede directamente de AP, est¨¢ tambi¨¦n dispuesto a absorber la rectificaci¨®n 'con tranquilidad'. Uno de sus principales representantes niega que la rectificaci¨®n haya sido iniciativa de Rato y recuerda que, en cualquier caso, Zaplana no pudo actuar sin permiso del 'director de escena', es decir, del presidente del Gobierno.
Pero a?ade: 'El partido absorber¨¢ este cambio con tranquilidad, porque sabe que de todo lo que pasa en Espa?a ahora, lo realmente decisivo para 2004 ser¨¢ la situaci¨®n econ¨®mica. Todos los problemas de hoy son escenarios superables si conseguimos llegar a las elecciones generales con un crecimiento razonable'. Y sin un enfrentamiento permanente con los sindicatos.
La cohesi¨®n territorial
La decisi¨®n del PP de retomar el tema de la cohesi¨®n como el escenario favorito de enfrentamiento con el PSOE despierta ronchas entre los socialistas. 'El partido no debe consentir ni una vez m¨¢s que los populares pongan en duda nuestra capacidad de garantizar la cohesi¨®n territorial de Espa?a', asegura con irritaci¨®n un veterano dirigente. 'No vamos a aceptar que nos ofendan en p¨²blico y se disculpen en privado, como han hecho hasta ahora', promete un miembro de la ejecutiva. Haremos todo lo necesario, a?ade, para que el PSOE no quede aprisionado en el tema vasco. Los socialistas se quejan de que el PP desea convertir el Pa¨ªs Vasco en el ¨²nico escenario posible de debate, al tiempo que les niega la posibilidad de defender sus propias iniciativas.'Este pa¨ªs necesita que tambi¨¦n se hable de pol¨ªtica social y de econom¨ªa. Y el PP est¨¢ empe?ado en hablar s¨®lo de banderas y de Marruecos'. No todo el Partido Popular est¨¢ de acuerdo en convertir el tema del Pa¨ªs Vasco en el punto central de la imagen del PP. El sector cercano a Francisco ?lvarez Cascos sigue manteniendo que la tesis del total aislamiento del PNV ha obtenido malos resultados. El PNV, explican, debe tener la certeza de que por el camino que marca Ibarretxe no va a ninguna parte, pero el PP debe tambi¨¦n ser consciente de que era m¨¢s f¨¢cil hablar con Xabier Arzalluz como personaje pol¨ªtico que con el actual lehendakari. Empujar y descalificar a los dirigentes nacionalistas m¨¢s cl¨¢sicos no ha mejorado el escenario, sino que ha encumbrado a dirigentes m¨¢s radicales y faltos de sentido pol¨ªtico.
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