Bush califica el ataque de 'cobarde' y planea reducir la presencia de EE UU en Yakarta
Un equipo de expertos del FBI investiga sobre el terreno los detalles de la explosi¨®n
El presidente estadounidense, George Bush, calific¨® el atentado de Bali de 'acto cobarde ejecutado para crear terror y caos'. Washington contemplaba ayer reducir su presencia diplom¨¢tica en Indonesia, dos veces amenazada en lo que va de mes, y presionar al Gobierno de Yakarta para que act¨²e contra un grupo fundamentalista indonesio presuntamente relacionado con Al Qaeda. El atentado coincide con el segundo aniversario del ataque contra el USS Cole frente a las costas de Yemen. 'El mundo debe confrontar la amenaza global del terrorismo', dijo Bush en un comunicado.
'En nombre del pueblo de Estados Unidos condeno este acto horrendo', comenzaba el comunicado de Bush, y a?ad¨ªa: 'Juntos debemos luchar contra la idea de que la muerte de inocentes promueve causas o aspiraciones. Y debemos calificar este acto de lo que es: un asesinato'.
El Departamento de Estado ha aconsejado a los estadounidenses de paso por Indonesia que abandonen el pa¨ªs. La Embajada en Yakarta estaba 'reevaluando la importancia de su presencia'. El s¨¢bado, paralelamente al atentado en el centro tur¨ªstico, una bomba estall¨® cerca de un edificio consular de EE UU en Denpasar, la capital de Bali. No es la primera vez. El 23 de septiembre, una granada estall¨® cerca de uno de los hangares de la embajada. Poco antes, el 9 de septiembre, la legaci¨®n, junto con otras 12 representaciones diplom¨¢ticas en la zona, permaneci¨® cerrada varios d¨ªas, coincidiendo con el aniversario del 11-S, ante la amenaza de posibles ataques.
La fuente de esta informaci¨®n, y objeto de muchas de las recientes tensiones entre Washington y Yakarta, fue Omar Al Faruq, el presunto responsable de las operaciones de Al Qaeda en el sureste asi¨¢tico y que fue detenido el pasado junio en Indonesia. Interrogado en la base a¨¦rea estadounidense de Bagram, en Afganist¨¢n, Al Faruq revel¨® la considerable presencia de Al Qaeda en la zona y sus estrechos contactos con el grupo fundamentalista indonesio Jemaa Islam¨ªa (JI).
El problema es muy delicado para la presidenta, Megawati Sukarnoputri, que ha intentado sumarse lo m¨¢s discretamente posible a la coalici¨®n internacional contra el terrorismo. Para evitar desestabilizar al Gobierno indonesio, Washington no incluy¨® a JI en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado. Pero la Casa Blanca empez¨® a impacientarse. A mediados de septiembre, mand¨® a Yakarta a una de sus asesoras en temas de seguridad y especialista en la zona, Karen Brooks, para convencer a Megawati de tomar medidas contra JI, a la que Bush llam¨® incluso por tel¨¦fono.
El atentado de Bali 'podr¨ªa indicar su presencia aqu¨ª [de Al Qaeda], como siempre hemos sospechado, algo que ahora podemos m¨¢s o menos confirmar', dijo ayer el embajador de EE UU en Indonesia, Ralph Boyce. Washington ha mandado sobre el terreno a un equipo de expertos del FBI para investigar los detalles de la explosi¨®n, que coincide con el segundo aniversario del ataque contra el USS Cole, del que se ha responsabilizado a Osama Bin Laden.
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