El abandono precoz de la lactancia favorece la alergia a la leche de vaca
Los casos de hipersensibilidad desaparecen alrededor del tercer o cuarto a?o de vida
Los primeros meses de vida son para el reci¨¦n nacido un tiempo de adaptaciones constantes. Poco a poco debe ir abandonando los lazos de dependencia que le unen a su madre para ser capaz de sobrevivir sin su ayuda. La lactancia es, quiz¨¢, el caso m¨¢s evidente. En ocasiones ocurre, sin embargo, que el ni?o no tolera la sustituci¨®n de la leche materna por otro producto y desarrolla lo que se conoce como alergia a la prote¨ªna de la leche de vaca (APLV).
'La APLV es un tipo caracter¨ªstico de hipersensibilidad a tres tipos de prote¨ªnas presentes en la leche de vaca (case¨ªna, alfalactoalb¨²mina y betalactoglobulina), que se da fundamentalmente en lactantes durante su primer semestre de vida, que es cuando ocurre el contacto con ese alimento. Se trata de una reacci¨®n inmunol¨®gica heredada', explica Enric Mart¨ª, director de la unidad de alergolog¨ªa del hospital Germans Trias i Pujol de Badalona. Hay que tener en cuenta que las prote¨ªnas presentes en la leche de vaca son las primeras prote¨ªnas extra?as que ingiere un lactante en la mayor¨ªa de los pa¨ªses desarrollados.
La OMS y Unicef proponen la lactancia materna hasta los 4 o 6 meses de vida
Aunque no existen datos precisos sobre la incidencia de este tipo de alergia (entre el 1% y el 7% de los reci¨¦n nacidos), parece claro que su frecuencia est¨¢ aumentando entre la poblaci¨®n. Las exigencias laborales obligan a las madres a reincorporarse cada vez m¨¢s pronto a su puesto de trabajo despu¨¦s del parto y, por tanto, a introducir de forma temprana la lactancia artificial con leche de vaca.
La Declaraci¨®n de Innocenti, aprobada en 1990 por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, propone como meta universal la lactancia materna exclusiva hasta los cuatro o seis meses de edad. Los datos de la OMS en Europa, sin embargo, revelan que, salvo Suecia y Finlandia, el porcentaje medio de lactancia materna exclusiva en ese periodo no supera el 16%.
As¨ª pues, no es de extra?ar que la incidencia de APLV aumente. No en vano, el hospital Germans Trias i Pujol se ha visto forzado a crear una unidad especial que se dedica a atender exclusivamente los casos de APLV y que ha iniciado un estudio epidemiol¨®gico para conocer la prevalencia exacta de la dolencia.
'Normalmente los s¨ªntomas suelen ser cut¨¢neos (urticaria, angioedema o hinchaz¨®n en cualquier lugar del cuerpo) y gastrointestinales (v¨®mitos y diarreas), aunque tambi¨¦n pueden aparecer problemas respiratorios. En casos menos frecuentes, un cuadro m¨¢s severo llamado shock anafil¨¢ctico puede conducir a la muerte a pacientes con una hipersensibilidad extrema', explica Ana Mar¨ªa Plaza, de la Sociedad Espa?ola de Alergolog¨ªa Pedi¨¢trica e Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica.
El 90% de los casos de alergia a la prote¨ªna de la leche de vaca aparece durante los primeros seis meses de vida, por lo que la mayor¨ªa de los pediatras recomienda que las madres amamanten a sus hijos durante esos seis meses. Sin embargo, cuando las circunstancias no permiten alargar la lactancia materna y se diagnostica la dolencia, el tratamiento es sencillo y eficaz. 'Consiste en interrumpir la alimentaci¨®n con leche de vaca y sustituirla por leche de soja o leche de vaca modificada mediante la hidrolizaci¨®n de las prote¨ªnas alerg¨¦nicas', afirma Ana Mar¨ªa Plaza.
Afortunadamente, la APLV acaba desapareciendo con el tiempo y alrededor del tercer o cuarto a?o de vida el ni?o puede volver a tomar leche de vaca sin que se produzca ninguna reacci¨®n al¨¦rgica. 'Pero puede ocurrir que un tiempo despu¨¦s aparezcan otros tipos de alergia, porque estos ni?os llevan una carga gen¨¦tica at¨®pica que les hace m¨¢s susceptibles a la alergia', explica Enric Mart¨ª.
A pesar de la relaci¨®n causal entre la interrupci¨®n temprana de la lactancia materna y el aumento en la incidencia de APLV, un grupo de investigadores de Canad¨¢ y Nueva Zelanda ha descubierto que los beb¨¦s amamantados durante m¨¢s de cuatro semanas tienen casi el doble de probabilidad de desarrollar asma y alergias que los que son alimentados con biber¨®n (v¨¦ase EL PA?S, del 24 de septiembre de 2002). 'La lactancia no protege a los ni?os de la atopia (alergia) y el asma, y puede incluso aumentar el riesgo', afirma Malcolm Sears, de la Universidad McMaster, en Canad¨¢. Los hallazgos, publicados en la revista The Lancet, contradicen los resultados de estudios previos que se?alaban los efectos beneficiosos contra las alergias de la lactancia cuando el ni?o era amamantado durante cuatro meses o m¨¢s tiempo. 'Aunque hay muchas razones valiosas para alentar la lactancia durante los primeros cuatro o seis meses de vida, la prevenci¨®n del asma y las alergias no es una de estas razones', se dice en un comentario editorial en la misma revista.
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