El vasco errante

Da gusto reencontrarse con Ordorika en directo y en el recinto escogido tradicionalmente para sus visitas a Madrid. Ambiente recogido y espectadores sentados a las mesas, deseosos de disfrutar de la b¨²squeda por parte de este compositor, productor e int¨¦rprete guipuzcoano de una v¨ªa de expresi¨®n de la lengua vasca a trav¨¦s de caminos que no le son excesivamente propios, como es el caso del rock m¨¢s o menos ac¨²stico; y todo ello sin perder de vista tradiciones, canciones populares y personajes enraizados en la historia vasca, como el zapatero Mart¨ªn Herralde, quien fue a la c¨¢rcel por cuestiones familiares y que ha inspirado a Ordorika una hermosa canci¨®n.

El m¨²sico ha realizado cinco conciertos en Madrid, en formato poco ruidoso y con la siempre agradable costumbre de realizar una paradita de diez minutos a mitad de actuaci¨®n. En el del mi¨¦rcoles, repas¨® a conciencia las canciones de su ¨¢lbum de este a?o, Hurrengo Goizean, repleto de historias, sentimientos, im¨¢genes y reflexiones personales que llevar¨ªan a cualquiera, como al propio Ordorika, a concluir que el mundo es, efectivamente, un lugar muy raro. Raro s¨ª, pero no yermo para que la poes¨ªa brote en racimos de versos sinceros, como los de Bihoz begiekin i (Con los ojos del coraz¨®n) o Zaldiak negarrez (Los caballos lloraban), escrita bajo el influjo de la leyenda que dice que los caballos del C¨¦sar, al ser soltados en libertad como premio por ayudar a ganar a ¨¦ste la batalla de Rubic¨®n, lloraban porque prefer¨ªan seguir junto al C¨¦sar. Versos que quiz¨¢ dan respuestas a este vasco errante a quien, en su Euskadi natal le preguntan, como a todos, '?y t¨², de d¨®nde eres?'.