Aventura y pesadillas
George Steiner escribi¨® en 1963 que el s¨®lo nombre de Kafka se hab¨ªa convertido 'en el santo y se?a para entrar en la morada de la educaci¨®n'. Nacido en Praga en 1888, perteneciente a la minor¨ªa jud¨ªa de habla alemana, de estudiante se acostumbr¨® a entregarse casi en secreto a la ¨²nica raz¨®n de su existencia: una obra literaria que iba surgiendo del silencio y la observaci¨®n.
La tuberculosis lo mat¨® a los 41 a?os. Apenas hab¨ªa publicado media docena de relatos y algunos bocetos en prosa. A su amigo Max Brod le rog¨® que destruyera los papeles que le legaba, pero Brod ya hab¨ªa advertido a Kafka que publicar¨ªa cuanto dejase en sus manos. Lo primero que Max Brod dio a luz fueron tres novelas inconclusas de las que el propio Kafka le hab¨ªa le¨ªdo varios cap¨ªtulos. Ahora, Hern¨¢ndez Arias presenta en este atractivo volumen de Valdemar las mencionadas 'novelas' en versiones rigurosas y claras.
EL DESAPARECIDO, EL PROCESO, EL CASTILLO
Franz Kafka Traducci¨®n, pr¨®logo y notas de J. Rafael Hern¨¢ndez Arias Valdemar. Madrid, 2002 992 p¨¢ginas. 27,05 euros
Kafka concibi¨® la primera de ellas, El desaparecido, en 1911. El joven Karl Rossmann es enviado por sus padres a Nueva York a fin de alejarlo de Europa, donde, seducido por una criada, hab¨ªa engendrado un hijo ileg¨ªtimo. Antes incluso de tomar tierra, Karl encontrar¨¢ a su t¨ªo Jakob, consejero de Estado y rico hombre de negocios que lo toma bajo su protecci¨®n. Mas el azar dictaminar¨¢ que, a causa de un desliz sentimental, Karl se vea expulsado del universo de ricos en el que vive el t¨ªo Jakob. Perdido del para¨ªso, se ve condenado a vagar por los alrededores de la gran ciudad, malviviendo entre una caterva de personajes vulgares e histri¨®nicos. Sin embargo, ¨¦sta es la m¨¢s convencional de las novelas kafkianas, y tambi¨¦n la ¨²nica esperanzadora, pues al final su personaje hallar¨¢ una especie de salvaci¨®n en ese extra?o cobijo denominado 'Teatro de Oklahoma'.
De otro tenor son El proceso y El castillo. Tambi¨¦n participan de una intenci¨®n ¨¦pica, pero su atm¨®sfera es asfixiante, 'transreal'; acaso una de las claves para leerlas sea considerarlas aventuras on¨ªricas.
En El proceso, cuyos cap¨ªtulos primero y ¨²ltimo escribi¨® Kafka en el verano de 1914 de un tir¨®n, Josef K. despierta una ma?ana y encuentra que unos funcionarios enviados por un extra?o tribunal le comunican que se ha iniciado un proceso contra ¨¦l y que est¨¢ detenido. Le anuncian, no obstante, que puede seguir movi¨¦ndose con libertad, ir al trabajo, visitar a sus amigos, etc¨¦tera; tan s¨®lo tendr¨¢ que asistir de vez en cuando a ciertos interrogatorios. Tras una serie de vicisitudes con estramb¨®ticos personajes -met¨¢foras humanas de la maldad, la perversi¨®n o la indolencia- que pululan por el intrincado mundo de las dependencias del tribunal el acusado K. es condenado a muerte. La atm¨®sfera expresionista de la novela sorprende por su modernidad, y nos remite a esas magn¨ªficas escenas cinematogr¨¢ficas donde se superponen los tonos grises y sombr¨ªos de una Praga fantasmal y plagada de enigmas.
En El castillo, que data de 1922, el personaje principal, que esta vez s¨®lo se llama 'K.', llega a una aldea en la que piensa establecerse, puesto que el se?or del castillo lo ha contratado como agrimensor. Mientras K. aguarda a que el omnipotente amo lo reciba, descubrir¨¢ un mundo terrible donde reinan la humillaci¨®n, la burocracia insultante y el poder arbitrario.
Max Brod denomin¨® a estas magn¨ªficas novelas 'trilog¨ªa de la soledad'. No en vano se consideran hoy arquetipos de ese desamparo existencial que es tan caracter¨ªstico de un mundo en el que los individuos libres escasean y abunda cada vez m¨¢s un sujeto fabricado en serie, mec¨¢nico y sin memoria.
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