Irak, en dos tiempos

Estados Unidos ha aceptado la idea de que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe una resoluci¨®n que permita unas inspecciones efectivas de los armamentos de Irak, pero sin dar paso autom¨¢ticamente a la guerra en caso de que Bagdad incumpla o dificulte esta labor. Esta posici¨®n razonable, que abre una posibilidad a la diplomacia de cumplir el objetivo de localizar y destruir cualquier armamento de destrucci¨®n masiva en Irak, y no de derrocar su r¨¦gimen por m¨¢s abyecto que sea, ha sido forzada por Francia, en una labor que merece todo el cr¨¦dito europeo. Lo que no quita para que, si al final hay guerra, Francia se sume a EE UU y al Reino Unido contra Irak.

Ha sido un mes de tira y afloja en el Consejo de Seguridad. Dos d¨ªas de debate p¨²blico sobre Irak en dicho organismo han puesto de relieve el aislamiento de la mayor potencia militar del mundo. Incluso un aliado clave como Turqu¨ªa est¨¢ contra esta guerra. Y a poco m¨¢s de dos semanas de las elecciones del 5 de noviembre, la Administraci¨®n de Bush prefiere cerrar una resoluci¨®n, aunque diste de ser la que deseaba.

Lo que ahora se va a poner sobre la mesa, con el objetivo de acordar la resoluci¨®n la pr¨®xima semana, implica una aproximaci¨®n en dos tiempos como propugnaba Francia. En el caso de que Sadam Husein dificulte la actuaci¨®n de los inspectores y se llegue a un callej¨®n sin salida, EE UU quiere garant¨ªas de los otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Reino Unido, Francia, Rusia y China) de que no ejercer¨¢n su derecho al veto para una resoluci¨®n posterior que autorice el ataque militar. El presidente Bush ha se?alado al Consejo que no dispone de un tiempo sin l¨ªmites para tomar una decisi¨®n. Las perspectivas de guerra vuelven a alejarse, pero Bush ha dejado abierta la puerta a una eventual acci¨®n militar unilateral de EE UU si los inspectores no lograban desarmar a Sadam Husein, posibilidad en la que Washington ha recibido el apoyo de Londres.

Si en los pr¨®ximos d¨ªas el Consejo de Seguridad aprueba la resoluci¨®n, la llave de la crisis quedar¨¢ en manos de Sadam Husein y su r¨¦gimen. Si colabora, puede evitar la guerra. Lo m¨¢s peligroso es que Sadam Husein, desde su atalaya cerrada al mundo y con el apoyo de un incre¨ªble y rid¨ªculo 100% de los votantes en el refer¨¦ndum de ratificaci¨®n de un nuevo mandato de siete a?os, puede vivir en un espejismo que le lleve a creer que puede torear a los inspectores de armas. Y esta vez no puede ser as¨ª.

Con su posici¨®n de firmeza, Francia ha defendido sus intereses y unos principios m¨¢s generales. El uso de la fuerza s¨®lo se justifica como ¨²ltimo recurso, seg¨²n el presidente Chirac, que ha propugnado una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad que sirva a 'los intereses de la regi¨®n' tal como los ve Francia. Esta posici¨®n contrasta con la carta blanca dada pr¨¢cticamente por Aznar a Bush, con lo que la posici¨®n de Espa?a ha quedado ya descontada en los c¨¢lculos de Washington. En este contexto, la dimisi¨®n, por discrepancias con la l¨ªnea oficial, del encargado de negocios de la Embajada de Espa?a en Bagdad pone de relieve la falta de instrucciones y clarificaciones sobre la pol¨ªtica del Gobierno hacia Irak. Resulta urgente un debate parlamentario en profundidad sobre esta crisis. Se ha realizado en el Reino Unido, en Francia y en otros pa¨ªses. ?Ser¨¢ Espa?a el ¨²ltimo pa¨ªs es realizarlo?