El carril mon¨¢rquico

A las 14.00 horas de cualquier d¨ªa laborable, las immediaciones de la parada de metro de Palau Reial, de Barcelona, se encuentran ante una situaci¨®n de reinante caos. Los estudiantes y profesores de varias universidades que toman el metro o el autob¨²s para regresar a sus casas, el tr¨¢fico automovil¨ªstico de la Diagonal y, m¨¢s recientemente, las obras del Trambaix dan como resultado un tremendo hormiguero, al que se suman los cientos de ciclistas (la mayor¨ªa universitarios) que discurren por el carril-bici. Este carril tiene una particularidad que lo distingue de todos los dem¨¢s: es discontinuo. La discontinuidad corresponde exactamente al tramo que discurre por la plaza p¨²blica que se encuentra justo delante del palacio de Pedralbes. ?C¨®mo es posible que este tramo sea inexistente y que a todo el mundo le parezca normal? El carril existe en la pr¨¢ctica pues los ciclistas, a duras penas, circulan y se abren paso entre la muchedumbre, pero no formalmente. No entiendo la raz¨®n de su inexistencia, pero puedo formular una propuesta: que pinten un carril mon¨¢rquico con sus adornos rococ¨®, su alfombra roja, sus fuentes con angelitos miccionando y su servicio, eso s¨ª, siempre dispuesto a complacer al ciclista.