Tres se?ores de Barcelona
'Pens¨¦ que esto ser¨ªa aburrido, pero es tan agradable como un beso de Sal Mineo, y que me perdone el se?or alcalde', dijo Terenci Moix, ayer, poco despu¨¦s de recibir de manos de Joan Clos la medalla al M¨¦rito Cultural. Muchos tem¨ªamos, como ¨¦l, que iba a ser un acto un poco pe?azo. Pero no hay protocolo que se resista cuando los homenajeados son, adem¨¢s de Moix, Juan Mars¨¦ y Josep Maria Espin¨¤s. Entraron en el Sal¨® de Cent, del Ayuntamiento de Barcelona, flanqueados por guardias urbanos de gala. Terenci iba hecho un dandi, echando besos a todo el mundo; Mars¨¦, sin corbata, y un pelo abrumado; Espin¨¤s, con su elegancia de siempre, la misma que exhibe en los pasillos de la Feria de Francfort o en la presentaci¨®n de un libro de su editorial, La Campana.
Espin¨¤s compar¨® el Sal¨® de Cent con un estadio. 'Los tres pasamos la misma prueba y los tres recibimos la misma medalla'
El concejal de Cultura, Ferran Mascarell, inici¨® la velada con un elogio a Barcelona, 'la ciudad de las letras', a cuyo rico universo pertenecen los tres escritores. 'Ellos nos han narrado los latidos de la ciudad, del Eixample a Ciutat Vella o el Carmel. Nos han explicado muchas cosas de nuestra historia, de la ciudad real y de la imaginaria. Los tres han mostrado siempre su compromiso con la democracia, el civismo y la libertad. Los tres nos han dado muchas horas de buena y feliz lectura'.
Fue Espin¨¤s quien empez¨® a quitar solemnidad al asunto, al comparar, y que le perdone el se?or alcalde, el Sal¨® de Cent con un estadio. 'Los tres pasamos la misma prueba y los tres recibimos la misma medalla, aqu¨ª no hay oro, plata o bronce. Representamos a tres barrios de la literatura y no hay competencia entre nosotros. Son los ciudadanos an¨®nimos los que eligen'. Espin¨¤s fue el que m¨¢s guard¨® las formas a la hora de los discursos de agradecimiento. 'Soy barcelon¨¦s de nacimiento y de vocaci¨®n, un barcelon¨¦s vital', y cit¨® algunos de sus libros que sobradamente lo demuestran, como Viatge pels grans magatzems y Guia de ciutadans an¨°nims. 'He procurado escribir con cierta dosis de coherencia para ganarme la vida siendo como soy'.
Mars¨¦ fue el m¨¢s parco. 'Cuando el alcalde me colgaba la medalla, me he acordado de cuando yo ten¨ªa 13 o 14 a?os y trabajaba en una taller de joyer¨ªa en Gr¨¤cia. Hac¨ªamos medallas del amor, aquellas que dec¨ªan: 'Hoy te quiero m¨¢s que ayer, pero menos que ma?ana'. Aquel chico jam¨¢s habr¨ªa imaginado que un d¨ªa le dar¨ªan una medalla a ¨¦l. Gracias'.
Terenci fue el m¨¢s provocador. 'Es el primer premio oficial que recibo. He tenido muchos, pero todos se deben a la beneficencia privada. Me alegro de que ¨¦ste me lo den de este lado de la plaza de Sant Jaume [el Ayuntamiento] y no del otro [la Generalitat]'. Moix dedic¨® el homenaje urbi et orbi: 'A mi querida ciudad de Barcelona; a Alejandr¨ªa, que tiene los taxis del mismo color que los de Barcelona; a la nena Moix, por ser como es; a In¨¦s Gonz¨¢lez, porque sin ella, desde 1990, no habr¨ªa escrito art¨ªculos ni libros; a mi m¨¦dico; a mis amigos de siempre y a sus hijos; a los compa?eros de la prensa; a mis editores... Y a tres que ya no est¨¢n, pero seguro que se alegrar¨ªan mucho: a Maria Aur¨¨lia Capmany, a N¨¦stor Almendros y a Fernando Lara'. Ah¨ª a Terenci se le fue un poco la voz, se emocion¨®.
Antes de los agradecimientos, hubo las laudatio, por riguroso orden alfab¨¦tico, de los tres premiados.
El arquitecto Oriol Bohigas resumi¨® en cinco puntos su admiraci¨®n por Espin¨¤s. 'Participaci¨®n, desde que empez¨® con la nova can?¨® su trabajo en la normalizaci¨®n de la lengua. Resistencia, porque publica un art¨ªculo diario desde hace 30 a?os. Fidelidad a una lengua y a un pa¨ªs. Diversidad de temas, objetivos y prop¨®sitos. Calidad, demostrada en su exigencia literaria'.
Llu¨ªs Izquierdo, catedr¨¢tico de Literatura Espa?ola de la Universidad de Barcelona, hizo un recorrido por la obra de Mars¨¦, de la que destac¨® su 'exigencia est¨¦tica y el inter¨¦s de sus tramas'. 'Imagina la realidad y la exagera para convertirla en puro realismo. Mars¨¦ nos devuelve la ciudad como un lugar de la memoria y hace una cierta radiograf¨ªa de todos nosotros'.
El escritor y acad¨¦mico Pere Gimferrer rindi¨® un c¨¢lido homenaje a Terenci Moix, a quien se siente 'biogr¨¢ficamente vinculado' desde 1965, cuando Terenci conceb¨ªa ser escritor como el h¨¦roe de una aventura. 'Se sent¨ªa como h¨¦roe byroniano, aunque yo siempre pens¨¦ que estaba m¨¢s cerca de Chesterton'. Gimferrer habl¨® del escritor que mezcl¨® la alta cultura con la popular, el de la literatura cinematogr¨¢fica, del que ha escrito todo tipo de novelas, de su serie autobiogr¨¢fica, a¨²n no cerrada. 'En ella se unen el Terenci que yo conoc¨ª, el de Byron y Chesterton, y el de la calle de Ponent'. Gimferrer se extendi¨® sobre la ¨¦pica y la l¨ªrica de Moix. 'Incitador de mitos y cr¨ªtico de los mitos; entusiasta del kitsch y cr¨ªtico del kitsch; autor de novela hist¨®rica, a la que satiriza cuando quiere; cronista de Barcelona, desde una relaci¨®n de amor y odio. Terenci ha estudiado, tambi¨¦n con amor y odio y una inteligencia l¨²cida, su propio mito. De manera a veces triste y amarga, otras alegre, nos ha explicado nuestra propia vida', concluy¨®.
Y tras los discursos y las medallas, la fiesta. Estuvieron en ella Esther Tusquets, Ana Mar¨ªa Moix, Joan de Sagarra, Colita, Xavier Rubert de Vent¨®s, Rosa Maria Sard¨¤, Bor¨ªs Izaguirre, y los editores Rafael Borr¨¤s, Nuria Tey, Juli¨¢n Le¨®n y Carles Rev¨¦s, entre otros muchos admiradores de los premiados.
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