El libro hallado en un macuto podrido
Manuel Vicent explica a 500 alumnos adolescentes en la Biblioteca Valenciana c¨®mo entr¨® en contacto con la literatura
Manuel Vicent fue recibido con una salva de aplausos y v¨ªtores. Parec¨ªa m¨¢s un cantante de rock o una estrella del ¨²ltimo encierro televisivo que un escritor. El p¨²blico adolescente se expresa as¨ª. Con desenfado. No deja de sorprender en una actividad literaria, a pesar de que el pasado curso ya sucedi¨® con otros autores que participaron en la primera campa?a de animaci¨®n a la lectura organizada por la Biblioteca Valenciana.
Quiz¨¢ el recibimiento al escritor valenciano, que abri¨® ayer la nueva campa?a, fue m¨¢s intenso. En cualquier caso, el p¨²blico, compuesto por m¨¢s de 500 alumnos acompa?ados por profesores de 12 institutos valencianos, se comport¨® correctamente. 'Bueno, al final, por la parte de atr¨¢s, ha empezado a haber movimiento', coment¨® sonriendo Vicent.
'A m¨ª lo que m¨¢s me ha gustado es cuando ha contado todas esas an¨¦cdotas', apuntaba una joven estudiante, Eva Escuder, del Col.legi Grans i Menuts de Castell¨®n. An¨¦cdotas tan jugosas como la que inagur¨® el coloquio.
Cont¨® el autor de Tranv¨ªa a la Malvarrosa, para dar cuenta de su primer contacto con la literatura, que siendo ni?o en una de sus correr¨ªas por las monta?as -'s¨®lo me sent¨ªa libre cuando sal¨ªa por la puerta de mi casa', record¨®-, en busca de balas o bombas olvidadas de la Guerra Civil, encontr¨® un 'macuto podrido'. Adem¨¢s de un crucifijo, una lata de sardinas y una navaja oxidada, hall¨® en su interior el libro de Edmundo D'Amicis Coraz¨®n. 'Fue mi primer libro y a¨²n lo conservo en una urna de cristal'.
Empez¨® pronto a fabular. Vicent ten¨ªa un padre 'muy autoritario' y la represi¨®n le condujo a la mentira. 'Primero para defenderme; segundo para agradarme; tercero para complacerme; y cuarto, con esas mentiras constru¨ª un castillo, tambi¨¦n para sentirme libre dentro de casa, que fue el germen de lo que es despu¨¦s un escritor: alguien a quien lo que le rodea no le gusta y se construye un mundo'. Se escribe para poder leer el libro que no se ha encontrado, que no se ha le¨ªdo, a?adi¨®.
El p¨²blico rompi¨® a aplaudir. Sin embargo, no hizo ni una mueca cuando el escritor relat¨® el divertido episodio de la tarta de merengue. Era el d¨ªa de su s¨¦ptimo cumplea?os, cuando entonces se dec¨ªa que entraba 'el uso de raz¨®n'. As¨ª se lo comunic¨® su padre, antes de advertirle de que cuidado con lo que hac¨ªa porque ya pod¨ªa 'ir al infierno'. 'Ahora veo una pasteler¨ªa y la veo siempre llena de fuego', concluy¨®.
Grabado en su retina est¨¢ el paisaje mediterr¨¢neo. Pero s¨®lo lo convirti¨® en literatura cuando 'sentado en el Caf¨¦ Gij¨®n de Madrid' vio que pensaba e imaginaba su 'vida de ni?o en Valencia y en el Mediterr¨¢neo'. 'El Mediterr¨¢neo es un invento', agreg¨®. Al alumno colombiano Juan Camilo Restrepo, del instituto Tirant Lo Blanch de Gandia, le respondi¨® que si de literatura latinoamericana se trata hay que leer a Juan Rulfo, que asimil¨® en su breve obra todo el realismo m¨¢gico.
Josefina Aldecoa, Almudena Grandes, Francisco Brines, Rosa Montero, Luis Mateo D¨ªaz, Juan Mars¨¦ y Juan Jos¨¦ Mill¨¢s ser¨¢n los siguientes escritores de esta segunda campa?a de animaci¨®n a la lectura, tras la buena experiencia del pasado curso. 'Con las charlas de los autores con los adolescentes se demuestra que la cultura de la palabra es fundamental y se ofrece el ejemplo de que las personas que fomentan la literatura tienen una vida rica e interesante', coment¨® en una conferencia de prensa previa el director del Libro, Jos¨¦ Luis Villaca?as.
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