La condena de los ni?os de la calle

Fernando Ramos da Silva, un ni?o de la calle, fue elegido entre 1.300 muchachos para interpretar el papel principal de la pel¨ªcula Pixote, rodada en Brasil en 1981 bajo la direcci¨®n de H¨¦ctor Babenco. Ramos recibi¨® premios por su trabajo, se hizo famoso y acarici¨® la gloria. Por poco tiempo. So?aba con volver a actuar, pero la realidad le empuj¨® nuevamente a la calle y al mundo del delito.

El 25 de agosto de 1987 intent¨® asaltar a un transe¨²nte. Alguien avis¨® a la polic¨ªa y Pixote acab¨® acorralado en el tejado de una vivienda. Dispar¨® cuatro veces con su rev¨®lver, sin dar en ning¨²n blanco. Los polic¨ªas no fallaron. Fernando Ramos da Silva fue herido de muerte en el pecho.

Ten¨ªa 18 a?os, se hab¨ªa casado y era padre de una ni?a de 18 meses. Sus amigos aseguraban que hab¨ªa decidido cambiar de vida definitivamente y que por ello hab¨ªa empezado a trabajar con su cu?ado como ayudante de camionero.

Fernando Meirelles, director de Cidade de Deus, siente el peso del efecto Pixote o el temor a que alguno de los protagonistas de su pel¨ªcula repitan aquella experiencia amarga. 'Estoy seguro de que algo ocurrir¨¢. En los pr¨®ximos cinco a?os, tendremos alguna mala noticia. Alguien har¨¢ alg¨²n d¨ªa alguna tonter¨ªa'.

De los 200 chicos de la favela que intervinieron en el rodaje, la mayor¨ªa volvi¨® a su vida anterior. Sesenta y cinco acuden semanalmente a una oficina llamada Nos o cinema (Nosotros el cine) que la codirectora de la pel¨ªcula, Katia Lund, ha abierto en R¨ªo de Janeiro con la pretensi¨®n de convertirla en una escuela de cine.

Hay historias muy duras en la pel¨ªcula de Meirelles, que quedan empeque?ecidas cuando el cineasta cuenta algunos detalles que vivi¨® durante el rodaje. Por ejemplo, el papel de la polic¨ªa y su connivencia con el delito. 'Conversando con los traficantes, la gente ve que la polic¨ªa es un socio del narcotr¨¢fico. Hay un negocio que en la jerga se llama polic¨ªa minera: dos o tres veces a la semana el polic¨ªa acude a cobrar su parte'.

Meirelles recuerda el caso de un joven traficante que quer¨ªa salir del negocio, pero no pod¨ªa porque un polic¨ªa se lo imped¨ªa. 'T¨² vas a seguir trabajando para m¨ª, le amenazaba'.

La mayor parte de los que participaron en la pel¨ªcula no eran actores, sino moradores de las favelas. El equipo de casting entrevist¨® a 2.000 chicos en distintas comunidades de R¨ªo de Janeiro, y seleccion¨® a 200 que recibieron un curso de interpretaci¨®n de seis meses. Despu¨¦s, cada uno eligi¨® un personaje y ensayaron otros tres meses hasta que empez¨® a andar la c¨¢mara.