Aranda recupera a la 'violenta y agresiva' 'Carmen', de M¨¦rim¨¦e
El director rueda en C¨®rdoba con Paz Vega y Leonardo Sbaraglia.
El ¨²ltimo reto de Vicente Aranda consiste en rescatar una historia olvidada, o peor, universalmente sustituida por un simulacro m¨¢s ligero y azucarado. Es Carmen, la pel¨ªcula que rueda estos d¨ªas en C¨®rdoba, con Paz Vega y Leonardo Sbaraglia en los papeles protagonistas. 'Hay ciento y pico versiones de Carmen', explica el director, 'pero nunca se ha tomado como base la novela de Prosper M¨¦rim¨¦e. En la mente de todos se ha quedado la Carmen de Bizet, que es una falsedad literaria con buena m¨²sica. Y ¨¦sta no es la de la ¨®pera, sino un ser vivo mucho m¨¢s violento y agresivo. Por sus hechos la conocer¨¦is', termina.
Los hechos de Carmen la retratan con toda claridad. Hoy, por ejemplo, est¨¢ pele¨¢ndose a cuchilladas con una compa?era (Mar¨ªa Botto), entre los gritos del resto de las obreras de la f¨¢brica de tabacos donde trabaja. A lo largo de la pel¨ªcula se las arreglar¨¢ para sembrar el caos a su alrededor, mintiendo, manipulando, haciendo su real voluntad y llevando al desastre a don Jos¨¦ (Leonardo Sbaraglia), un militar que pierde el juicio por ella.
Pero aunque sea una delincuente carente de verg¨¹enza, la adoran, Aranda el primero. 'Lo dec¨ªa Jos¨¦ Mart¨ª en unos versos que no me s¨¦ de memoria; no hablo mal de una mujer aunque me muerda la mano. A m¨ª Carmen me muerde la mano, ella es as¨ª'.
Paz Vega tampoco cree que sea mala persona. 'Lo de rajarle la cara a la otra lo hace en defensa propia, todo tiene su justificaci¨®n. Ella se rebela contra la realidad opresiva que la rodea, no se deja manejar por nadie: usa su inteligencia y su poder para sobrevivir, para salir adelante sin que la pisoteen'. Los dos, director y actriz, reconstruyen la mala vida que llev¨® Carmen de ni?a, vendida a un bandido a los 12 a?os, testigo de las barbaridades de la invasi¨®n napole¨®nica, agobiada por las prohibiciones que negaban casi todo a las mujeres de su ¨¦poca (la acci¨®n transcurre en 1830). Aun as¨ª, ella consigue ser libre... por las malas.
La escena que se rueda hoy es clave. Don Jos¨¦ tiene a su cargo la garita de la f¨¢brica de tabacos, y su deber es mantener el orden. Pero cuando se produce la pelea, en vez de arrestar a Carmen, se deja engatusar y acaba por dejarla escapar. Eso le cuesta los galones y es el principio de su ca¨ªda. 'Es un hombre lineal, con una moral muy extremada, pero Carmen le come la cabeza y le deja sin raz¨®n', relata Sbaraglia. 'Por ella pierde todo lo que hab¨ªa conseguido, su carrera, su vida anterior'. Aranda lo resume sabiamente: 'Jos¨¦ se enfrenta a una mujer que hubiese preferido no conocer en la vida. Lo que su madre construy¨® en 20 o 30 a?os, ella lo destruye en 20 minutos'.
'La escena de la pelea sirve tambi¨¦n para mostrar ese clima tan particular de la f¨¢brica de tabacos', aclara Sbaraglia. 'Es el mundo de Carmen. All¨ª no pueden entrar hombres, hace mucho calor y las mujeres trabajan pr¨¢cticamente desnudas. Es un ambiente muy cargado de erotismo y sensualidad'. Algo que siempre tiene su peso en las pel¨ªculas de Aranda. '?Escenas de sexo expl¨ªcito? No, yo creo que lo m¨¢s expl¨ªcito es que ella no tiene el pudor convencional de la ¨¦poca, m¨¢s bien tiene un concepto utilitario de su cuerpo que no suelen tener las mujeres. Y yo no trato de convertir al espectador en voyeur, simplemente la describo', asegura el director. 'Lo que pasa es que cuando se ensambla esa bomba de dos partes, el sentimiento y el erotismo, la explosi¨®n es mucho m¨¢s potente', concluye Aranda.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.