'Julio C¨¦sar', perfecci¨®n barroca
El barroco como artefacto de relojer¨ªa suiza, como matem¨¢tica, como sutil perfecci¨®n de la belleza. El barroco sin exageraciones, sin alardes, ausente de riesgo porque no lo necesita... Eso es Julio C¨¦sar para Rinaldo Alessandrini, joven director italiano (Roma, 1960), l¨ªder de Concerto Italiano y uno de los referentes de la Corriente Aut¨¦ntica en su pa¨ªs, que durante dos semanas intensas ha estado preparando la ¨®pera de Haendel en el Teatro Real. 'Es una obra sin experimentalismos, es de un clasicismo ¨²nico, armon¨ªas que se repiten y nunca aburren, puro estilo cl¨¢sico, donde la perfecci¨®n es placer, como las esculturas de Bernini, no hay nada que se pueda decir en contra', afirma Alessandrini.
Julio C¨¦sar no ha conocido el fracaso. 'Triunf¨® desde su estreno y ha sido de las piezas que ha pervivido siempre en el tiempo con su autor', asegura. Y en los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n ha vivido revisiones de gran calidad en manos de directores como Ren¨¦ Jacobs.
Uno de los retos de Alessandrini en el Real es adentrar a la orquesta titular del teatro en el repertorio barroco, algo que han hecho poco en los ¨²ltimos tiempos. 'Los ensayos van muy bien', asegura este m¨²sico de aspecto tranquilo, vestido de pana negra y con barba fina un tanto an¨¢rquica. Los m¨²sicos parecen tom¨¢rselo como un reto, no en vano las recetas de Alessandrini son ambiciosas: 'Una ¨®pera barroca al a?o es una escuela de limpieza para el sonido, para la articulaci¨®n. Si se quiere tocar bien Mozart es esencial conocer el barroco'.
?l lo domina bien, lo mismo que las estrellas de su reparto. Por un lado, Mar¨ªa Bayo, que hace de Cleopatra, y por otro, Jennifer Larmore, que encarna a Julio C¨¦sar. Bayo ya ha colaborado anteriormente con Alessandrini. Ambos grabaron un disco con arias de Rossini: 'Tiene un sonido atractivo en la voz y gran personalidad, sentido del estilo y buen gusto. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede pedir?'.
Buen gusto es todo un concepto cl¨¢sico para Alessandrini. 'Era el estilo del clasicismo. En el siglo XVIII se hablaba del canto desde el punto de vista del buen gusto, era toda una concepci¨®n del arte'. Tambi¨¦n se hablaba, y mucho, de los castrati, un tema que apasiona e inquieta a Alessandrini, que se siente estos d¨ªas en pleno reino de Farinelli, uno de los m¨¢s grandes cantantes de la historia, que tuvo un papel crucial en la corte espa?ola a principios del XVIII.
'?Estuvo aqu¨ª, no?', pregunta Alessandrini, que se lanza a hablar de los castrati y a desmitificar algunas de las leyendas que viven a su alrededor. 'Como por ejemplo que no disfrutaban de placer sexual', empieza. 'Eran grandes amantes', afirma. ?Y la voz? ?Realmente era algo tan especial? 'Deb¨ªa serlo. El desequilibrio hormonal que les produc¨ªa la castraci¨®n les hac¨ªa muy fuertes y con una capacidad tor¨¢cica y respiratoria entre cinco y diez veces mayor que la de un hombre. Por eso la m¨²sica compuesta para ellos es tan dif¨ªcil de cantar hoy. Ellos ten¨ªan aptitudes f¨ªsicas enormes que produc¨ªan el delirio en el p¨²blico y desmayos', afirma. Eran puro barroquismo. 'Eso, el exceso, es lo que me apasiona del barroco'.
Pero, excesos en todos los
sentidos. En el de la atrocidad, tambi¨¦n. 'A los chicos, con cinco o seis a?os se les llevaba al barbero y ¨¦ste les extra¨ªa los test¨ªculos', cuenta. Una apuesta por un futuro que pod¨ªa tornarse en pasado, en muerte instant¨¢nea para estos proyectos de divos: 'Lo decid¨ªan sus padres. En familias de diez, las ni?as iban al convento, y a alguno se le castraba, ?qui¨¦n sabe? Pod¨ªan convertirse en grandes cantantes y hacerse ricos si sal¨ªan de la operaci¨®n', afirma.
Se nota la pasi¨®n de Alessandrini por documentarse bien, un rasgo t¨ªpico de los m¨²sicos de Corriente Aut¨¦ntica, los que interpretan con instrumentos de ¨¦poca. Pero tampoco, en su caso, es algo que lleve hasta las ¨²ltimas consecuencias: 'No soy un talib¨¢n de esa corriente a la que tampoco me gusta llamar aut¨¦ntica, sino hist¨®ricamente bien informada', asegura el m¨²sico. 'A veces, los int¨¦rpretes de la m¨²sica barroca llevan todo demasiado lejos'.
Entre los italianos enamorados del barroco y la m¨²sica antigua, entre quienes destacan ¨¦l y su Concreto Italiano, grupos como Il Giardino Armonico, Europa Galante, de Fabio Biondi, o personajes como Antonio Florio, volcado en la ¨®pera napolitana, Alessandrini cree que se diferencian de otros int¨¦rpretes de otros pa¨ªses: 'Nuestras interpretaciones son m¨¢s fuertes, m¨¢s viscerales, tenemos una personalidad muy marcada, no se nos puede confundir entre nosotros'.
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