'Me siento acosada por el Gobierno y lo ¨²nico que pido es que me dejen trabajar en paz'
Ruth Alonso (Bilbao, 1962), lleva 12 de los 14 a?os de su carrera como juez al frente de Vigilancia Penintenciaria de Bilbao. Dice que ha recibido un mont¨®n de llamadas de apoyo, incluida la del ex responsable de Instituciones Penitenciarias Antoni Asunci¨®n, con el que conoci¨® la experiencia de la reinserci¨®n de etarras en la ¨²ltima etapa socialista.
Pregunta. ?Tiene la sensaci¨®n de revivir algo que ya pas¨® en los 90?
Respuesta. Lo de ahora es peor. Entonces, cuando se aplicaba la pol¨ªtica de reinserci¨®n, no hubo acoso y derribo, ni insultos.
P. El Poder Judicial le abre unas informaciones previas la misma semana que ha archivado una denuncia contra usted del actual fiscal general del Estado por permitir a un etarra viajar a M¨¦xico.
'Igual creen que con un juzgado central van a controlar mejor la libertad de etarras'
'?Lo de Ostoaga es justo humanamente? Pues no. Legalmente es impecable'
R. No es un caso similar al de Ostoaga; aqu¨¦l s¨ª era un expediente disciplinario. Adem¨¢s, el etarra no era la primera vez que viajaba a M¨¦xico y estuvo controlado semanalmente ante la embajada.
P. Se lo preguntaba m¨¢s por si tiene la sensaci¨®n de estar perseguida.
R. Acosada, me siento acosada por el Gobierno; s¨®lo pido que me dejen hacer mi trabajo en paz. ?Por qu¨¦ me acosan ahora, cuando mi trayectoria no ha cambiado en los 12 a?os que llevo en este juzgado? ?Por qu¨¦ ahora, si en verano excarcelamos a otros cuatro? Por cierto, no lo hice yo, que estaba de vacaciones.
P. ?Por qu¨¦ c¨ªclicamente los tratamientos penitenciarios saltan al debate pol¨ªtico?
R. No lo s¨¦, pero me imagino que los pol¨ªticos lo utilizan por motivos partidistas.
P. ?La pol¨¦mica por el caso del etarra F¨¦lix Ram¨®n Gil Ostoaga, condenado a casi 300 a?os de c¨¢rcel, esconde algo?
R. Me da la sensaci¨®n de que [se pretende] crear un juzgado central de vigilancia penitenciaria. Ya se intent¨® hace dos a?os. ?Por qu¨¦ se filtra ahora la noticia cuando lleva tres semanas en la calle? Cuando este a?o hemos sacado hasta ocho personas en libertad condicional de las mismas caracter¨ªsticas, y el a?o pasado y el anterior. Ning¨²n a?o hemos dejado de aplicar la ley.
P. Tal vez para crear ese juzgado central, aunque Rajoy lo niegue. De hecho, ha recordado que es una idea ya estudiada en el Pacto de la Justicia.
R. Estoy persuadida de que antes de fin de a?o estar¨¢ en marcha el juzgado.
P. ?Con qu¨¦ finalidad?
R. Igual piensan que desde un juzgado central van a poder controlar mejor el tratamiento penitenciario a estos presos. Pues se encontrar¨¢n con la profesionalidad de los t¨¦cnicos de las prisiones. Con la diferencia de que no podr¨¢n conocer a los internos con la misma cercan¨ªa con la que ahora les tratamos. Nuestra labor es trabajar con los familiares, con las asociaciones que trabajan con ellos, con los equipos t¨¦cnicos de las prisiones y los propios internos cuando vamos a prisi¨®n.
P. ?Va muchas veces a las c¨¢rceles vascas?
R. Todas las semanas, dos o tres d¨ªas. Hablamos mucho con ellos. ?Qui¨¦n conoce mejor al interno?: el psic¨®logo, el trabajador social, el subdirector de Tratamiento... y nosotros. ?C¨®mo lo van a hacer desde un juzgado central? No se puede.
P. ?Cree que esta pol¨¦mica traslada la idea de que no se conf¨ªa en los jueces vascos?
R. Aqu¨ª no trabajamos con miedo, pese a que llevo dos escoltas desde noviembre de 1994, cuando aparec¨ª por primera vez en los papeles del comando Vizcaya. Pero no por no conceder los terceros grados, sino por concederlos. ETA me se?alaba como objetivo por formar parte del aparato represor del Estado que potenciaba las reinserciones. Desde 1992 hemos seguido igual, con terceros grados para estos internos. ?Alarma social? La que quieran dar los medios.
P. Rajoy dice que la mayor¨ªa de sus decisiones han sido revocadas por las Audiencias vascas.
R. Rajoy no dice la verdad. De los m¨¢s de 60 grados y libertades condicionales concedidos desde 1992, el fiscal s¨®lo ha recurrido a partir de 1998, obviando los m¨¢s de 40 anteriores. De los 16 recursos resueltos, la Audiencia vizca¨ªna ha revocado seis; la de Guip¨²zcoa, uno. ?lava, ninguno.
P. ?Es un aval a la pol¨ªtica que llevan en su juzgado?
R. Nosotros no hacemos pol¨ªtica, resolvemos situaciones carcelarias.
P. Parece dif¨ªcil trabajar sometida a la presi¨®n de los que le acusan de filoterrorista y de los que le quieren asesinar.
R. Es muy injusto. Muchas veces cuando hablas con los etarras te argumentan que defienden la independencia, que mantienen su ideolog¨ªa abertzale, pero que han renunciado a la lucha armada. Y nos dicen: 'Ahora es labor nuestra, cuando salgamos de aqu¨ª, hacer ver a la gente que la lucha armada no funciona'. Y yo les contesto: 'Por vuestra culpa tengo que llevar escolta'. ?Qu¨¦ paradoja! Se quedan helados.
P. Tendr¨¢ que admitir que a los familiares de los seis asesinados por Ostoaga, su decisi¨®n debe haberles revuelto por dentro.
R. El C¨®digo Penal viejo dice que Ostoaga estaba condenado a 30 a?os, no a 300. Y adem¨¢s preve¨ªa la obtenci¨®n de redenci¨®n ordinaria y extraordinaria. Ha cumplido de manera efectiva 13, pero si hubiera seguido en prisi¨®n habr¨ªa cumplido s¨®lo algo m¨¢s de dos a?os. ?Que no nos gusta porque es injusto y pagan lo mismo por una muerte que por seis?, que cambien las leyes: desde el art¨ªculo 25 de la Constituci¨®n hasta el resto. Ostoaga cumpl¨ªa todos los requisitos: tres cuartas partes de la condena, buena conducta y pron¨®stico de reincidencia bajo. ?Es justo humanamente? Pues no. Legalmente es impecable. Cuando llegu¨¦ a este juzgado le¨ªa todas las sentencias, ya no. Si leyese las sentencias de violadores, de asesinos, no dar¨ªa terceros grados. La Constituci¨®n y la legislaci¨®n penitenciaria habla de una finalidad de reinserci¨®n, que es la que debe primar.
P. Pero sorprende la conversi¨®n del etarra en poco m¨¢s de dos meses, seg¨²n los informes.
R. La conversi¨®n no se ha producido en ese intervalo, le conozco desde hace tres a?os. En este juzgado s¨®lo consta el informe de agosto, el de la evoluci¨®n positiva. Y lo que hicimos fue pedir m¨¢s informes a los t¨¦cnicos de la prisi¨®n.
P. ?Podr¨ªa explicar esto a los familiares de las seis personas que asesin¨® Gil Ostoaga mir¨¢ndoles a la cara?
R. S¨ª, aunque no tengo por qu¨¦ hacerlo. ?O es que la gente se cree que cuando yo veo un atentado me alegra sacar a un etarra? Es dur¨ªsimo, pero esa masacre la comete el que est¨¢ fuera, no el que me pide la libertad condicional, y adem¨¢s s¨¦ que no est¨¢ de acuerdo con esos atentados. Yo debo de ser objetiva. Y en mi familia hay una persona que ha sido v¨ªctima de ETA. Ninguno de los etarras en libertad condicional que han pasado por el juzgado ha reincidido, ninguno. Eso denota que han cambiado. ?Qu¨¦ sentido tiene entonces que siga cumpliendo la pena en prisi¨®n?
P. ?La pol¨ªtica penitenciaria debe ser un instrumento de la lucha contra ETA?
R. No s¨¦ si funcion¨®. Hay muchos presos que quieren desmarcarse m¨¢s y no pueden; el ambiente en el que est¨¢n es muy complicado; las familias est¨¢n enraizadas en sitios dif¨ªciles. Y hay presos del sector duro a los que no sacamos. La ley no exige a ning¨²n preso que pida perd¨®n p¨²blicamente a su v¨ªctima. Todos los etarras tienen derecho a una segunda oportunidad y la obligaci¨®n de pagar por su culpas.
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