El acierto de revivir una antigua mas¨ªa
MASFERRER, relax, buen gusto y grandes desayunos en la sierra del Montseny
El fragor de la rodadura asf¨¢ltica se percibe, seg¨²n la direcci¨®n del viento, a espasmos. Y qu¨¦, si el hotel duerme en el limbo vegetal de la sierra del Montseny, un parque natural a 55 kil¨®metros de Barcelona que exalta el esp¨ªritu de los senderistas bajo su espesura de hayas, robles y abetos. Originaria del siglo XIV, con elementos muy notables de los siglos XVII y XVIII, la mas¨ªa que lo alberga se va intuyendo a lo lejos por el color albero y naranja de su fachada, rematada con sillares de piedra esquineras y toda rodeada de c¨¦sped, al cabo de un camino pedregoso que arranca en la carretera comarcal de Sant Celoni hasta Hostalric, en el umbral ribamontano de la tranquilidad.
MASFERRER
Categor¨ªa oficial: 4 estrellas. Direcci¨®n: carretera C-35, desv¨ªo a Gualba. Gualba (Barcelona). Tel¨¦fono: 938 48 77 05. Central de reservas: 902 10 38 92 (Rusticae). Internet: www.hotelmasferrer.com. Instalaciones: jard¨ªn, piscina, sauna, restaurante. Habitaciones: una individual, ocho dobles y dos 'suites'; todas con ba?o, calefacci¨®n, aire acondicionado, tel¨¦fono, minibar, TV v¨ªa sat¨¦lite. Servicios: no hay facilidades para discapacitados, no admite perros. Precios: todo el a?o, 100 euros + 7% IVA; desayuno, 8 euros + 7% IVA. Tarjetas de cr¨¦dito: Diners Club, Master Card, Visa, 6000. Cierra: todo febrero. Arquitectura ... 7 Decoraci¨®n ... 7 Estado de conservaci¨®n ... 9 Confortabilidad habitaciones ... 7 Aseos ... 7 Ambiente ... 9 Desayuno ... 8 Atenci¨®n ... 9 Tranquilidad ... 7 Instalaciones ... 6
Manel y Montse Guinovart, antiguos profesionales de las artes gr¨¢ficas, alumbraron el proyecto con una visible inexperiencia hostelera suplida gracias al sentido com¨²n y a su particular seny barcelon¨¦s. La restauraci¨®n hab¨ªa de ser sincera, respetuosa con los materiales y las formas tradicionales, sin que el conjunto arquitect¨®nico perdiera un ¨¢pice de su identidad. Mampuestos all¨¢ donde hubo sillares, ladrillo para tapar huecos cuando falt¨® el dinero para seguir trayendo piedras, acero y cristal como signos de inequ¨ªvoca modernidad. El resultado convence incluso a aquellos establecimientos de turismo rural empe?ados en esos decorados de cart¨®n-piedra que se tienen por modelos de rusticidad.
Dinteles medievales
Salones por donde se filtra la luz vespertina y juega a tula con las sombras de la piedra. Ventanucos de siller¨ªa, dinteles medievales y l¨¢mparas de dise?o Ikea, igual que los sillones y las tumbonas del porche. El sal¨®n de estar, en la planta segunda, dispone de tres arcos acristalados que irradian luz sobre la biblioteca. Abajo, un comedor acristalado y una terraza con muebles de mimbre y bamb¨² invitan a la melancol¨ªa o al ensimismamiento nocturno, bajo un introito amortiguado de m¨²sica religiosa. Anexa a la construcci¨®n se difumina una capilla con un p¨®rtico romano muy bien conservado. La cocina basa sus intenciones en una carta reducida de incontestable gusto, marcado equilibrio y precio excepcional. A¨²n en mejor tono, los desayunos de Manel Guinovart pueden servir de gu¨ªa a cualquier ¨¦mulo del vecino Rac¨® de Can Fabes, el restaurante que ha elevado a los cielos a Santi Santamar¨ªa, en Sant Celoni.
Los dormitorios no escatiman espacio de estar ni iluminaci¨®n para fantasear. Destilan un ambiente r¨²stico, sereno, exento de lujo. Lo cual, en su natural modestia, puede parecer algo somero desde la ¨®ptica decorativa. Las paredes se muestran sobrias, apenas tintadas con velos rosados o azulinos. Casi tan japonesas como los cuartos de ba?o, un punto minimalista junto a detalles m¨¢s rebuscados, incluso en la precariedad del kit cosm¨¦tico o en la inexistencia de baldas para dejar el neceser. Eso s¨ª, con ba?eras de hidromasaje y grifer¨ªa firmadas por el artista Philippe Starck.
ALREDEDORES
UNA RUTA A PIE recomendable es la que cruza la carretera, desde Gualba de Baix, por un paso subterr¨¢neo que lleva al campo de golf. Una vez all¨ª sigue un camino hacia la Farga de l'Aramis y el espectacular Salt de Gualba, desde donde se toma la vuelta a Riells, que merece una parada para almorzar en el hostal Bell-lloc. En coche, a 20 kil¨®metros, se alinean las playas de Arenys, Canet y Sant Pol de Mar, Calella o Pineda.
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