'Echo de menos la radio'
Pregunta. El mundo hundi¨¦ndose y usted cultivando el jard¨ªn. ?No es un privilegio?
Respuesta. S¨ª lo es. A menudo pienso que si me dedico a flagelarme tampoco conduce a nada, aunque me deja muy mal sabor de boca eso de que el mundo est¨¦ hundi¨¦ndose. Sobre todo por las consecuencias de esa guerra de tres siglos, como dir¨ªa Miguel ?ngel Bastenier, entre palestinos e israel¨ªes. De pronto ya nadie est¨¢ seguro, ya no es necesario nada, ni apenas dinero, para montar un cristo. Es como para pensar que uno no tendr¨ªa casi derecho a tener una vida tan placentera.
P. La gente se jubila y se muere. Usted, en cambio, tiene un aspecto estupendo. ?Qu¨¦ toma?
R. No crea: la procesi¨®n va por dentro. Me encuentro bien y contin¨²o haciendo, aunque a peque?as dosis, este oficio que tanto nos gusta. Supongo que eso me ayuda a mantenerme bien y me da la posibilidad de seguir vivo.
P. ?Tiene mono de radio?
R. S¨ª. La profesi¨®n, b¨¢sicamente, la he desarrollado desde la radio. No me es ajena la prensa y de alg¨²n modo me he arrimado al periodismo de imagen, pero echo de menos la radio. A lo mejor, porque ahora no la hago. Creo que es m¨¢s c¨¢lida, aunque eso no significa nada, pero a partir de lo que la radio te dice tienes una capacidad de inventarte la realidad que no est¨¢ ni en la televisi¨®n ni en la prensa.
P. Usted lleg¨® a la radio a los 14 a?os.
R. ?Aquello era una diversi¨®n! Era una emisora local en la que tuve la posibilidad de satisfacer una curiosidad juvenil, pero aquello me atrap¨® y cuando me di cuenta qued¨¦ para siempre prisionero.
P. ?Por qu¨¦ los pol¨ªticos prefieren la televisi¨®n a la radio?
R. Porque se ven la cara y se parecen muy guapos. Estamos en un momento en que la imagen lo es todo. Da igual qui¨¦n seas con tal de parecer lo que conviene que parezcas. Si todo el mundo tiene estilistas para disimularse el ¨¢ngulo de las cejas o la papada, ?qu¨¦ no har¨¢n con tal de sacarle partido a todos aquellos sacrificios que han tenido que hacer antes?
P. ?Los medios est¨¢n m¨¢s domesticados por el poder que nunca?
R. Desde el punto de vista empresarial, s¨ª. Quien domina la situaci¨®n, m¨¢s que los profesionales, es el empresario. El empresario tiene muy claro d¨®nde va. Y el poder constituido tiene m¨¢s claro a¨²n por d¨®nde van los tiros. A partir de ah¨ª, el poder constituido utiliza una parte del dinero p¨²blico para arrimar el ascua informativa a su sardina. Y cree, equivocadamente, que cuantos m¨¢s medios domine, mejor. Me parece que es muy dif¨ªcil ser honrado con lo que uno piensa, no tanto por la presi¨®n que le pueda llegar al profesional desde el poder como el que le llegar¨¢ desde la propia empresa.
P. ?Su herida con la COPE se ha resta?ado?
R. Son 36 a?os de vinculaci¨®n y no se olvidan f¨¢cilmente. Como el final no se ajusta al gui¨®n que yo ten¨ªa hecho, pues signific¨® una herida que poco a poco ha ido cicatrizando. Yo era un heterodoxo y molestaba. Ahora incluso me han pedido alguna colaboraci¨®n.
P. ?Qu¨¦ es esa pulserita que lleva?
R. Cordoncillo de San Pascual. San Pascual es el patr¨®n de Vila-real, y hay unas monjas clarisas que se dedican a hacer cordoncillos que luego pasan por una especie de osario del santo. Me lo dieron y me lo puse. Nunca se sabe.
P. ?Es el mismo que lleva Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar?
R. S¨ª, pero el ¨²nico paralelismo que yo podr¨ªa tener con Aznar es s¨®lo este cordoncillo.
EN DOS TRAZOS
En 1998 el sector m¨¢s remoto del PP movi¨® Roma con Santiago para que la COPE jubilase antes de lo previsto a Joan Soler de su emisora en Valencia. Era un tipo molesto por su heterodoxia. Hasta entonces hab¨ªa estado toda la vida dirigiendo emisoras en esa cadena, en la que en 1968 puso en marcha el primer experimento radiof¨®nico en valenciano. Pese a todo, la radio no deja de latir en su interior. Mata la afici¨®n, lee como nunca y gobierna el jard¨ªn de su 'maset' de Vila-real, donde derrocha su esplendor en la hierba entre madro?os, arces y algarrobos. Est¨¢ en forma porque ha alcanzado el para¨ªso en vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.