El asalto al teatro de Mosc¨² causa la muerte de 90 rehenes, muchos de ellos asfixiados por gas
Casi todos los secuestradores mueren en el ataque
Ante el peligro real de que los terroristas cumplieran sus amenazas y comenzaran a asesinar a los rehenes, el Kremlin decidi¨® en la madrugada de ayer tomar por asalto el teatro donde un comando checheno manten¨ªa secuestradas a m¨¢s de 800 personas desde la noche del mi¨¦rcoles. Utilizando gases t¨®xicos, las fuerzas de operaciones especiales lograron penetrar en el edificio y, en una intervenci¨®n rel¨¢mpago, pudieron neutralizar a los extremistas. Como resultado, m¨¢s de 750 personas fueron liberadas, y la mayor¨ªa de los secuestradores, liquidados. Sin embargo, la operaci¨®n de rescate cost¨® la vida a un m¨ªnimo de 90 rehenes, una parte de los cuales murieron intoxicados por el gas. El viceministro del Interior, Vlad¨ªmir Vas¨ªliev, que confirm¨® el empleo del gas, se?al¨® que ¨¦ste era 'inofensivo'. Anoche no estaba claro cu¨¢ntos de los 90 rehenes muertos hab¨ªan perecido por ese 'inofensivo gas' y cu¨¢ntos abatidos por balas cruzadas. Pero las cifras de heridos en uno de los hospitales eran elocuentes: de los 349 en el hospital n¨²mero 13, s¨®lo cuatro o cinco sufr¨ªan heridas de bala.
'A trav¨¦s de los conductos de ventilaci¨®n echamos un gas para neutralizarlos'
'Dispararon a bocajarro contras las terroristas dormidas. En la sien'
Un miembro del comando asaltante relat¨® que varios extremistas que se encontraban en los pasillos abrieron fuego y que algunos secuestradores salieron corriendo de la sala y se dieron de bruces con los soldados. 'Como resultado, los soldados abrieron fuego en la sala contra el anfiteatro, pero creo que no le dieron a nadie', afirm¨® el oficial. La misma incertidumbre pod¨ªa aplicarse a los heridos.
El salvamento de los rehenes fue planificado por los responsables rusos, que se tomaron en serio el ultim¨¢tum dado por los terroristas. Diversas personas que tuvieron contacto con los rehenes confirmaron que los secuestradores hab¨ªan dado efectivamente un plazo de tres d¨ªas a los dirigentes pol¨ªticos para sacar las tropas de Chechenia y que, de no suceder as¨ª, amenazaban con liquidar a sus prisioneros. El plazo, en teor¨ªa, expiraba el s¨¢bado por la noche, pero ya el viernes diversas fuentes, bas¨¢ndose en la afirmaci¨®n de uno de los rehenes, aseguraban que el ultim¨¢tum terminaba a las seis de la ma?ana. En ese sentido se expres¨® el viernes por la noche el diputado Aslambek Aslaj¨¢nov.
Fueran cuales fueran las verdaderas intenciones del comando checheno al mando de Movsar Bar¨¢yev, las autoridades rusas comenzaron a prepararse para el asalto, una decisi¨®n que resulta inimaginable sin el acuerdo del presidente Putin. 'Primero les hicimos creer que el asalto comenzar¨ªa a las tres de la madrugada. Los secuestradores se inquietaron, pero no hubo asalto. Comenzaron a disparar. Despu¨¦s vino la reacci¨®n natural; se relajaron. Y entonces, a las cinco comenzamos el asalto', se?ala un integrante del grupo de operaciones especiales Alfa, que particip¨® en la operaci¨®n. Este valioso testimonio se encontraba ayer en la p¨¢gina de Internet de la agencia RBC, uno de los medios que se han distinguido en su cobertura de los sucesos.
'Logramos vencerles en la guerra psicol¨®gica', afirm¨® el agente. 'A trav¨¦s de los conductos de ventilaci¨®n echamos un gas para neutralizarlos y se lanzaron varias granadas a la sala. Lo m¨¢s importante es que pudimos liquidar a las mujeres suicidas: a trav¨¦s de unos boquetes especialmente hechos, nuestros hombres entraron en la sala y simplemente dispararon a bocajarro contra las terroristas dormidas. En la sien. Comprendo que es cruel, pero cuando una persona tiene atado a su cuerpo un kilo de explosivos, simplemente no hay otra forma de desarmarla', se?al¨® el miembro del grupo Alfa, cuyo testimonio podr¨ªa explicar por qu¨¦ ninguna de las mujeres terroristas lleg¨® a suicidarse activando la carga atada a su cintura.
En el asalto fueron liquidados un total de 42 terroristas, entre ellos 18 mujeres, seg¨²n el balance dado ayer tarde por los representantes del ministerio del Interior. El testimonio del miembro de Alfa podr¨ªa confirmar tambi¨¦n la informaci¨®n del diario Kommersant, seg¨²n el cual desde las primeras horas del secuestro varios grupos de ¨¦lite del orden p¨²blico y la lucha antiterrorista tomaron posiciones en una de las alas del edificio que alberga el teatro de la f¨¢brica de rodamientos. Concretamente, Alfa habr¨ªa colocado a sus comandos en el club nocturno Estaci¨®n Central, adjunto al local donde se representaba el musical y que es frecuentado por la comunidad homosexual de Mosc¨². De este modo, durante tres d¨ªas los comandos de Alfa hab¨ªan estado separados de secuestradores y rehenes ¨²nicamente por un tabique interior del edificio. Llegado el momento, derribaron la pared.
Fuentes vinculadas con los servicios de seguridad rusos se?alan que la operaci¨®n de rescate comenz¨® algo antes (a las 5.30, hora local, dos horas menos en la Espa?a peninsular) de lo que estaba planeado (las seis de la ma?ana). Valeri Y¨¢kov, conocido corresponsal de guerra especializado en Chechenia, da una versi¨®n ligeramente diferente. Seg¨²n ¨¦l, los extremistas descubrieron los preparativos de asalto a las 5.26 y vieron c¨®mo se acercaban los soldados de las fuerzas especiales, por lo que la operaci¨®n empez¨® antes de lo planeado. A las 5.30, la emisora Eco de Mosc¨² recibi¨® una llamada que fue retransmitida en directo. Desde el teatro, las periodistas rehenes Anna Adri¨¢nova y Natalia Skovtsova llamaron a la emisora y, sin p¨¢nico, explicaron que en la sala estaba entrando gas y que se ve¨ªan obligadas a respirar con ayuda de pa?uelos. 'Creo que est¨¢ comenzando el asalto', afirmaron. Despu¨¦s se oyeron r¨¢fagas de metralleta y una voz: 'Se acab¨®, se acab¨®'. Luego, el m¨®vil se desconect¨®. Hora y media m¨¢s tarde, los cad¨¢veres de los terroristas yac¨ªan esparcidos por el local. Uno yac¨ªa en un charco de sangre; a otro la muerte le hab¨ªa sorpendido sentado junto a una botella de alcohol. Y sobre las butacas tapizadas en rojo reposaban enormes cargas explosivas.
Lo peor se hab¨ªa evitado y por los patios de vecindad cercanos al teatro las fuerzas especiales iniciaban la caza del terrorista y el Ministerio del Interior advert¨ªa de que un n¨²mero indeterminado de secuestradores hab¨ªan conseguido cambiarse de ropa y diluirse en la gran ciudad. Por la tarde anunciaron que cuatro personas -dos supuestos participantes directos y dos c¨®mplices- hab¨ªan sido detenidas en relaci¨®n al secuestro. Finalizado el asalto, los rehenes comenzaron a ser evacuados en ambulancias y autobuses.
A trav¨¦s de los cristales de los veh¨ªculos que iban a distribuirlos por numerosas cl¨ªnicas de Mosc¨², pod¨ªan verse cuerpos inm¨®viles y rostros congestionados. Seg¨²n los portavoces oficiales, muchos se encontraban en estado de choque despu¨¦s de la experiencia vivida. Sin embargo el periodista Dmitri Kaf¨¢nov, del diario Moskovski Komsomolets, dijo haber presenciado el fallecimiento de al menos dos personas en un autob¨²s que se dirig¨ªa al hospital n¨²mero 1 de Mosc¨². Kaf¨¢nov, que ayud¨® a evacuar a los rehenes, asegur¨® que las 22 personas trasladadas en el veh¨ªculo estaban intoxicadas con gas y dos de ellas expiraron pr¨¢cticamente en sus brazos. 'Los rehenes estaban cubiertos por sus propios excrementos, algunos de ellos hab¨ªan vomitado y otros deliraban'.
Ninguno de los menores que se encontraban en el local pereci¨® durante el secuestro o su desenlace. En gran parte, la suerte que corrieron los secuestrados dependi¨® de su emplazamiento en el escenario de la tragedia: el antiguo teatro de una f¨¢brica sovi¨¦tica que ahora ser¨¢ cerrado al p¨²blico para una restauraci¨®n total.
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