La fobia a las antenas de m¨®viles merma ya la cobertura telef¨®nica
Los usuarios empiezan a notar la falta de servicio en algunas zonas
![Pablo Xim¨¦nez de Sandoval](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F270aaf70-db44-44e1-8a29-de9ae3b69f5d.jpg?auth=764aa9f29b69f78b5600051a34ed37bcf917cf618b50dac54109211841cedf39&width=100&height=100&smart=true)
Las p¨¦rdidas de cobertura que anunciaban las operadoras de telefon¨ªa m¨®vil en Espa?a son una realidad. No son apagones, sino peque?as deficiencias que empiezan a notarse en algunas zonas. Las operadoras culpan de ello a las restricciones que ponen los ayuntamientos a las nuevas instalaciones, debido a la fobia social que causan. Alcaldes y vecinos esgrimen la falta de conclusiones sobre la inocuidad de las ondas electromagn¨¦ticas. Los clientes del servicio han aumentado un 100% en dos a?os y las antenas, s¨®lo un 20%.
Primero presionaron para quitar las antenas y luego protestaron por la falta de cobertura
Las operadoras dicen que pueden corregir todas las instalaciones antiest¨¦ticas en 10 a?os
Las dificultades para dar servicio se pusieron de manifiesto este verano en varias localidades costeras del Mediterr¨¢neo. En el norte de Castell¨®n, en Torrevieja (Alicante) o en el norte de La Manga (Murcia) las operadoras aseguran haber cubierto el servicio gracias a unidades m¨®viles que iban all¨ª donde se detectaban deficiencias. Vicente Cotino, director de la red de Amena en la Comunidad Valenciana, explica que 'cada antena soporta un n¨²mero de llamadas determinado y tiene un alcance determinado'. 'En los ¨²ltimos dos a?os', prosigue, 'los clientes se han duplicado y la red ha crecido un 20%. Aparte, en esta zona se a?ade el impacto del turismo. Los clientes empiezan a percibir que baja la calidad'.
Las causas se buscan en la histeria desatada entre comunidades de vecinos de todo el pa¨ªs por los posibles efectos sobre la salud de las radiaciones que emiten las antenas. Este extremo no est¨¢ demostrado, pero la realidad es que los ayuntamientos han paralizado la concesi¨®n de licencias para nuevas antenas.
Los alcaldes se enfrentan a presiones que exigen la retirada de las antenas y, despu¨¦s, a presiones por la falta de cobertura. Carmen Mart¨ªnez, alcaldesa socialista de Quart de Poblet, en Castell¨®n, se ha encontrado ya con protestas por la falta de servicio. 'Es algo que est¨¢ pasando en muchos pueblos de aqu¨ª', asegura. 'Todo empez¨® por las quejas de la gente. La pol¨¦mica sobre si las antenas eran perjudiciales o no acab¨® por desacreditar a las operadoras cuando ni siquiera hab¨ªa informaci¨®n al respecto'.Con la pol¨¦mica ya en la calle, el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa orden¨® que se midieran las emisiones de todas las antenas cercanas a zonas habitadas. El plan ha medido las radiaciones de 23.000 antenas y ha costado 20 millones de euros a las operadoras, pero sirvi¨® para certificar que todas cumpl¨ªan los l¨ªmites recomendados por la Uni¨®n Europea y recogidos en el real decreto de septiembre de 2001. Sin embargo, las competencias de urbanismo y medio ambiente son de los ayuntamientos, y ¨¦se es el escollo que las operadoras no pueden salvar. Si un alcalde no quiere las antenas, no se ponen.
Quart de Poblet tiene seis antenas en un casco urbano para 27.000 habitantes. 'Detectamos que tres no hab¨ªan pedido licencia de obra, estaban ilegales y se desconectaron. Directamente se les cort¨® la luz', dice Mart¨ªnez. 'Ahora lo que tenemos son quejas por falta de cobertura, sobre todo por parte de empresarios. Movistar, por ejemplo, no tiene ninguna antena en el casco urbano. Hoy por hoy, la gente tiene asumido que en el centro del pueblo no hay casi cobertura'.
Las operadoras manejan una lista de unos 500 municipios donde est¨¢n en marcha normativas que ponen en peligro la calidad del servicio entre ellos ciudades como Lugo, Orense, C¨®rdoba, Toledo. Tambi¨¦n se detecta el problema en Canarias. En total, un 15% de la red estar¨ªa en peligro de desaparecer como las antenas de Quart de Poblet.
Las consecuencias pr¨¢cticas de esta situaci¨®n las relata Vicente Sigalat, director de Inform¨¢tica y Telecomunicaciones de la empresa de boller¨ªa industrial Dulcesol, establecida en Alicante. 'Hace un par de a?os que estamos trabajando con Amena y ahora estamos teniendo problemas', dice Sigalat. 'El principal problema se da en la f¨¢brica de Villalonga, donde la producci¨®n es de 24 horas. Eso obliga a tener localizados a los t¨¦cnicos para que, si pasa cualquier cosa, acudan cuanto antes y no se pare la f¨¢brica. Lo que supon¨ªa un avance para la calidad de vida de los t¨¦cnicos se ha terminado, porque ahora hay zonas en las que est¨¢n ilocalizables por falta de cobertura'. Para los t¨¦cnicos de Dulcesol, la telefon¨ªa m¨®vil se ha convertido de nuevo en telefon¨ªa fija.
Adem¨¢s, Sigalat se?ala que la falta de cobertura afecta tambi¨¦n a la propia estrategia de la empresa, de 1.500 empleados, con dos plantas de producci¨®n y 15 delegaciones por toda Espa?a. 'Dependemos en gran parte del m¨®vil. El 70% de las llamadas de la empresa se hacen con m¨®vil y cada vez lo utilizamos m¨¢s para transmitir datos en lugar de voz. Ahora es impensable montar una empresa sin una buena red de telefon¨ªa m¨®vil, hasta el punto de que antes de montar una delegaci¨®n en una zona nos planteamos la cobertura que hay. Cuando damos cuenta a Amena de los fallos, insisten en que se debe a la falta de red por la oposici¨®n de los ayuntamientos'.
Las mismas dificultades para plantear proyectos estrat¨¦gicos tienen las operadoras. La inversi¨®n en telefon¨ªa GSM (los m¨®viles m¨¢s comunes) ha sido de 12.000 millones de euros. Este a?o la inversi¨®n en la red ha bajado un 60%. Jos¨¦ Luis de Benito, director de Ubicaciones y Recursos de Telef¨®nica M¨®viles (Movistar), cree que las verdaderas carencias de cobertura se ver¨¢n en un a?o, con la nueva generaci¨®n de m¨®viles GPRS que ya est¨¢ en el mercado. 'Cada env¨ªo de datos de GPRS equivale a cuatro llamadas de voz de las de ahora', dice De Benito. 'Si no podemos crear m¨¢s red, llegar¨¢ un momento en el que no podamos dar este servicio', sentencia. Espa?a tiene unos servicios de m¨®vil envidiables, seg¨²n los expertos. Cubren el 90% del territorio, donde vive el 99% de la poblaci¨®n. De Benito calcula que hacen falta unas 3.000 antenas m¨¢s por cada uno de los tres operadores para garantizar el 100%. Pero 'est¨¢ todo paralizado'. 'Es muy raro el municipio donde nos permiten poner antenas', a?ade De Benito.
Unas 10.000 antenas de las 30.000 que hay en Espa?a est¨¢n en procesos judiciales o administrativos, seg¨²n informaci¨®n recopilada por Juan Manuel Rom¨¢n, responsable de la asociaci¨®n Consumidores Vecinos, una de las m¨¢s activas contra las antenas. Para Rom¨¢n, el debate sobre su salubridad no est¨¢ cerrado, y la literatura sobre el tema le da la raz¨®n. Un estudio publicado este mismo jueves en la prestigiosa revista New Scientist arroja nuevas dudas sobre los efectos cancer¨ªgenos a largo plazo de las emisiones radioel¨¦ctricas. Sin embargo, una vez m¨¢s, no es concluyente.
As¨ª las cosas, ?hasta d¨®nde est¨¢n dispuestos a llegar en su oposici¨®n? Para empezar, seis asociaciones han presentado denuncias contra las operadoras por la campa?a publicitaria que dice 'Hay 23.000 razones que demuestran que las antenas de telefon¨ªa m¨®vil son seguras'. Les acusan de publicidad enga?osa.
'Yo no estoy contra los m¨®viles', explica Rom¨¢n, '?si soy ususario desde hace a?os y gasto 40.000 pesetas al mes! Estamos en contra del progreso sin orden ni concierto'. Rom¨¢n es un cliente modelo que est¨¢ deseando que lleguen los nuevos m¨®viles: 'Ser¨¢ incre¨ªble mandar una foto, por ejemplo, para denunciar un atraco en el momento en que lo veo'. La reivindicaci¨®n se resume en que 'si t¨¦cnicamente es viable poner equipos con la intensidad m¨ªnima y se pueden integrar en el paisaje en vez de agredirlo, los ciudadanos lo aceptar¨ªan'.
Miles de agresiones al paisaje
Aparte del miedo a los posibles efectos sobre la salud de las antenas, hay otro tipo de efectos que s¨ª est¨¢n demostrados sin lugar a duda: los est¨¦ticos. Es una imagen habitual de la carretera ver tres antenas juntas cada pocos kil¨®metros, consecuencia de una competencia inicial feroz entre las operadoras, que quer¨ªan tener su propia red.Las normativas regionales y municipales recogen restricciones que antes no hab¨ªa. Castilla-La Mancha presume de tener la regulaci¨®n m¨¢s restrictiva de Europa. Exige de las antenas emisiones 4.000 veces por debajo del m¨ªnimo actual y recoge recomendaciones ecologistas sobre su emplazamiento. Miguel ?ngel Hern¨¢ndez, coordinador de Ecologistas en Acci¨®n en Castilla-La Mancha, explica: 'Hay pueblos que son patrimonio nacional y est¨¢n destrozados por las antenas. Ahora eso se ha parado'. 'Hay dos cuestiones fundamentales a la hora de valorar el impacto: la propia antena y la infraestructura para colocarla (acceso e instalaci¨®n auxiliar)', prosigue. 'Las mayores objeciones que hemos puesto han sido por los accesos. Para hacer el camino hasta la antena se retira la vegetaci¨®n que existe. El impacto en zonas de monta?a es muy importante. Muchas veces se encuentra la instalaci¨®n antes por el camino de acceso que por la propia antena', dice Hern¨¢ndez. 'Pr¨¢cticamente, cada una que vemos en el campo es un atentado ecol¨®gico. Se asume que tiene que estar, pero no que se instale de forma desordenada y sin control. Todos somos responsables de que hay que asumir cierto impacto medioambiental', a?ade. Recomienda 'utilizar el mismo emplazamiento para todos'.Esto es ahora obligatorio en Castilla-La Mancha, pero adem¨¢s las operadoras ya cuentan con ello. Seg¨²n Jos¨¦ Luis de Benito, 'ya hay acuerdos entre las tres empresas para corregirlo en un plazo de 10 a?os'.
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