'Dentro del teatro no hab¨ªa nadie con quien se pudiera negociar de pol¨ªtica'
Los secuestradores chechenos que retuvieron a 800 personas durante tres d¨ªas 'eran tan j¨®venes, estaban tan orgullosos de su operaci¨®n militar, se jactaban y chuleaban tanto', que resultaban interlocutores pol¨ªticos dudosos, opin¨® ayer en una entrevista para EL PA?S el pol¨ªtico Grigori Yavlinski, l¨ªder del grupo parlamentario Y¨¢bloko, de ideolog¨ªa liberal. En un intento de mediar, Yavlinski interrumpi¨® un viaje por Siberia para acudir a la plaza fuerte de los secuestradores y despu¨¦s inform¨® de su gesti¨®n al Kremlin.
Durante la hora y veinte minutos que pas¨® con Movsar Bar¨¢yev, Ab¨² Bakar y otros cabecillas, el primero le interpel¨®: 'D¨ªgame, ?alguien se interesa por nosotros en Chechenia?'. Era una pregunta ingenua y reveladora cuando el Kremlin presentaba a los terroristas como ejecutores de la voluntad del l¨ªder checheno, Asl¨¢n Masj¨¢dov.
'?Alguien en Chechenia se interesa por nosotros?, preguntaron los secuestradores'
Pregunta. ?Puede hacer ya un balance de lo sucedido?
Respuesta. Este asunto no se ha acabado todav¨ªa. A¨²n no se sabe el n¨²mero de v¨ªctimas, ni cu¨¢ntos terroristas est¨¢n detenidos o muertos. No se sabe tampoco con qu¨¦ medios t¨¦cnicos se resolvi¨® el asunto. A medida que vaya llegando la informaci¨®n se ir¨¢ formando la respuesta a esta crisis. De momento, Todo lo que podemos decir es que se trata de una horrible tragedia en la que han fallecido 120 personas. Y esto no es el final, por lo visto.
P. Usted estuvo en el teatro de la F¨¢brica de Rodamientos y convers¨® con los terroristas, ?estaban dispuestos a cumplir sus amenazas?
R. Eran chicos muy j¨®venes, veintea?eros, que pod¨ªan haber hecho cualquier cosa. De todas las ocasiones en que he mantenido conversaciones con los chechenos, por primera vez sent¨ª que ah¨ª no hab¨ªa nadie con quien discutir, no digo ya temas pol¨ªticos, sino cualquier cosa que se saliera del ¨¢mbito t¨¦cnico-militar, que fuera m¨¢s all¨¢ de d¨®nde poner los explosivos o la ametralladora.
P. Usted fue al Kremlin a llevar los mensajes de los secuestradores.
R. Los secuestradores exig¨ªan acabar con la guerra de Chechenia y yo intent¨¦ desglosar esta exigencia en pasos concretos. ?se fue mi trabajo, y cuando debatimos esos temas concretos y ellos estuvieron de acuerdo, entonces llev¨¦ el resultado al Kremlin. Se trataba de un plan de varios puntos que inclu¨ªa acabar con las operaciones de limpieza de las tropas federales, dejar de emplear la artiller¨ªa y la aviaci¨®n y comenzar un proceso de conversaciones sobre cualquier tema entre los dirigentes de Rusia y los de Chechenia. Si se aceptaba, parte de los rehenes ser¨ªan liberados. Sin embargo, no hab¨ªa seguridad de que ellos mismos se tomaran en serio sus exigencias, porque eran tan j¨®venes, estaban tan orgullosos de su operaci¨®n militar y se jactaban y chuleaban tanto, que no hab¨ªa seguridad de que fueran verdaderos negociadores pol¨ªticos.
P. ?Podemos hablar de primitivismo?
R. Eran tan j¨®venes que ese calificativo no es pertinente. Dec¨ªan que quer¨ªan el fin de la guerra y, cuando les preguntaba qu¨¦ significaba eso, se perd¨ªan, no sab¨ªan qu¨¦ contestar. Estaban armados hasta los dientes. Llevaban uniformes norteamericanos y una decena de artefactos explosivos rusos, pistolas, granadas, ametralladoras, encima. No hab¨ªa all¨ª ni un solo hombre con el que se pudiera debatir de pol¨ªtica.
P. ?C¨®mo reaccion¨® Putin a las exigencias que le transmiti¨®?
R. El presidente y el jefe de su administraci¨®n, Alexandr Voloshin, estudiaron las propuestas. El presidente, con quien habl¨¦ en varias ocasiones, no me dijo lo que pensaba sobre eso. Ahora entiendo que ten¨ªa sus propias ideas de c¨®mo actuar. En el Kremlin hab¨ªa dos variantes. Una era la de las conversaciones, que era la que yo propon¨ªa, y la otra fue la que se adopt¨®. El viernes por la noche, durante la reuni¨®n con los l¨ªderes del Parlamento, le dije a Putin que hab¨ªa dos opciones. Pero s¨®lo el presidente pod¨ªa decidir, porque ¨¦l tiene toda la responsabilidad.
P. ?Y la asume?
R. A juzgar porque ha pedido perd¨®n...
P. ?Indic¨® Putin a los l¨ªderes del Parlamento lo que iba a hacer?
R. No, pero, a juzgar por sus comentarios, estaba claro que hab¨ªa tomado una decisi¨®n pol¨ªtica y que el Estado no negociar¨ªa. Debo decir que las dos opciones existentes ten¨ªan un lado bueno y otro malo, que ambas eran arriesgadas y no hab¨ªa garant¨ªas en ninguno de los casos.
P. Insisto en un balance provisional de la crisis.
R. Es demasiado pronto y lo sucedido es demasiado serio. Hay que comprender primero qu¨¦ pas¨®. ?Acaso sabemos qu¨¦ gas se ha usado? ?Acaso sabemos si los rehenes que ahora est¨¢n sanos lo estar¨¢n dentro de tres meses? Lo que est¨¢ claro es que algo no marcha. Quiero pronunciarme de forma responsable. Hoy me ha llegado informaci¨®n de que servicios de seguridad de Europa occidental podr¨ªan haber participado en la decisi¨®n . Habr¨ªa que ver si se trata de un problema de la concentraci¨®n del gas o de la falta de un ant¨ªdoto. Los m¨¦dicos hasta ahora no saben cu¨¢l usar.
P. ?Qu¨¦ perspectivas existen hoy para una soluci¨®n pac¨ªfica en Chechenia?
R. Los sucesos que hemos vivido nos han llevado a una realidad pol¨ªtica diferente. Antes, los que quer¨ªan acabar con la guerra abogaban por conversaciones de Putin con Asl¨¢n Masj¨¢dov. El hecho de que Masj¨¢dov haya sido vinculado p¨²blicamente con esta operaci¨®n cambia el panorama. Yo mantengo mi punto de vista, pero veo que las realidades pol¨ªticas toman otro rumbo. S¨®lo se puede acabar la guerra cuando Putin convoque en el Kremlin una gran conferencia sobre Chechenia, a la que acudan todas las personas influyentes, incluido Masj¨¢dov. Ser¨ªa algo parecido a la conferencia para la regulaci¨®n de la guerra civil en Tayikist¨¢n. Se celebrar¨ªa de acuerdo con las leyes y la Constituci¨®n de Rusia y bajo los auspicios de Putin. El presidente, sin embargo, quiere un refer¨¦ndum para adoptar una Constituci¨®n que permita elegir ¨®rganos de gobierno. Creo que no resultar¨¢, pero es una cuesti¨®n de diferentes estrategias. Hoy la situaci¨®n se ha complicado enormemente, porque, como resultado de este acto terrorista, no est¨¢ claro c¨®mo valorar¨¢ la opini¨®n p¨²blica la figura de Masj¨¢dov. Yo pienso que no fue obra suya. Los canales de televisi¨®n estatal han dado a entender muy claramente que Masj¨¢dov lo plane¨® todo y que dirigi¨® la operaci¨®n. El acto terrorista les ha dado muchos argumentos. Masj¨¢dov no se ha distanciado de este acto. No ha dicho que no tuviera nada que ver, ni lo ha condenado. Al menos, yo no he visto esta declaraci¨®n. Tendr¨ªa que haber valorado lo que ha sucedido y deber¨ªamos saberlo. Si lo ha hecho, nadie lo sabe.
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