Obuses contra las relaciones hispano-alemanas
Nadie sabe a qui¨¦n puede favorecer m¨¢s all¨¢ que a los malos perdedores en las elecciones en Alemania o al rencor hist¨®rico que intenta tachar de poco menos que terrorista al ministro alem¨¢n de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, como calificaba de traidor a Willy Brandt hace 30 a?os. Los intentos de dinamitar el nombramiento de Georg Clemens Dick como embajador alem¨¢n ante el Reino de Espa?a, acus¨¢ndolo de participar, no en la protesta contra las ¨²ltimas penas de muerte ejecutadas por el franquismo en 1975 -que ya es dif¨ªcil de criticar-, sino en el ataque con c¨®cteles m¨®lotov y piedras al consulado espa?ol en Francfort, no son m¨¢s que una burda reedici¨®n del intento de linchar a Fischer por su militancia ultraizquierdista en aquellos a?os.
La operaci¨®n contra Fischer fracas¨® estrepitosamente como demuestran los resultados electorales. ?sta merece correr la misma suerte. Por el bien de unas relaciones hispano-alemanas que deben mejorar r¨¢pidamente por el bien de ambos pa¨ªses y Europa.La maniobra para evitar que una persona de la m¨¢xima confianza de Fischer ocupe la Embajada en Madrid no debe tener ¨¦xito porque ello impedir¨ªa una mejora sustancial de nuestros canales de comunicaci¨®n con Berl¨ªn despu¨¦s de un periodo en el que la Embajada alemana, al menos su m¨¢ximo representante, ha funcionado como oficina electoral de quienes parec¨ªan que iban a ganar el 23 de septiembre, pero -?qu¨¦ le vamos a hacer!- no ganaron y con una abierta deslealtad al Gobierno alem¨¢n al que representaba. El espect¨¢culo dado por el embajador alem¨¢n cesado, Joachim Bitterlich, al anunciar su destituci¨®n en la recepci¨®n de la fiesta nacional el 3 de octubre ya fue chocante. Como lo fue que Fischer no lo cesara antes por su incesante campa?a contra su propio Gobierno y ministerio. M¨¢s lo ser¨ªa que aqu¨ª algunos comiencen una caza de brujas contra un embajador designado por el Gobierno alem¨¢n por el hecho de que militara en una organizaci¨®n izquierdista hace 27 a?os. En la misma que el propio ministro.
Algunos en Alemania, y ahora parece que tambi¨¦n aqu¨ª, quieren hacer creer que fue ¨¦l quien lanz¨® c¨®cteles contra el edificio del consulado. Dick asegura que aquel d¨ªa estaba en Portugal. Y tanto ¨¦l como Fischer han sido siempre absolutamente francos respecto a su procedencia pol¨ªtica y a su pasado. Independientemente del dislate que supondr¨ªa que Espa?a prestara o¨ªdos a descalificaciones de fuentes dudosas o resentidas que da?an las relaciones entre ambos pa¨ªses, esta maniobra tiene la intenci¨®n de crear una especie de jurisprudencia pol¨ªtica que condena de por vida de inhabilitaci¨®n a pol¨ªticos o funcionarios que en su juventud estuvieron en movimientos extraparlamentarios.
Con Fischer fracasaron en los juzgados y en las urnas. Es de esperar que aqu¨ª no lleguemos a la ridiculez de un proceso ritual que nos llevar¨ªa a acusar a ministros clave de nuestra construcci¨®n democr¨¢tica como Jos¨¦ Luis Leal y Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca de haber militado en el FLP. Siempre habr¨¢ insidias, pero no parece muy sabio asumirlas para infligirse da?o propio.
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