Schr?der pide sacrificios a los alemanes mientras cae en picado su popularidad
EL canciller federal alem¨¢n, el socialdem¨®crata Gerhard Schr?der (SPD), parece haber malbaratado su victoria electoral a velocidad de v¨¦rtigo. Un 56% de los alemanes, seg¨²n un sondeo de Forsa, se siente traicionado por el canciller, visto el resultado de las negociaciones para formar el Gobierno rojiverde y sus consecuencias: subidas de impuestos y recortes sociales. Con este clima adverso, Schr?der acudi¨® ayer al primer debate de esta legislatura en el Parlamento, donde se encontr¨® con una oposici¨®n crecida, dirigida por la l¨ªder de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU), Angela Merkel, lo que no le augura cuatro a?os f¨¢ciles.
La encuesta resulta devastadora por dos motivos. Primero, por la rapidez con la que se ha producido el giro en la opini¨®n p¨²blica, que no le ha concedido al nuevo Gobierno del SPD y Los Verdes el habitual periodo de gracia de 100 d¨ªas. Y segundo, porque el instituto Forsa fue duramente criticado por la oposici¨®n conservadora en la campa?a electoral por su supuesta cercan¨ªa al SPD, lo que concede ahora m¨¢s valor al resultado.
Consciente de ello, el canciller dedic¨® gran parte de su discurso a justificar que el fisco necesita recurrir con m¨¢s energ¨ªa al bolsillo del contribuyente y a explicar que, dada la crisis econ¨®mica, resulta necesario acabar con ciertas prestaciones o privilegios: 'Algunas cosas que se remontan al inicio del Estado social, en tiempos de Bismarck, y que hace 30, 40 o 50 a?os a¨²n ten¨ªan su justificaci¨®n, han perdido hoy su car¨¢cter urgente'.
El de ayer fue el primer gran debate de esta legislatura. Todo el Gobierno acudi¨® a exponer sus planes para los pr¨®ximos cuatro a?os, y la sesi¨®n dur¨® m¨¢s de ocho horas. Schr?der hizo un discurso de pol¨ªtica general, program¨¢tico, sin entrar mucho en detalles. Adem¨¢s, intervinieron varios ministros, entre ellos el de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer.
Pero la situaci¨®n no es la misma que hace cuatro a?os, cuando el primer discurso de investidura del actual canciller. Entonces, descabezada la oposici¨®n, y con los esc¨¢ndalos de financiaci¨®n irregular que sacudieron al partido de Helmut Kohl, Schr?der lo tuvo f¨¢cil. Ayer fue muy distinto. Adem¨¢s de los sondeos en contra, Schr?der se encontr¨® con una Angela Merkel asentada pero que no lleg¨® a acorralarle porque el formato del debate no lo permit¨ªa. Su intervenci¨®n, la primera como jefa del grupo parlamentario de la CDU, dej¨® claro que los conservadores tienen una l¨ªder capaz de complicarle la vida al canciller.
Merkel atac¨® a Schr?der, sobre todo, por su promesa traicionada de no tocar los impuestos. Y ofreci¨® un c¨¢lculo, dirigido a su electorado potencial. Los planes del Gobierno le costar¨¢n a una familia con dos ni?os que ingrese unos 30.000 euros anuales, 200 m¨¢s al mes en impuestos: 'La coalici¨®n rojiverde empobrece. Este Gobierno frena a Alemania y hace imposible el crecimiento econ¨®mico'.
Adem¨¢s del frente interior, Schr?der aprovech¨® el discurso para sentar las prioridades de su pol¨ªtica exterior. De los aliados de Alemania, el canciller s¨®lo cit¨® a dos de forma expl¨ªcita: EE UU y Francia. 'Nuestras relaciones transatl¨¢nticas, basadas en nuestra profunda gratitud por el compromiso de EE UU en la victoria sobre la barbarie nazi y la restauraci¨®n de la democracia y la libertad en Alemania, son de importancia estrat¨¦gica y de gran prioridad'. Adem¨¢s, Fischer viaja hoy a Washington para tratar de arreglar los roces con la Administraci¨®n de George Bush tras la oposici¨®n de Berl¨ªn a un ataque contra Irak.Sobre el futuro de Europa, Schr?der fue a¨²n m¨¢s tajante: no se har¨¢ nada sin Francia, un indicador m¨¢s de que, tras el reciente acuerdo con Jacques Chirac sobre los gastos agr¨ªcolas, el eje Berl¨ªn-Par¨ªs funciona de nuevo a todo gas. 'Las inminentes bases hist¨®ricas que debemos sentar', dijo el canciller, 'as¨ª como los trabajos de cara a la Constituci¨®n europea, se realizar¨¢n en estrecha concertaci¨®n con Francia'.
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